NATASHAMe sentía aturdida, la cabeza me daba vueltas o eso sentía. Traté de abrir los ojos, pero no lo logré porque un dolor fuerte me hizo recostarme de nuevo.Sentí que estaba sobre algo suave, una cama, parecía. No le tome importancia, me sentía fatal.—¿Doctor, que le pasa? —La voz de una mujer se escuchaba a lo lejos, pero podía entender lo que decía. —¿Por qué se desmayó? Tengo entendido que no ha sido la primera vez.La voz se me hizo conocida. Parpadee para aclarar mi visión, pero no intenté levantarme.—Ya me entregaron su expediente, la joven sufrió una ligera amenaza de aborto —anunció el hombre en el momento que abrí los ojos. —Lo conveniente es que debe reposar, al menos, hasta que pase el tercer trimestre de gestación.—¿Mi bebé está bien? — murmuré mientras me acomodaba, no podía levantar la cabeza completamente.—No te esfuerces, el doctor ha indicado que descanses —me dijo la madre de Ale, estaba parada a lado de la cama y pronto cortó la distancia para llegar a mí. —
NATASHA—¿Por qué?… —Abrió esos labios tan suaves y habló despacio a la vez que me comía con la mirada. —¿Por qué regresaste?Ahora entendía su pregunta, ¿pero qué él no sabía la respuesta?—No me dieron a elegir —contesté.—Ya no necesitas fingir conmigo, —sonrió con amargura. —Di que le lloraste a mi madre para conseguir su lástima y así mi padre alargue tu futura tortura. A mi madre suele ser muy caritativa, pero creo que eso ya lo sabes.Mi garganta se contrajo con una extraña necesidad de gritarle en la cara y decirle que se fuera al demonio, sin embargo, las palabras de enojo no salían.Apreté más mis manos, quería rasgar la tela de su camisa, encajarle las uñas hasta que sangré, por lo menos un poco y así sienta algo del dolor que yo estaba sintiendo por causa de esas duras palabras.—Yo también me puedo convertir en un hombre caritativo si me ruegas que le dé atención a tu coño empapado. —Me rozó los labios con las puntas de sus dedos.Sentí cómo su otra mano bajaba por mi cue
ALESSIONo estaba de puto humor para una cena familiar, pero mi madre pidió que apareciera, pues no estaba en condición de protestar.«Si quiero recuperar mi relación cercana con ella, debo esforzarme.»Lo que detesto del abuelo es que le gustaban las formalidades, tenía que ponerme un traje para estar presente en la cena.«Que les den a todos.»Refunfuñe mientras me miraba en el espejo y me arreglaba el cuello de la camisa oscura. Si quieren verme allí y con una jodida ropa formal, entonces se tendrán que conformar con lo que verán de mí, eso incluye mi cara de amargado.—Nene —la voz chillona de Narkissa casi hizo que sangraran mis tímpanos.No le presto atención, ni siquiera la observé cuando sentí su presencia detrás de mí.—Te estoy hablando —se quejó.—¿Qué quieres? —sisee.—Demonios, nene —dijo en un tono sumamente fingiendo. La veo a través del espejo y entrecierro los ojos cuando se acerca. —¿Hasta cuándo dejarás de comportarte como el diablo? Odio cuando haces eso, cariño, ne
ALESSIO —No sé qué demonios está pasando con ella, no estoy informando de ninguno de sus planes. Desde que se le metió en la cabeza la idea de destruirte, le dije que no contará conmigo. Reveló Vladímir en el altavoz. Padre le había llamado para intentar conseguir algo por esa parte, sin embargo, el hermano de Narkissa no tenía nada de información, ni siquiera había tenido contacto con ella desde hace meses. Y era cierto, mi padre había investigado y no existía un historial de llamadas incógnitas en los dispositivos que él colocó para averiguar algo, incluso las cámaras que mando a poner cerca de esa zona, no captaron ninguna silueta femenina, excepto la de la esposa de Vladímir, cuando entraba y salía de su mansión. También colocó unos hombres, ya que ninguna idea se podía garantizarle nada, y él lo sabía muy bien. —Tenemos un nombre, Crow, ¿te suena? —dijo mi padre contra el altavoz. Esperamos todos en silencio, Vladímir se tomó su tiempo, no sabía si estaba analizando el nombr
