Llego a casa de Bruno. Ha pasado tiempo, pero todo sigue igual. Me siento algo rara. Mi pequeña dormía en mis brazos mientras Bruno trae las maletas. —Te quiero mostrar la habitación que he preparado para nuestra hija —me dice Bruno.Sigo sus pasos hasta que llegamos a una puerta rosa. La abre y se mueve a un lado dejándome pasar. La palabra hermosa resplandecía con lucesitas. Todo era decorado en tonos rosa y blanco. Las paredes contenían grandes mariposas. Tenía una cama pequeña a juego con los dibujos de las paredes. Muchos peluches de todos tamaños. Todas las princesas de Disney dentro de una mini-casa de juguete. Cojines con fotos de ella plasmado desde que nació. Una mesita pequeña rodeada de diminutas sillas. Era una habitación hermosa. Acomodo a Ashley sobre la camita y le doy un beso en su frente.Me acerco a Bruno y le doy las gracias.—Gracias por cómo has sido con ella— le digo. Él sonríe, intenta acercarse más pero me alejo. No puedo estar con él como si nada. No. No
Me quedo en shock. Dylan no puede ser mi hermano. Me he enamorado de mi hermano.— ¡No puede ser joder! —grito. Estoy hecha furia— ¡Cómo se te ocurre contarme esto ahora! Sabes que me he acostado con mi hermano ¿No? —No lo sabía princesa —Mi papá se acerca, yo me alejo alterada—. ¿Ustedes se han acostado posteriormente de regresar? —Sí —grito—. Estuvimos después. ¡Cómo puede ser que el amor de mi vida lleve mi sangre! Rompo en llanto.—Es el padre de mi hija Michel Swan...— ¡¿Qué?! —dice con asombro.—Como lo oyes —respondo—. No le he hecho prueba de ADN pero cuando me hice el ultrasonido el tiempo de embarazo coincidía con la última vez que estuve con Dylan. Acaso no ves como se parecen.— ¡Lo siento hija! —Él se acerca a mí y yo retrocedo.&Márchate padre —le digo—. Necesito estar sola.***Han pasado más de dos semanas. No he hablado con nadie, solo me ocupo de mi pequeña traviesa. Bruno no me comenta nada del tema, ni siquiera se asombró cuando le dije la noticia. He tenido
Desde que conocí a la hija de Alessandra algo en mi interior hace que quiera tenerla cerca. Ya se que es una niña, pero, debería odiarla por ser hija de la mujer de mi vida con otro hombre. Sin embargo, me he encariñado con ella. Mi teléfono suena, camino a paso lento hacia él, no tengo el número registrado. —Dime —contesto.—Dylan. —Es Leon—. Necesito que vengas a la estación de policía, nos han detenido.— ¿Por qué motivo? —pregunto—. ¿A quién mas han detenido?—El negocio de los energizantes —responde—. A Michel y a mí. —Estaré ahí cuanto antes —le digo y cuelgo. ***Al llegar, me encuentro con Alessandra. La reja nos separa de ellos, Michel y Leon. Michel me observa, pero no le dirijo la palabra. — ¿Cómo ha pasado esto? —cuestiono serio.—Contenía una droga... —responde furioso Leon—. Michel me ha engañado...—¡Que no tenía idea de eso joder! —expone aún mas furioso Michel—. ¿Con qué motivo haría eso? Lo miro directamente a los ojos, puede haber un motivo...—Además —expone
Entro a toda velocidad a casa. El reloj marcaba las siete y media. —Joder —me quejo mientras corro por las escaleras.En media hora celebro mi compromiso. Bruno me pedirá matrimonio oficialmente delante de todas las personas que conocemos.Voy deshaciéndome de mi ropa y dejándola en cada rincón por el que camino.—¿En serio eres mujer? —resopla mi mejor amiga—. Tienes poco menos de media hora para arreglarte. —Tiempo suficiente —respondo llegando a mi habitación. —Media hora nunca será suficiente para que una mujer se arregle —bufa recogiendo el reguero que he dejado.Voy directo a la ducha y a toda velocidad me baño. Tengo muy poco tiempo. Al terminar me envuelvo en una toalla y voy en busca de la secadora. —Mejor dame. —Me quita la secadora de mis manos—. Cada vez te queda menos tiempo. Se preguntarán por qué estoy tan calmada en un día tan importante como este. Sencillo. Me encanta leer y escribir, y si utilizo dos horas en arreglarme, menos tiempo tengo para hacer lo que me g
