Capítulo 6

Salí lo más rápido del restaurante y fui al estacionamiento, ahora mismo tengo que ir a hablar con un abogado para poder proceder con el divorcio, no es tan complicado, el contrato está aquí y solo tiene que cumplirlo y cualquier abogado lo hará por una buena cantidad de dinero.

–Irina.

Me detuve cuando escuché mi nombre, antes que me diera la vuelta ya sabía de quién se trataba, por desgracia conocía cada parte de Collin, el sonido de su voz, su aroma, la forma de su rostro, el número de lunares que tiene en la espalda y la forma que abre la boca al dormir, aunque no espere que viniera a buscarme, seguro el señor Fritz debe estar furioso y lo está presionando, nunca contradice a su padre, eso también lo sabía.

–¿Qué haces aquí, Collin?

–¿Qué hago yo? ¿Qué haces tú? –dudó –. Te he estado llamando y buscando.

Se veía molesto, esa mirada que siempre me da cuando yo le pido algo y no lo quiere hacer, pero si fuera alguien más lo haría con gusto.

–Vamos a divorciarnos, lo mejor es que por ahora cada quien tenga su espacio –mencioné –. No quiero la casa, te la puedes quedar, de cualquier forma fue tu padre quien la compró.

–La compró para que ambos viviéramos ahí, esa casa también es tuya y tienes que regresar.

–No sé cómo me encontraste, pero dile a tu padre que no voy a volver, él hizo un contrato y ya fue cumplido, los cinco años han pasado, se acabó.

–Yo no sabía nada del contrato, no es justo.

–Pues debiste leer lo que firmaste y no solo obedecer a tu padre.

Se empezó a rascar el cuello, siempre hace eso cuando está estresado, especialmente cuando se siente atrapado por alguna situación, recuerdo que tuvimos que ir al médico por eso y debe aplicarse una crema para que su piel esté bien, recuerdo que se la he aplicado cuando se le olvida, es lo que debe hacer una esposa en nuestro entorno, hacer que su esposo este bien.

–Irina, si esto es un berrinche tuyo solo para conseguir dinero o alguna propiedad, te juro que te lo voy a dar, solo vuelve a la casa ahora mismo.

Se veía mal, las ojeras en sus ojos y esa chaqueta que trae no le combina, tiene sus atuendos combinados en el armario, me he encargado de eso, pero seguramente por salir de prisa no se ha dado cuenta y ahora su cuello empieza a estar rojo, verlo de esa forma casi me hace decir que si, me necesita, yo lo hice de esa forma, lo he hecho que me necesite por cinco años y ahora me fui, pero él es un adulto y ya no es mi problema.

–No lo haré, Collin –expresé –. Lo lamento, pero ahora te las vas a tener que arreglar tú solo.

Tomé las llaves de mi auto y me fui, pero me sujetó con fuerza.

–No te vas a ir a ningún lado.

Se acercó dos pasos, su aliento casi me dio en la cara, tuve que bajarla, mi cuerpo no respondió y me quedé rígida, no pensé que fuera a obligarme, de alguna forma cuando se acercaba demasiado, yo me sentía pequeñita, una parte de mí todavía le tenía miedo.

–Irina, aquí estás –la voz se escuchó desde atrás, eso hizo que Collin se alejará y yo pude respirar –. Mira que olvide dejarte la dirección para que me envíes los documentos –se detuvo frente a nosotros –. Hola Collin.

–¿Jason? ¿Volviste?

–Sí, hace poco –respondió –. Qué coincidencia justo hablamos de ti en el desayuno.

No miré a ninguno de los dos, apenas me estaba tocando la mano donde Collin me sujeto, debería irme ya, antes de que quiera obligarme a ir con él.

–No sé que es lo que te dijo Irina, pero ella vuelve conmigo a casa.

–Será un poco difícil porque Diane me dijo que iban a reunirse en su casa para la fiesta de Girasoles, ¿verdad Irina?

Apenas pude verlo, me estaba ofreciendo una salida, luego vi a Collin que tenía sus ojos sobre Jason, seguro pensaba que había algo, lo cuál es ridículo porque Jason tiene su propia familia, lo sé por Diane.

–Irina…

–Sí –contesté –. Voy a casa de Diane para hablarle de la fiesta.

–No te ves bien, será mejor que yo te lleve –propuso Jason.

–Yo la voy a llevar, es mi esposa –reprochó Collin.

–No se supone que eres el director de una empresa, Collin –comentó Jason –. Pero yo voy para la casa de mi hermana y puedo ver que tu presencia perturba a Irina, no es bueno que conduzca por su cuenta, deberías dejar de molestar, Collin, vamos, vete a trabajar.