ALESSIO—¡En el mío! —vociferó Iván cuando salía de la mansión. Se refería a su auto.—¡En dónde sea, pero ya muévanse! —gritó mi padre antes de subirse a su auto.Salió dejando una estela enorme de polvo, por la velocidad que iba conduciendo.Corrí hasta el auto de Iván, y me trepé en el asiento trasero. Leo iba enfrente.—¿Quién se fue con mi padre? —pregunté, Iván ya estaba saliendo de las instalaciones del castillo.La valla alta ya estaba abierta, salían varias camionetas en las cuales iban soldados del abuelo. Muchas de ellas ya se habían adelantado.—Va solo el maldito fanfarrón —masculló Iván.—Ya te la sabes, no le gusta esperar —le recordó Leo.Así es el Diablo, a él no le gustaba perder el tiempo esperando, si daba el aviso de algo, se tenía que hacer en el momento que ladraba la orden.Condujo hasta el centro de la ciudad, las calles sé y miraban vacías mientras más nos acercábamos al sitio afectado.Resonó el sonido de unos balazos antes de que viéramos de dónde venían. Iv
NATASHA—Camina, perra —masculló ordenándome Narkissa.No sabía a donde se habían ido todos y porque esta mujerzuela me hablaba así mientras me apuntaba con un arma. Sin embargo, obedecí, no quería terminar muerta y en sus manos de ella.—¿A dónde me llevas?—Las preguntas las hacemos nosotros, no tú. Ahora sigue caminando. —Me empujó, y casi caigo de bruces.Cómo pude me mantuve firme a pesar de haber estado muy débil hace minutos atrás. Amanecí con un dolor muy fuerte en el vientre, después comencé a sangrar y me asusté, por eso llamé a la madre de Ale, pues estaba preocupada por mi bebé.Afortunadamente, el sangrado cesó, pero continuaba siguiéndome mal, ya que no me permitieron tomar un reposo después de lo ocurrido.Así que tenía el temor de que el sangrado volviera, me sentía muy débil como si me fuera a desvanecer en cualquier momento.—Necesito descansar —dije, mi voz apenas en un susurro, ni siquiera tenía fuerzas para hablar, así que menos podía defenderme.—Después de que t
NATASHASi hablo, puede que se vayan sobre Antonella o vayan y busquen a Ale. No, no puedo abrir mi boca, ¿pero y si nos matan de todas maneras?¿Qué debo hacer?—Habla, o aquí mismo se muere tu hija —dijo esa voz.—No —exclamó. —Estoy hablando con seriedad, yo ya no tengo esa información. La perdí —insistió mi padre.Y era cierto. Yo tuve ese chip en mis manos, yo lo usé para conseguir la dirección donde estaba él y mi tío; sin embargo, no podía decir nada.«Estoy entre la espada y la pared».—Él dice la verdad — murmuré.Inmediatamente, me arrepentí de haber dicho esas palabras. Sentí cómo el cañón del arma iba bajando, primero por mi cuello, después por mi espalda alta y al final en la parte baja, donde podría una bala atravesar hasta mi estómago.Tragué saliva con dificultad y apreté mis ojos de nuevo. Sentí más de cerca el calor de esa persona, casi sentía que me quemaba y sin necesidad de tocarme directamente.—¿Y tú cómo sabes eso? —casi susurró en mi oído. Su tono era bajo y mo
ALESSIO—¡¿Qué jodidos, paso con Franco y Alan?! —vociferó mi padre en el celular, a pesar de que tenía el altavoz activo.—Siguen inconscientes, el gas que echaron en la habitación dónde estaban ellos era muy fuerte y dañino, pueda que les haya afectado —informó Iván. —Ahora están de camino al hospital, los lleva Leo.—¡Los necesito acá! —rugió.—Pero Dante…—Sin malditos peros —lo interrumpió. —Te quiero aquí ahora —le ordenó y después cortó la llamada.Papá y yo habíamos matado toda la evidencia, los malditos prefirieron morir que soltar algo, así que les dimos unos putos disparos en las cabezas después de haberles quitado a mi madre de sus manos.Mamá estaba bien asustada y temblorosa. Antes de que cruzarán el puente alcanzamos a intervenir para qué sacarán a mi madre fuera del radar.—Nena, ¿te sientes bien? —Insistió mi padre con mi madre por segunda vez, no la quería agobiar, pero ella no respondía, estaba como en shock. —Dime algo, por lo menos insúltameEn eso sonó el celular