CALEB

Un calor sofocante ocasiona que mi cuerpo comience a reaccionar sacándome de mis sueños, me remuevo un poco estirando mis piernas y brazos, paso una mano por mi rostro comenzando a abrir mis ojos lentamente acostumbrándome a la luz de la habitación. Vuelvo a estirar mi mano hacia un costado esperando tocar la piel de Emma, pero no está.

Termino de abrir mis ojos alzando mi cabeza de la comodidad de la almohada para poder buscarla con la mirada, pero estoy solo en la habitación. La luz de la mañana entra por la ventana y mi ceño se frunce al notarlo. Cuando carajos me dormí.

Las sábanas cubren la desnudez de mi cuerpo hasta mis caderas dejando mi torso al descubierto, un leve dolor en mi cuello cuando lo muevo me devuelve instantemente a la noche anterior.