—Buenos días, Alfa.El moreno sonrió mientras observaba al chico a su lado y se apoyó en su pecho ya que éste se encontraba boca arriba.—¿Despierto desde tan temprano?—Bueno, no podía seguir durmiendo así que solo desperté un poco antes y aproveché un poco la mañana.—¿La mañana? ¿Qué hora es?Connor giró un poco la cabeza para buscar con sus ojos el reloj que se encontraba en la mesita de noche. Alzó una ceja y se reincorporó para poder verlo vertical y entender qué decía. Sus ojos casi se salen de sus cuencas de tanto abrirlos, era demasiado tarde.—Son las once.Se paró rápidamente listo para comenzar a cambiarse pero una mano lo detuvo al agarrar con delicadeza su muñeca, aquel toque se sentía demasiado suave y real.—Pero es domingo y Harold me dijo que te dijera que te tomaras el día, Connor.—Dios, mi padre va a matarme.—Según Harold tu padre está en uno de los territorios vecinos estableciendo un acuerdo con una de las razas, la verdad es que no le entendí del todo bien per
Las cosas estaban en cierta forma algo extrañas. No entendía muy bien pero desde que había despertado cierto olor inundaba la habitación y no lograba percibir de qué se trataba. Se sentó en la cama mientras miraba a su alrededor y soltaba un bostezo.—¿Connor? Hay un olor extraño en la habitación.Se giró y se encontró con el castaño a su lado apretando los ojos con fuerza y estrangulando las sábanas con sus manos y empleando mucha fuerza en ello.—Ethan, ve a buscar a Harold.El moreno con preocupación se levantó de la cama y corrió fuera de la habitación para poder dirigirse al pasillo extenso que tenía la mansión. No sabía dónde se encontraba el rizado, pero sabía que debía buscarlo y que necesitaba encontrarlo, Connor se veía mal, muy mal.Comenzó a sentir su corazón palpitar con demasiada fuerza en su pecho y le dolía, no mucho, pero era un dolor bastante molesto.Miró hacia todos lados buscando una puerta o un número clave a dónde ir para encontrar al amigo de su Alfa, pero esta
El día estaba algo gris, no solo por las nubes tapando el cielo, también por el hecho de que en la mansión las cosas se sentían tensas, como si algo se encontrara ocurriendo y todos estuvieran al tanto a excepción de Ethan.Desde aquel día del celo de Connor, por alguna razón, las cosas entre él y el castaño se encontraban extrañas. Connor estaba algo serio y alejado de él, como si Ethan hubiera hecho algo malo y eso lo hubiera alejado. Estaba preocupado, el castaño no solía comportarse de aquella forma con él. Connor solía ser más atento y cariñoso, pero esta vez ya no, Connor casi no pasaba tiempo con él, solo lo veía por la noche cuando iba a la habitación para poder dormir, por las mañanas el castaño no se encontraba en la habitación, siempre estaba solo y con la cama vacía.Había pasado una semana pero se sentía como un mes, más si se trataba de Connor siendo indiferente con él.—Hola.—Hola, Ethan, ¿sucede algo?El moreno entró en la habitación que compartía su mejor amigo con e
Un día.Solo eso quedaba, un día. Un día más y Connor debería enfrentarse a la persona que su padre hubiera elegido. Había estado entrenando intensamente y había estado dando su mayor esfuerzo. Debía ganar, además de que lo quería, debía hacerlo.Ethan continuaba anonadado desde el día anterior. Connor le había dicho que lo amaba, no se lo esperaba para nada, realmente no, no le creía, o bueno, quería hacerlo pero no estaba del todo seguro.La vida era injusta, el amor lo era también. El amor así como florece, se marchita y desaparece con el pasar del tiempo. El moreno lo había aprendido por las malas. Quizá Connor ahora lo amaba, quizá estaba hasta ilusionado o confundido. Pero no estaba del todo seguro de si realmente podía llegar a sentir algo por él, claro que no, se trataba de Ethan, ¿realmente alguien podría amarlo? Era un egoísta y caprichoso, nada más que eso, solo pensaba en sí mismo y no le interesaba nada más en lo absoluto, no hacía más que pensar en su propia persona, nad
