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Quizás hay un camino

Por la mañana todo avanzaba según lo acostumbrado. Como todos los días, Mary estaba sentada en el portal de la mansión con un libro de historias de amor en sus manos. Le gustaba mucho ese libro y se pasaba horas enteras embelesada y sumergida dentro de la historias y sus personajes. Tan entretenida estaba que no se había percatado de que alguien estaba parado frente a ella. Con un tono suave pero seguro despertó a Mary de su libro.

"Milady , buenos días, no pensé que fuese a desaprovechar mi oferta tan repentinamente" Mary le contestó sin apartar la vista del libro  "Creo que los modales en usted no funcionan. Ya va a ser una costumbre que venga sin avisar" Él sonrió y le respondió con sus ojos fijos en ella. "Si, yo soy un total maleducado. Creo que vas a tener que acostumbrarte a eso" Ella dejó el libro en su regazo y le miró con nerviosismo en los ojos   "No va a ser necesario. Ya veo que la noticia la recibió inmediatamente. Me agrada cómo trabaja lord Charles Emerson"  Dijo irónicamente.

Él se sentó en el sillón de al lado con la mirada fija en ella. "Si, no sabe usted. Aquí las noticias se esparcen rápido. Pero mi pregunta es ¿por qué no quiere casarse conmigo? Si mal no entendí es la única solución a su dilema" Ella se crispó ante la mención de su estado actual. "Le responderé ahora mismo el por qué tomé esa decisión"  Él se le quedó mirando esperando una respuesta. Ella suspiró brevemente. Estaba nerviosa porque no podía desmoronarse ante aquel hombre. No podía dejar que su atractivo la desarmara. Esa mirada tan suave que tenía con el color cristalino de sus ojos verdes la podría traumatizar en cualquier momento y estaba ansiosa porque se fuera ya de su casa.

Con las manos agarradas fuertemente al libro le respondió  "No tengo intención de enlazarme con una persona que ni tan siquiera conozco. Si lo hago me voy a sentenciar a una vida llena de sufrimiento y remordimiento, algo a lo cual no estoy dispuesta. Mis padres desde pequeña siempre me inculcaron que debería casarme con alguien que ame y que sepa que me ama y que me merece"  Se detuvo y lo miró a los ojos para decirle  "Ese no es nuestro caso. Por lo tanto... si me disculpa... ya que le quedó claro el porqué... Me gustaría que se marchara de aquí"

Se empezaba a levantar cuando él se interpuso delante de ella y la detuvo. Ella se quedó estupefacta de tan repentino cambio. Él se agachó y la miró a los ojos.  "Déjeme también a mi convencerla de por qué debería hacerlo" Ella girando su cabeza en otra dirección. "No creo que sea necesario, ya tomé una decisión" Christopher tomándole del mentón la obligó a mirarlo de nuevo. Ese contacto la puso de nervios ¡por dios! Que bien olía su perfume. Suave pero varonil. Su contacto fue amable pero preciso. "Mire le voy a explicar y vamos a ver si podemos llegar a un acuerdo" Ella se quedó intrigada. "Yo voy a ser sincero del por qué quiero casarme con usted. En primer lugar, mis padres quieren que asiente cabeza para poder tomar posesión de mi herencia y así poder empezar a ocuparme de los negocios de la familia. Para poder llegar el único requisito es encontrar una esposa, poder tener un heredero y crear una familia decente. Cuando mi tío me habló de usted, vi una solución a mi problema y decidí que tenía que darle una oportunidad a los dos"

Se acercó más y continuó con su explicación.  "No quería que fuese cualquier mujer. Entonces empecé a buscar información acerca de usted y me dije que es una candidata perfecta. Ninguna de las muchachas del mercado están dispuestas a contraer matrimonio con un granuja como yo a pesar de tener buen nombre y buenas poseciones. Sus padres no aceptan a los libertinos. Soy el soltero más buscado pero solamente para pasar buenos momentos no para casarse" Ella lo interrumpió "ya le dije que no quiero casarme con usted"

"Déjeme terminar por favor"  Él le dijo sonriendo  "No se impaciente" Ella lo miró con desespero  "Por que no se sienta de nuevo? estamos muy cerca, alguien puede vernos y pensar otra cosa"   Él la contempló divertido   "Eso no importa si de todas formas vamos a casarnos"

"Ya le dije que no quiero ¿Cuántas veces tengo que decírselo?"

