Capítulo: La última verdad de Don JuanValentino acompañaba a Álvaro ,mientras se preparaba para leer la carta de su abuelo, veía como Álvaro sostenía la carta entre sus dedos con una mezcla de incertidumbre y tensión. La letra temblorosa de Don Juan te decía que aquel papel escrito ,contenía algo crucial ,algo que había sido ocultado por años ,respiró hondo y comenzó a leer . Álvaro .hijo ,si estás leyendo esto ,significa que mi destino se cumplió esta noche.No sé cuántos días ,meses o años hayán pasado,pero confío en que esta carta haya llegado a tus manos o a las manos correctas, porque si hay algo que aprendí en esta vida ,es que la verdad siempre encuentra el camino. Los ojos de Álvaro recorrieron cada línea con el peso de saber que aquellas palabras habian sido escritas por un hombre que presentía su final. Álvaro yo nunca fui un hombre de muchos miedos, pero si algo me quitó el sueño durante años fue el peso de un secreto ,que nunca pude revelar en mi vida. Lo que voy a con
Capítulo: Volviendo a recuperar lo mio.David Moreno, el abogado de Aurora, llegó esa tarde con una expresión seria en su rostro.Sabía que la visita era crucial, pero en cuanto se sentó frente a ella, su mirada reflejó algo que no había mostrado en mucho tiempo: esperanza. Había algo en su rostro que daba a entender que, finalmente, la justicia podía estar más cerca.— Aurora ,Traigo buenas noticias —dijo con voz firme—. Ella le sonrió y él comenzó a hablar .- Los investigadores del caso han encontrado pruebas contundentes contra la familia Torres.Aurora sintió un nudo en la garganta al escuchar esas palabras. Durante años, la verdad estuvo oculta, pero ahora, al fin, se acercaba el momento de justicia que tanto había esperado.Miró a su abogado con expectación. Su voz, casi un susurro, le permitió preguntar:—¿Encontraron la caja de zapatos y la carta que dejó Juan ?David asintió levemente.—Sí. Y dentro de ella, hallaron documentos que comprometen aún más a la familia Torres. Tam
Capítulo: El JuicioÁlvaro estaba sentado en la sala del tribunal, esperando el inicio del juicio. Había llegado temprano, ansioso, inquieto. Sabía que este día marcaría un antes y un después, no solo en el caso, sino en su vida. Se repetía una y otra vez que estaba listo, que podía enfrentar lo que viniera, pero cuando vio a Aurora entrar en la sala, toda su convicción se desmoronó.Ella no estaba sola.Clara y Soledad la flanqueaban, ofreciéndole apoyo, protegiéndola como si aún fuera vulnerable. Y lo era. No solo por el peso de la injusticia que había cargado durante tanto tiempo, sino por la nueva vida que crecía dentro de ella.El corazón de Álvaro se detuvo por un instante al notar su pancita. No la había visto así antes, no en persona. Las fotos no le habían hecho justicia. Verla ahí, frente a él, con la evidencia de su embarazo tan visible, fue un golpe inesperado. Un recordatorio de todo lo que había perdido.Y entonces lo entendió.Aurora siempre había estado cerca.Clara y
Capitulo:Lo Que Se Pierde a veces no lo vuelves a encontrar.El juez anunció su decisión con voz firme y neutral:—El veredicto será dictado mañana a las nueve de la mañana.Aurora sintió que el suelo desaparecía bajo sus pies.El aire se volvió pesado, irrespirable.Su pecho se comprimió y un vértigo repentino la obligó a apoyarse en el respaldo de la silla.Otra noche más.Otra maldita noche de incertidumbre, de insomnio, de angustia.Tenía miedo.Miedo de que algo saliera mal. Miedo de que la justicia volviera a fallarle. Miedo de que ese infierno nunca terminara.Sintió una punzada en el estómago. Un retorcijón violento que la obligó a incorporarse de golpe.—Clara… tengo que ir al baño.Su amiga la sujetó sin hacer preguntas y la ayudó a caminar entre los pasillos del tribunal. Soledad las siguió de cerca, preocupada.Cuando llegaron al baño, Aurora apenas logró llegar al lavabo antes de que las náuseas la vencieran.Se inclinó sobre la pileta y dejó que su cuerpo expulsara la te
