Joe
El dolor es infernal solo hace que mi mal humor crezca. No puedo creer que esa loca se haya atrevido a hacerle daño a Rose. Estoy postrado en la cama y cada vez la desesperación crece más, quiero volver a caminar ir a trabajar, recorrer la granja, limpiar los establos, quiero volver a tener mi vida normal y ahora… solo me queda esperar, cumplir con el tiempo de recuperación y comenzar las terapias.
Miro como mi padre y Brad van y vienen por la casa y quisiera, de verdad quisiera poder acompañarlos en todo momento pero ahora…
—Estoy harto de esta mierda —digo a nadie, estoy completamente solo en la sala de estar y solamente estoy mirando la ventana abierta que da hacia el frente de la casa. Este tiempo me ha dado mucho espacio
Han pasado tres semanas desde el accidente de Joe, hoy es el primer día de terapias y la verdad es que él está bastante ansioso por comenzar. Nuestra comunicación ha mejorado bastante y él se ha vuelto sumamente detallista conmigo, ha enviado flores varios días, además me ha regalado chocolates y ropa que yo… nunca hubiese podido comprar.Hemos cenado juntos y también hemos hablado por largas horas como antes, no sintiéndose presionada en ningún momento sino al contrario. Hoy siento una conexión que se ha desarrollado casi como si él fuera mi mejor amigo. Podemos bromear y también desearnos una buena noche. He pasado varias tardes sentada frente a la cama y hoy será el primer día que estará en silla de ruedas por más de dos horas. Me despierto algo mareada y de inmediato mi sistema de defensa se activa.—Eres un idiota —digo y él ríe.—Tu crees que soy idiota trayéndome estos cinco dólares, la familia para la que trabajas está forrada en dinero y tu… se los vas a quitar, así que no me vengas con esas miserias —y toma el fajo de billetes para tirarlo sobre mi. Comienzo a juntarlos hasta terminar y él sigue hablando sin sentido. No voy a hablarle más, no pienso hablarle ni ayudarle, no pienso el arriesgar todo esto por él.—Vete a la mierda —y me pongo de pie para caminar de manera torpe fuera de los campos de siembra.—Necesito más dinero, y tu sabes como coCapítulo 44
Estoy sirviendo los platos de comida cuando Joe me toma de la cintura y me pega a él como el característico abrazo que hace un par de semanas ha hecho.—Me fue genial en la… ¿qué ha pasado? —pregunta y yo intento alejarme de donde está pero no puedo, me tiene sujeta de manera muy fuerte.—Joe… terminaré de…—¿Qué ha pasado?, tienes un golpe en la cara —yo asiento y ahora es Corina quien habla.—Joe, vamos a comer y después hablaremos todos en la sala, pero no hay que interrumpir la comida, por favor —cierro los ojos por un tiempo y al abrirlos me encuentro con Joe mirándome, luego me libera de su agarre y se queda completa
JoelMiro Rose recostada en el sofá que está frente a mi cama. Se le ve con la mirada perdida y algo triste, quisiera que pudiera descansar tranquila pensando que ella está bien, que ahora está a salvo y nadie puede dañarla, no conmigo en frente.Sigue mirando el cojín que está en sus piernas, su respiración es algo agitada y sus ojos están bien abiertos a pesar del cansancio.—Rose, descansa —ella siente sin mirarme—. De verdad, tienes que descansar.—Lo hago, estoy recostada—Duerme —ella niega, parece en otro lugar, no en este lugar.
Joe ha terminado la terapia y apenas lo he convencido de que vaya con su padre a hacer sus tareas en la granja y yo pueda acompañar a la señora Corina y a la señora Adriana a las compras.A regañadientes ha aceptado Joe solo con la condición de enviar al chofer con nosotras. Vamos de camino hacia el supermercado y yo me concentro en la vista que me resulta hermosa, solo escucho como las señoras hablan sobre la familia y los hijos de Adriana.Miro mi muñeca y llevo puesta la pulsera que Joe me regaló en navidad. Inconscientemente pienso en él y en todo lo que hemos pasado y en que ahora somos… novios.Tardamos alrededor de media hora en llegar al lugar y al aparcar vamos directo a comenzar las compras. Llevo una lista y me emparej
—Rose, estás… —escucho la voz de la señora Corina y como es que me levanta de donde estoy, me mareo un poco antes de poder estabilizar la mirada—. Por Dios, ¿estás bien?, ¿qué ha pasado?, te fuiste, te buscamos… Rose ¿porqué te fuiste?—Disculpeme —alcanzó a decir antes de que me tome entre sus brazos y me de un fuerte abrazo. Me siento más tranquila ahora, sé que están de vuelta y están bien.—¿Qué ha pasado? —pregunta y es cuando se hace a un lado para que Joe aparezca en la silla de ruedas con rostro asustado y molesto.—¿Qué ha pasado Rose?, dime, ¿quién hizo esto?, ¿fue tu hermano? —solo asiento y maldice e
La lasaña ha sido un éxito me han felicitado constantemente pero la verdad es que no me he sentido nada bien. Y croe que mi rostro lo refleja es por eso que me la he pasado en la cocina tratando de llevar la situación de esa mujer lo mejor posible.Estoy sumida en los pensamientos cuando la señora Corina viene a dejar un par de platos sucios. Y es cuando rompo mi concentración para dedicarle una sonrisa.—Si no te conociera podría creer que estás bien —sus palabras me dejan sorprendida y yo solo me quedo en silencio—. Dijo Joe que había recibido una noticia no deseada.—Si —digo y tomo los platos sucios para colocarlos en el lavavajillas.—No tienes nada de que p
Mi cuerpo se queda estático, debe de ser un error, no puede estar aquí, pero le veo sonreír. Está tranquilo, está feliz… quiere hacernos daño. Me pongo de pie de inmediato y salto de la cama para tomar el teléfono fijo y llamar al 911.—No puede ser, no puede ser —repito y ahora es Joe quien se ha despertado.—¿Rose?, ¿estás bien? —niego varias veces, la operadora contesta y Joe escucha lo que digo sobre Berardo, en ese momento veo como es que comienza a moverse para acomodarse en su silla. Termino la llamada y en ese momento me interroga.—¿Qué es lo que has visto? —trago saliva—La puerta de la cocina estaba abierta, sentía e