"Si me diera el placer de terminar de hablar podría entender lo que quiero proponerle"

"Esta bien pero no se acerca a mi , no me toca" Él sonrió  "Está bien"  Se sentó de nuevo en el sillón  "Bueno ... continúo... por lo tanto vamos a hacer un trato. Usted quiere un esposo y yo una esposa para poder establecernos y no caer en desgracia. Si no quieres que nos relacionemos como marido y mujer por mi no hay problema, yo no pienso perturbarla solo lo suficiente para hacerle ver a la gente que estamos muy unidos y que es verdadero este matrimonio. Puede vivir aquí si eso es lo que desea o puede irse conmigo, como más le guste. Los primeros meses vamos a tener que vivir juntos para que la gente crea verdadero este matrimonio y la iglesia también. Después de eso cada uno toma su vida por su lado. Va a ser como si no tuviera esposo alguno. La ayudo a arreglar sus problemas financieros y usted me ayuda a tomar lo que me corresponde. Más comodidad que esa no le puede ofrecer otro caballero en Inglaterra"

Ella se quedó pensativa, bueno, si era de esa forma y no la tocaba todo iba a estar bien, ella iba a seguir siendo pura estando casada. No podía haber tantos problemas por fingir casarse. Al final la iba a ayudar, era lo único que le hacía falta  "Está bien, pero que quede claro que no puede tocarme ni un pelo mientras estamos juntos"  Él la miró divertido   "Bueno... creo que eso no va a ser posible... tenemos que consumar nuestro matrimonio para que sea válido"  Ella se atragantó y se tensó de la cabeza a los pies  "No puedo creer que usted me encuentre tan aborrecible que no me deje tocarla y hacerla mía"  Le respondió Christopher en tono fingidamente herido.

¿Que si lo encontraba aborrecible dijo? Era al revés, lo encontraba demasiado guapo ¡demasiado todo!, ese era el problema. Tenía miedo de enamorarse de él y sufrir. Sabía por lo que le había dicho Judith, que tenía vasta experiencia para dejarla derretida en menos de un minuto. Era un hombre hecho y derecho en toda la plenitud de sus virtudes. Ella no estaba preparada para ese tipo de situaciones. La traumatizaba demasiado, la manera en que sonreía, en que la miraba, todo la enloquecía.  "Después de nuestra noche de bodas, después de que consumamos nuestro matrimonio, entonces puedes quedarte tranquila que no pondré un dedo en ti a menos que tú quieras que lo haga" Mary respondió inmediatamente  "Créame que no voy a querer que usted me toque de nuevo, eso delo por hecho"

Él la observó con mirada triunfante sabiendo que ya había ganado la batalla contra ella. Estaba preciosa con su vestido azul cielo entallado, el cual dejaba ver su esbelta figura. Lo traía muy exasperado verla de esa forma tan sensual e inocente. Su cara era de una de los ángeles divinos, le encantaban sus ojos azules y había tenido fantasías con su cabellera negra suelta por toda su espalda mientras él la cubría de suaves besos. Se dijo para sí que por lo menos iba a poder saborearla una vez. No buscaba el amor; eso no entraba dentro de sus prioridades, de hecho, no creía que existiese para él la capacidad de poder amar a una mujer. Siempre se había quedado muy al margen de los sentimientos en todas sus relaciones. Ninguna se había quejado de él en la cama, pero cuando intentaban traspasar esa barrera, cerraba la puerta de par en par. "Con ella no será diferente" se dijo para sí  "Esto que siento es puro deseo". Pero cuando la volvía a mirar, una sensación de lujuria lo volvía a invadir.

Molesto por todos esos pensamientos banales respondió  "Entonces no se hable más del asunto. Empezaremos a planear la boda lo antes posible. Me parece que el cortejo es innecesario ya que necesitas esa ayuda financiera con urgencia. Se vendrá a vivir conmigo por un tiempo y después puede regresar para vivir su vida tranquila" Ella lo miró derrotada sabiendo que la vida no iba a ser fácil a partir de ahora  "Esta bien..."  aclaró con determinación   "Pero algo si le pido..."  Él se sorprendió. Mary contestó con fingida seguridad porque estaba hecha un manojo de nervios por dentro  "No quiero una boda estruendosa ni grande. Me conformo con una simple celebración en la capilla con pocas personas; así nos ahorramos los momentos innecesarios" La miró con sorna  "Pensaba montar todo un show y ya me ha quitado las ilusiones"  le dijo simulando tristeza  "Está bien, si eso es lo que deseas que así sea. La luna de miel me la dejas a mí, ya tengo pensado a dónde podemos ir" Ella se ruborizó de pies a cabeza. No había pensado en esa parte. Claro que tendrían que irse de luna de miel, sino el pueblo empezaría a hablar cosas sospechosas acerca de su matrimonio  "Está bien. Voy a dejarte tomar ese asunto. Realmente yo no sé absolutamente nada acerca de ese tema"

"Esta tarde hablaré con el padre Henry para así ya tener la ceremonia lista cuanto antes y nos de la licencia. Contrataré una modista que vendrá a verte hoy para hacer los ajustes al vestido de bodas" Ella se le quedó mirando incómoda  "No hace falta que se tome tantas molestias milord; de eso me encargo yo" Christopher se levantó y se acercó a ella diciendo  "Creo que después de lo que vamos a hacer sería mejor si me tutearas, así daríamos más a entender que estamos enamorados de verdad. No hay más de que hablar, ella vendrá a confeccionarle el vestido. Vas a tener que aprender que no me gusta que me digan no"

"Está bien... Christopher, si ya no tiene nada más que hacer por favor te ruego que te marches"  Estaba desesperada por que se retirara, así tuviese que aceptar cualquier cosa  "A tantas prisas tengo que encargarme de algunas cosas importantes en la mansión para la llegada de nuestra nueva vida"  Antes de marcharse él sacó el anillo que ella le había entregado a Charles y tomándole la mano se lo puso delicadamente en su dedo  "Se te olvidó esto"  le dijo con diversión. Ella lo miró seriamente y respondió  "Disculpa mi imprudencia, fue una acción tonta de mi parte"

"No importa, yo te perdono"  Tomándola de las manos depositó un beso tierno y con una reverencia se marchó.

