CAPÍTULO 5

Capítulo 5

Una atracción sin medidas

Al sostener la mano de ese hombre, sentí como una oleada de emociones dentro de mi. Un calor sofocante me atrapa y los nervios no dudan en hacerse presentes.

Es inexplicable lo difícil que se me hace apartar la mirada y fingir que no estoy a punto de tener un orgasmo visual aquí. Cuando me parece que este hombre es mucho más atractivo en persona de lo que lo veía en las vallas publicitarias y si, en mis sueños más perversos.

Mi cabeza comienza a dar vueltas, como si no tuviera actividad cerebral y a pesar de que llevo ropa muy ligera siento que este calor me sofoca. Me quema principalmente ahí. Justo en mi entrepierna.

Estoy en llamas, es algo inexplicable, como si el contacto con su mano me hubiera transportado al lugar más caliente del mundo, y lo peor es que me parece que ya empieza a notarlo.

¡Ya, Molly, por favor!

Debes concentrarte y dejar de desear a ese hombre, eso es, debes meterte en la cabezota que es el papá de tu mejor amigo y que no tienes permiso siquiera seguir soñando con él.

Debo dejar de mirarlo como si quisiera devorarlo o voy a vivir avergonzada el resto de mi estadía aquí.

—Mucho gusto, Molly. Es un placer para nosotros el que hayas aceptado quedarte en casa.

Me habla con su voz tan ronca y varonil que me pone a temblar y me envía automáticamente un escalofrío intenso que recorre mi espina dorsal.

—Molly es un lindo nombre —continuó diciendo y pude distinguir su voz como una dulce melodía, su tono sensual que me hace creer que está saboreando mi nombre en cada letra.

Vuelvo en sí y aparto mi mirada al sentir una extraña conexión entre nosotros. Me esfuerzo por recordar que él resultó ser el padre de mi mejor amigo y que es inapropiado que tenga todos estos pensamientos hacia él.

Este hombre es el único hombre al que tengo totalmente prohibido siquiera ver.

¿Qué diablos pasó conmigo? ¿Cómo fue que ni siquiera me preocupé por investigar la vida de este hombre antes de permitirme llegar tan lejos con él?

—Mucho gusto, señor —Me quedo callada al ni siquiera poder recordar su nombre y él hace un esfuerzo para que nuestras miradas se crucen una vez más.

El sonríe amablemente y yo me derrito por dentro. Su sonrisa que no atisba la amabilidad y mi corazón comienza a latir con más fuerza.

—Jared. Los buenos amigos suelen llamarme por mi nombre —responde en voz baja y mis nervios son aún más evidentes —.

Suelto su mano y doy un paso en reversa, miro a Jhon y tiene una sonrisa inexpresiva en su rostro y esto activó todas mis alertas. Trato de pasar saliva a pesar de lo difícil que es para mi. Pero me concentro y vuelvo a mis pensamientos anteriores, restringir mi deseo por él es lo que más quiero.

Pero claro, todo eso se va por un tubo al momento en que nuestras miradas vuelven a cruzarse.

Esos ojos azules con matices amarillentos, sin dudas son los más hermosos que he visto en mi vida y verlos en persona en definitiva ha sido mi perdición.

Son los ojos más hermosos que haya visto y eso me cautivó desde el momento en que los vi fijamente y acompañados de esas largas pestañas hacen un contraste único de perfección.

Al momento en que trato de retirar mi mano siento que él me aprieta y me regala una de esas sonrisas tan seductoras que hace que comience a excitarme.

Él me mira detenidamente como si estuviera escaneando cada fibra de mi cuerpo y a pesar de que me hace sentir desnuda, eso me encanta. Lo que es contradictorio si pienso en que hasta hace un momento aseguré que evitaría mis deseos lascivos hacia su persona.

Puedo notar que él también tiene una lucha interna consigo mismo, porque luego de su intento de coqueteo, por un momento su mirada se torna sombría y pasa la mano por su cara apartando su mirada de mi cuerpo y se aleja.

