Cassandra

Le entrego con una gran sonrisa uno de los nuevos diseños a una de mis mejores clientas, Mylie anota todo a mi lado y yo no puedo con la felicidad de poder vender casi todos los que había mostrado en el desfile y no dejan de llegar los pedidos, me sorprende lo mucho que he podido avanzar hasta ahora y estoy segura que no me detendré, por lo menos no ahora.

Si quisiera podría dejar de trabajar aquí y todo podría fluir solo, aún así me gusta estar aquí, es mi lugar seguro. Y también cierto pelinegro de ojos grisáceos que se encarga de revolverme los días. Admito que cada vez estamos más unidos, aunque me siento un poco mal por ocultarle el tema de las cajas lo cual me tiene cada vez más nerviosa, ya van dos semanas desde que llego la primera y estoy casi recluida en casa del miedo que me da de que llegue otra.

Porque no es normal, siempre me han llegado cartas pero terminan en mi buzón, no en la puerta de la casa de Dominic donde la seguridad es bastante, eso me pone en duda d