Mary se levantó, dio la vuelta y se dirigió a su ama de llaves   "Quiero que tengas todo preparado para nuestra nueva etapa Rose. Presiento que este nuevo cambio  va a llegar más rápido de lo que nos gustaría.  Solamente estoy feliz porque sé que podré salvar a todos de la pobreza." Rose se acercó y la miró con ternura   "Mi niña, no tenías por qué sacrificar tu felicidad solamente por mantener nuestro trabajo. No era necesario"   Ella la miró con fastidio y desesperación en sus ojos  "Yo soy responsable por la vida de cada uno de los que viven bajo mi techo y no podría permitir que murieran de hambre por no tener con qué alimentar a sus hijos. Tendría un peso de conciencia enorme"  Rose la abrazó   "Yo siempre estaré para ti mi niña; siempre, así estés lejos siempre vendré a tu cuidado"

"Lo sé, por eso es que te adoro tanto rose"

Mary fue hacia el estudio para confeccionar algunas cartas de aviso para sus pocas amistades, informándoles de su repentina boda con el conde. La primera en reaccionar fue Judith, la cual no desaprovechó la oportunidad para felicitarla por haber capturado al soltero más querido de todo Londres y que no se perdería su boda por nada en esta vida. Todos sus amigos se mostraron sorprendidos de tal acontecimiento ya que todos la habían encasillado en la solterona del grupo, la que nunca iba a atrapar esposo. Christopher pasaba a saludarla o a molestarla como Mary lo llamaba para seguir con los planes del casamiento y ponerla al corriente de la situación. Judith también la visitó para saludar, para saber cómo estaban las cosas y como se encontraba Mary para su boda. La ayudó a confeccionar las invitaciones y a tranquilizar su nerviosismo. Todos los días era de pura agitación en la mansión tratando de tener todo listo para la ceremonia que estaba por venir.

Un día Mary estaba en el estudio como todos los días, para revisar cómo andaban las cuentas cuando Wilfred la importunó para decirle que tenía una visita. Al llegar a la salida de reuniones se encontró con una mujer joven, muy atractiva, de pelo castaño, ojos marrones y un lunar al lado de la comisura de los labios. Tenía un cuerpo voluminoso y su piel era morena. Su vestimenta dictaba a todas luces que no era una aristócrata y en la forma de sus modales no venía con muy buenas intenciones "Buenos días milady" dijo con voz chillona.

"¿A qué debo el honor de su visita" acentuando "honor". Era de muy mal gusto que una visita se presentará antes sin avisar. Era una falta de respeto y era imperdonable que viniera con esas vestimentas que solo podían ser de una prostituta.  Aunque, pensándolo, Christopher siempre llegada sin avisar y a la hora que quería. Ya ella se estaba acostumbrando a sus escasos modales.

"Disculpe mi intromisión así sin avisar..."

"Por lo menos tiene modales" se dijo para sí.

"Pero vengo a hablar de un tema un tanto incómodo pero que me es de absoluta importancia"

Ella acercándose al sillón del escritorio se acomodó lentamente. Sus miradas se encontraron y ella supo desde ese instante que no venía con buenas noticias.   "Milady, disculpe que llegue sin avisar pero esto que tengo que decirle es de suma importancia" Ella asintió.   "Tengo entendido que se casará dentro de poco con Lord Christopher Ainsworth"

"Así es"  dijo Mary tratando de ocultar su molestia.  "Pues vengo a decirle que ese caballero tiene dueña y que usted no se va a interponer en el amor que nos tenemos él y yo"  Mary se sorprendió de tan semejante comentario, no podía creer lo que sus oídos estaban escuchando. Su corazón se frenó y comenzó a sentir un calor en su vientre. Su enojo estaba asomando. Pero cómo era posible que aquel canalla hubiese dejado que esa mujer viniese hasta su casa para perturbarla con tan semejante tema a esas horas de la noche  "Perdone que la interrumpa pero ¿me podría decir cual es su nombre?"

"Me llamo Anna y usted no va a poder hacer absolutamente nada para cambiar lo que sentimos"

"Si lo que le preocupa es que me entrometa en sus asuntos, puede quedarse tranquila que eso nunca va a pasar. Le dejo su camino totalmente libre. Nuestro acuerdo es solamente para beneficio financiero pero no hay implicación romántica ninguna"  Anna satisfecha de la respuesta de Mary contestó   "Perfecto! entonces no me queda más nada que hacer aquí, adiós"  y con esto se marchó.

Pero qué mujer aquella Anna marcharse así con tanto descaro! Se veía a todas luces que era amante de Christopher. Con él ya conversaría después, tendría que pedirle varias cosas, empezando por separar su vida amorosa de ella.

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