Era el día, aunque el moreno debía aceptar que de encontraba algo exhausto, la noche anterior había estado con Connor, teniendo sexo sin parar, supuestamente el castaño se encontraba estresado y Ethan estaba dispuesto a ayudarlo a quitarse ese estrés, era más que obvio.—Tranquilo, Alfa, verás que todo saldrá bien, no deberías de preocuparte, sé que eres muy fuerte.—Lo sé, pequeño ángel, no es eso lo que me preocupa.Se acercó al más pequeño y posó un beso en su frente mientras se dirigía al baño y C.M miraba a E.C fijamente para después oírlo temblar un poco, algo extraño sucedía y Ethan no estaba al tanto de ello, ahora sí estaba más que molesto.—¿Sucede algo? Parece ser que soy el único que no sabe al respecto.—No sucede nada, Ethan, si no te tranquilizas voy a obligarte a estar aquí y no podrás ir a ver el enfrentamiento.—Bien.Se sentó en la cama y se cruzó de brazos con molestia. Detestaba no saber lo que sucedía a su alrededor, se sentía como un idiota.—Ven, E.C, a ver si
Su cuerpo le pesaba en demasía, se sentía exhausto, como si hubiera caminado por horas mientras cargaba algo muy pesado, quizá más pesado que él. Sintió los rayos del sol dar de lleno en su rostro mientras dormía, no podía continuar con lo suyo ya que no se sentía cómodo de aquella forma. Se estiró un poco y después se sentó en aquel suave colchón en el que se encontraba.Miró a su alrededor y pudo ver una habitación bastante pequeña y acogedora, la cama en la que se encontraba estaba en el centro y era una cama matrimonial, al lado de la misma había una mesita de noche y habían algunos muebles en aquel lugar, pero no les prestó mucha atención.Unas voces lejanas a él pudieron ser percibidas por sus oídos por lo que se levantó lentamente y comenzó a caminar hacia la puerta aún confundido, necesitaba saber de quién se trataba y lo más importante; ¿qué hacía ahí? ¿Dónde estaba?—Por favor, necesito que cuiden de él, no será por mucho tiempo, Connor no puede ahora mismo y no confía en na
El olor de aquel lugar era terrible, se sentía en todos lados y demasiado fuerte, tanto que el rizado deseaba no poseer olfato, ya no soportaba aquello, el olor a enfermo, a remedios, el olor asqueroso que largaba cada esquina del establecimiento.Suspiró mientras se acomodaba en su silla y miraba su reloj, llevaba más de diez horas ahí y aún se encontraba igual de preocupado que desde que había llegado. Connor aún no despertaba y los médicos hacían lo posible. Tenía fe en que su amigo iba a estar bien, pero aún así no podía evitar preocuparse, el enfrentamiento había sido demasiado para C.M, obviamente el híbrido que había propuesto Cedric era mucho más fuerte que el lobo de Connor, cualquiera era más fuerte que C.M incluso el lobo de Isaac que ni siquiera tenía conexión directa con una de las razas, pero bueno, Connor había decidido arriesgarse y Harold nada había podido hacer para detenerlo más que advertirle lo que sucedería con él.Suspiró mientras se abrazaba a sí mismo con alg
Su corazón latía tan fuerte en su pecho que podía jurar que veía cómo su piel se estiraba cada vez que éste rebotaba, le hacía calor y su cabello acababa de pegarse a su frente mojada. Cerraba sus ojos con fuerza, sintiendo hasta algo de dolor al hacerlo, no sabía de qué otra forma podía aliviar lo feo que se sentía aquello.Apretó en un puño las blancas sábanas y después una lágrima solitaria cayó por su ojo, ahí comprendió que el dolor que sentía era más fuerte que él. Abrió ambos ojos de golpe mientras observaba toda la habitación buscando que alguien se encontrara ahí con él para ayudarlo, para hacerle sentir mejor, para inyectarle algo y dormirlo, no aguantaba más, se sentía al borde de la muerte y no le sorprendería que eso sucediera.—Doctor, el paciente Morris, no se encuentra muy bien, por favor, venga.Una voz femenina se oyó desde afuera, Connor pudo reconocer a una de las tantas enfermeras que entraban para revisar sus signos vitales y toda la cosa. Sintió cierto alivio pe