Trato de decir algo para romper la tensión, pero ese hombre se adelanta. Sube al vehículo y nos invita a subir con él. Jhon va en el asiento del copiloto mientras que yo subo a los asientos traseros.

Mientras conduce me mira fijamente por el retrovisor y yo lo miro fijamente a modo de reto y le sonrío de manera coqueta, para luego maldecirme por haberlo hecho.

Su increíble mirada a través de ese retrovisor provoca que mi corazón se salte unos latidos y siento que el se da cuenta, peor que eso, que disfruta de esta situación.

Una increíble oleada de calor comienza desde mi pecho descendiendo poco a poco hasta mi entrepierna, su mirada tan sensual me tiene extasiada y esos constantes recordatorios de aquellos sueños mojados que se repiten una y otra vez a cámara lenta en mi cabeza.

Cierro mis piernas apretándolas con fuerza. Por una parte, siento mucha culpa por tener tanto deseo y excitación hacia ese hombre. El padre de mi mejor amigo..

¡Vaya que este viajecito no podía ser peor!

Sin duda iré al infierno por desear tanto a ese hombre y es que viéndolo bien, con semejante tentación el cielo ni siquiera podría ser una opción.

Ese hombre es la prueba viviente de que el fruto prohibido existe, es real.

—Molly, ¿Quieres mi chaqueta? Inusualmente hoy amaneció haciendo un poco de frío —Jhon me habla desde adelante haciendo que interrumpa el contacto visual con su padre.

—No, descuida. Estoy bien —mentí, no estoy nada bien, siento que estoy traicionando la confianza de Jhon al actuar de esta manera. Es su padre y lo menos que debería hacer es respetar.

Pienso en ello con un profundo dolor en el pecho, pero estoy consciente de que es justo en eso en lo que debo concentrarme, en que él es el padre de Jhon, el hombre al que ni por error debo voltear a mirar.

Jared está totalmente fuera de mi alcance. Más allá de los límites impuestos a los que puedo aspirar. Sí, prohibido totalmente.

Pero lo prohibido me atrae como magnetismo. ¡Carajo! Eso de ignorarlo siento que me va a quedar grande.

Trato de distraerme viendo hacia la ventana y la arquitectura más hermosa que haya visto jamás, roba completamente mi atención. Un hermoso edificio victoriano.

Jared detiene su vehículo y baja, abre la puerta para mí y me ofrece la mano para ayudarme a descender de la camioneta.

Por otra parte, Jhon baja del vehículo y me pide que baje mientras rodea el vehículo de su padre.

Sin titubear sostengo su mano y nuevamente el roce de nuestras pieles me detiene los latidos del corazón.

—Es el edificio Bradbury, fue construido en el año 1.893 Es un majestuoso icono arquitectónico, su diseño victoriano con detalles góticos y renacentistas, sin duda es uno de mis favoritos. ¿Quieres acercarte?

—Disculpe mi ignorancia, pero... Victoriano por...

—Descuida —sonríe y coloca su mano a la altura de mi espalda baja y me acerca hacia la orilla—. Este pequeño edificio es considerado uno de los mejores ejemplares de la arquitectura victoriana, y lleva ese nombre por ser influenciado en la época de la reina Victoria. De los monumentos históricos nacionales, este es uno de mis favoritos.

Definitivamente mojé mis bragas, este hombre aparte de bello, elegante, culto es casi una enciclopedia andante

—Originalmente fue un edificio de oficinas y tiendas. Insisto en que deberías verlo más de cerca.

¡Por Dios! Si supiera como yo estoy tomando esas palabras no se atrevería a volver a hablar así a la ligera.

«Ok Molly, no es para tanto, ya bájale a tu calentura»

Me regaño mentalmente porque siento que estoy a punto de babearme frente a este hombre y su sonrisa seductora.

—No, bueno, si, pero —comienzo a tartamudear como una tonta—. No se preocupe señor Miller, creo que lo mejor es que lleguemos a casa. Luego tendremos tiempo de salir a recorrer toda la ciudad.

—¿A, si? —pregunta casi en un susurro, ladeando una sonrisa y mirándome fijamente—.