Capítulo:La esperanza de un sueñoLa noche era un castigo más. Cada minuto, cada segundo que pasaba, la culpa lo hundía más. Álvaro se sentía condenado a ese sufrimiento, como si estuviera pagando por todas sus decisiones erradas. Había cometido un error tras otro y ahora estaba enfrentando las consecuencias de la peor manera: viendo el dolor en los ojos de Aurora, viendo a su hijo y sin poder hacer nada.Se dejó caer en la cama con la ropa aún puesta. No tenía fuerzas para nada. Sus pensamientos lo atormentaban sin tregua."Si solo hubiera confiado en ella… Si tan solo le hubiera dicho quién era desde el principio…"Pero el miedo lo había detenido. El miedo y el maldito patrón que había repetido sin darse cuenta. Su abuelo, don Juan, había hecho lo mismo con su abuela. Nunca le contó la verdad. Y ahora Álvaro estaba pagando el precio por seguir los mismos pasos.Cerró los ojos, esperando que el cansancio lo venciera, pero el dolor seguía ahí. Hasta que, poco a poco, se sintió arrastr
El veredicto: Justicia para AuroraEl aire en la sala del tribunal se volvió insoportablemente tenso cuando el juez ajustó sus lentes y tomó la hoja con el veredicto. Aurora apenas podía respirar. Su corazón latía con fuerza, y en su mente solo había una súplica: que todo terminara. Que la pesadilla se desvaneciera.Todos contenían el aliento. Álvaro, al otro lado de la sala, mantenía la mirada fija en el juez. Había rezado en cada kilómetro del trayecto hasta allí, implorando que, al menos, ella recuperara su vida, su dignidad, su trabajo.El juez finalmente habló:—Tras analizar las pruebas presentadas por la fiscalía y la defensa, y considerando las investigaciones realizadas por los peritos e investigadores, el tribunal ha determinado que no existen fundamentos suficientes para sostener las acusaciones en su contra. Por lo tanto…Aurora cerró los ojos.—Doctora Aurora Saenz usted queda absuelta de todos los cargos.Hubo un segundo de absoluto silencio. Un instante en que el mundo
El aire era denso y pesado cuando Álvaro salió del tribunal. Su mandíbula estaba apretada, su mente hervía de rabia, pero su expresión se mantenía firme. Joseph estaba libre.A su lado, Valentino caminaba con pasos largos y decididos, su mirada oscura clavada en el suelo. Ninguno de los dos hablaba.Fue al llegar al auto cuando Valen rompió el silencio con un golpe seco al techo del vehículo.—¡No lo puedo creer! —gruñó, respirando con dificultad—. ¡Ese tipo es culpable! ¡Lo sabemos! ¡Todos lo saben!Álvaro se apoyó en la puerta del coche y se pasó una mano por el rostro, tratando de contener su propia frustración.—Si la justicia no lo hace, yo sí —dijo finalmente, con voz fría y determinada—. Vamos a revisar todo de nuevo.Los ojos de Valentino brillaron con una mezcla de furia y determinación. No hubo más palabras. Ambos subieron al auto y se dirigieron a la jefatura.No podían perder tiempo.La Búsqueda Entre las SombrasCuando llegaron a la jefatura, fueron directamente al archiv
El sonido de los neumáticos sobre el asfalto mojado era lo único que rompía el silencio de la noche. Joseph miraba su teléfono, revisando el mensaje que acababa de recibir. "Eduardo está con Fátima." Su expresión no cambió, pero sus dedos se cerraron con fuerza alrededor del volante. Sabía que no podía confiar en ese imbécil. —Bien jugado, Eduardo —murmuró para sí mismo. Luego, marcó un número. —¿Dónde están ahora? —Acaban de salir del trabajo de ella al parecer —respondió la voz al otro lado—. Eduardo la convenció. Se fueron juntos. Joseph apoyó el codo en la ventanilla, pensando rápido. Esto podría ser un problema. O una oportunidad. —Siguelos. Pero mantente a distancia. —Entendido. Joseph colgó y sonrió. —Veamos qué planeas hacer con ella. *** Eduardo no tardó en notar al hombre que lo seguía. —Hijo de puta… —murmuró Eduardo Apretó el volante y respiró hondo. Tenía que perderlo. —¿Qué pasa? —preguntó Fátima, mirándolo con preocupación. —Nos están siguiendo.