Que estoy haciendo dios. Justo hoy, celebro mi compromiso. Llevo dos años y medio de relación, jamás he traicionado a Bruno. Pero es él, es Dylan, la persona que más he querido en mi vida. He pasado años sin verlo.Me marché sin despedirme, cuando más me necesitaba. Estoy haciendo lo incorrecto, aun así no me detengo, no lo detengo.¡Mañana mi vida será como antes, aunque hoy necesito recordar viejos tiempos! Los besos son cada vez más intensos. Sus manos descienden hasta mis caderas y las aprieta con fuerza. Suspiro. Todo ahora se multiplica por mil. Me mueve hasta lograr que me siente a horcajadas sobre él. Puedo notar su erección. Mi cuerpo responde a cada uno de sus movimientos. No logro pensar correctamente. Besa apasionadamente mi cuello y va descendiendo hasta llegar encima de mis pechos. El deseo recorre cada parte de mi cuerpo. Aún sigue estremeciéndome con cada caricia. A pesar de que la última vez que estuvimos éramos mucho más chico, Dylan me hizo conocer y experimenta
Se abren las puertas de Crazy Life. Uno de los hoteles de la cadena Jones, de mi propiedad. De solo escuchar el nombre puedes deducir el ambiente.Aunque no todos los hoteles que me pertenecen son así, este es el único hotel para mayores de veintiuno, aquí eres libre, con letras mayúsculas, aquí puedes ser tú. Cómo mencioné antes tengo otros, aquellos son para el disfrute de la familia o para todo público. Los empleados se colocan en una línea, inclinándose hacia delante para infundir respeto mientras camino por el medio. Me gusta que sea así.—Señor —me alcanza Spencer, mi mano derecha en el trabajo —, están esperándolos. Aquí en este hotel radica mi dirección, algo así como mi oficina. Desde aquí velo todo, eso no quiere decir que me aparezca en cualquier hotel de mi propiedad o cualquier restaurante de imprevisto y pobre del que no esté haciendo bien su trabajo. Todos mis empleados saben que no me tiembla la mano a la hora de despedirlos cuando no hacen lo que deben. Abro las pu
Tenerlo tan cerca y sentir su respiración hace que pierda el control de la situación. Otra vez caigo en su estúpido juego, sin medir consecuencias. Una mano me agarra de la nuca, la otra me acaricia el trasero. Estoy completamente entregada a él hasta que alguien carraspea. Me separo rápidamente de él y me encuentro con los chicos frente a nosotros, Aiden, Liam, Keira y Eileen. Eileen hace una seña para que mirara hacia atrás. Bruno venía en nuestra dirección. —Cariño —expresa acercándose a mí y tomándome por la cintura. Los chicos nos han tapado, no ha visto nada—, vámonos ya a casa.—A veces me quedaba con él en su casa, tampoco es como que no me haya acostado con él hasta el matrimonio, estamos en pleno siglo XXI. Sin embargo hoy no me apetece, aunque negarme sería darle el gusto a Dylan, que me ha tomado como entretenimiento y hacer dudar a Bruno.—¿A tu casa amor? —pregunto. En el fondo es para molestar a Dylan, me choca ver que no haya una mujer que le corra un metro.—Si prec
—Ya voy —grita Andrea quien se dirige a la puerta.—Esto es una invasión o qué —se queja Andrea. Automáticamente nosotras vamos a la puerta.¡No puede ser!¿Por qué demonios ahora me lo tengo que encontrar en todas partes?Afuera estaban, Dylan, Aiden, Liam y un chico que no había visto.—Creen que puede haber fiesta sin nosotros —comenta Liam.—Esto era "solo de chicas" —dice Andrea—, para la próxima me las llevo a un bar, dónde ustedes no sabrán. — ¿Cómo que no has dejado de ir a fiestas? —dice el chico que no conozco—, después vamos a hablar sobre eso.Andrea lo fulmina con la mirada.—Perdón cariño —expresa divertida—, ni aunque lo desees con todas tus fuerzas.—Nos van a dejar pasar o qué —se queja Aiden—. Dejen sus peleas matrimoniales para otro momento.—Solo los dejo pasar si ellas lo desean. —No pienso responder, por mi si se van.¿A quién engañas? —Nos lo estás poniendo muy fácil —se ríe Liam—. A ver mi pelirroja bella, di cuánto deseas tenerme ahí contigo.Eileen lo mira