—Sí. Saldré con Jhon, luego de las clases.

Volvemos al vehículo y esta vez Jhon se sube a los asientos traseros conmigo.

Llegamos a casa y al detenerse el vehículo soy la primera en bajar. Me quedo consternada al ver el hermoso palacio donde me quedaré los próximos días junto a mi querido amigo y si, junto a su padre, ese también es un dato que no podría olvidar.

Suspiro profundo y sonrío ampliamente, las ganas de recorrer el lugar me embarga y me fijo que Jared es el siguiente en bajar.

Ambos quedamos a un extremo del vehículo y su mirada me cautiva, me pone a temblar.

Seguido de esto, Jhon desciende del vehículo revisando su celular y rápidamente Jared aparta su mirada y aclara su garganta como si se estuviera ahogando.

Volteo a otro lado con una leve sonrisa de burla en mi rostro, luego vuelvo a girar mi cara y me doy cuenta de que me está mirando como indignado.

Direcciono mi mirada hacia otro lado y camino hacia la cajuela del vehículo. Ese hombre camina tras de mí y me mira como confundido.

—Disculpe, solo necesito mis maletas —comento con timidez y él me regala una sonrisa amplia, con su dentadura perfecta y esa barba bien cuidada que está a punto de hacerme enloquecer.

—Descuida, yo las llevaré —y ahí está nuevamente esa voz que me hace desvariar—. No te preocupes.

Me aparta la mano de inmediato y me conduce al pasillo del jardín, mismo que conduce a la entrada principal de esta enorme y hermosa mansión.

Camino hacia el interior de la casa mientras sostengo el brazo de mi amigo Jhon, él sonríe y deja un beso en mi frente, mientras me lleva a rastras al interior de su enorme morada.

El jardín es sorprendentemente grande. El césped a los lados del camino es hermoso y esas plantas que le dan un toque tropical a la entrada de la casa.

Entramos al recibidor y honestamente es del tamaño de mi casa completa.

Nos abrimos paso al interior de la casa y si por fuera la veía hermosa, por dentro no podría conseguir una palabra que la describa, definitivamente roza lo ostentoso. Es la más hermosa que he visto.

Creo que dejaré de verla de esta manera, parezco una niña con juguete nuevo y creo que esto comienza a avergonzarme.

—¿Te gusta la casa? —pregunta Jhon al ver mi cara de sorpresa con cada cosa que observo.

—Es increíble, creo que la isla de la cocina es mi parte favorita, hasta los momentos —respondo emocionada—.

—Deja que veas el resto, aún no le echas un vistazo a la piscina.

Sin dejar de sostener el brazo de mi amigo, subo las escaleras y él me guía hasta lo que va a ser mi habitación por dos meses enteros.

Nos detenemos frente a una puerta de cristal, con unas cortinas blancas del lado de adentro.

—Esta será tu habitación —comentó mi hermoso amigo Jhon—. Me he encargado de decorarla acorde a tus gustos, si te hace falta algo, tan solo avísame.

Abre la puerta y me sorprendo de ver lo espacioso que es este lugar. Me encanta.

Jhon me mira esperando una respuesta de mi parte y yo apenas puedo articular algunas pocas palabras.

—Descuida, esto es... Perfecto —sonrío y siento que Jhon suspira aliviado—.

—Me alegra que te haya gustado —Jhon me sorprende cuando me arropa en un abrazo sincero y le devuelvo el gesto.

Le agradezco y me separo un poco de él, quedando frente a frente, siento que tiene algo atrapado entre pecho y espalda, pero duda mucho para decirme.

Estoy a punto de hablarle cuando siento que su padre entra en la habitación, llegó a dejar las maletas.

—Le estaba mostrando su habitación a Molly —le comenta Jhon a su padre muy entusiasmado—. Me ha dicho que le ha gustado.

Mi cara se pone roja y siento que estoy sudando frío. Mis manos comienzan a temblar.

Lo peor es que no puedo hacer nada para calmarme. Este hombre altera todos mis sentidos.

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