Casi que lo sacó y lo hizo con una tranquilidad que confundió a todos, no hubo pelea, ni pleitos, sentí su mano en mi espalda y luego me guió hasta su auto, sentía como la mirada de Collin me atravesaba mientras me alejaba, fue hasta que estuve sentada en el asiento del copiloto que reaccioné.

–Ah… yo… lamento mucho lo que pasó, Jason –logré decir –. Mmmm… Muchas gracias, de verdad, no sé cómo pagarte, lo haré… mmm… será mejor que me vaya.

–No creo que debas volver –me detuvo –. No te veías bien con él cerca y seguramente sigue ahí, esperando que sea cierto que te llevaré, será mejor salir de aquí y mandas a traer tu auto más tarde.

–Mmmm… sí, creo que tienes razón.

No me agradaba mucho la idea de estar con Jason en el mismo espacio, pero volver y arriesgarme a que Collin esté ahí y me quiera llevar de regreso a la casa, no es buena idea.

Jason encendió el auto y salió del estacionamiento para entrar en la carretera, ni siquiera me dí cuenta que dirección tomó, solo miré el retrovisor para verificar que Collin no nos estuviera siguiendo y no lo hizo, después de unos minutos logré relajarme un poco y miré a Jason conducir, fue cuando reaccioné.

–Ah… supongo que no vas a casa de Diane.

–Supongo que no quieres ir a casa de Diane –aclaró él y me reí.

–No, en realidad no –negué con la cabeza, también lo escuché reír, pero seguía viendo hacía la carretera, tenía el cabello un poco alborotado, siempre lucía bien, era su forma de estar peinado, todas se morían por sus ojos claros, pero a mi me encantaba su sonrisa, se le hacían unos hoyuelos a los lados cuando mostraba sus dientes.

–No estaría bien que te quedarás sola, si Collin te está persiguiendo, te parece si vamos a mi casa.

Casi tuve que abofetearme para reaccionar a lo que había dicho y concentrarme, miré a la carretera para no volverlo a ver demasiado.

–No –contesté.

No puedo creer que estuviera diciendo eso, ¿qué va a pensar su esposa cuando me vea entrar con él a su casa? Incluso yo sentiría demasiada vergüenza.

–Yo... tengo un apartamento, ahí... estaré bien.

–No creo que sea buena idea que te quedes sola, en serio, no hay ningún problema.

–Tampoco en mi apartamento, estaré bien allí, te lo aseguro.

Se quedó en silencio un segundo antes de rendirse.

–Está bien, dame la dirección.

Le di la dirección y él lo aceptó, por suerte estamos cerca, al llegar le hablé al guardia que me reconoció de inmediato, nos dejaron entrar y le indiqué a Jason que se detuviera en mi estacionamiento.

–Te agradezco mucho lo que hiciste hoy –mencioné cuando me estaba quitando el cinturón y abría la puerta, cuando me iba a despedir y salir, me dí cuenta que él ya estaba afuera del auto.

–El edificio se ve muy bien –comentó desde afuera, un poco confundida me bajé y lo miré.

–Ah sí, es muy seguro, por eso lo escogí.

–¿Y cuál es tu apartamento?

–Es el sexto piso –señalé el ascensor.

–Vamos.

Un poco confundida camine al ascensor con Jason, no sabía cómo decirle que no creo que debería seguirme, que aquí era bastante seguro y que no dejarían entrar a Collin porque ya lo había hablado desde que vine aquí, pero supongo que quería verme segura en mi apartamento, así que subimos, él miraba todo con curiosidad, salimos y habían tres puertas, caminamos al fondo que era la mía y la abrí, creí que eso sería todo, pero entró, supongo que debo ofrecerle algo de beber, me trajo hasta aquí.

–Ah… ¿te ofrezco algo de beber? –dudé.

–Agua, está bien.

–Sí, ahora te la traigo.

Lo dejé en la sala donde seguía viendo todo con curiosidad y luego me fui a la cocina a traer el agua, al regresar estaba frente a la ventana.

–Que hermosa vista.

–Sí –contesté –. Por eso lo escogí, además es muy tranquilo y seguro.

–En serio, ¿solo este es el espacio? –señaló.

–Bueno, la cocina está por allá –señalé atrás –. El baño de invitados –señalé al frente –. Y dos dormitorios, el principal tiene baño y un balcón, el otro es un poco más pequeño, pero me funciona bien.

–Lo has decorado tú, se nota que es tu gusto.

–Ah… ¿mi gusto? ¿Qué quieres decir con eso? –cuestioné.

–Que es bastante simple y elegante.

Miré para todos lados, así era como Jason me veía.

–¿Simple?

–Sí, es que no hay nada ostentoso y extravagante, siempre fuiste así, te gustaban las cosas sencillas.

Simple y sencilla.

Vaya, es verdad que no soy como las demás chicas, que no tengo el cabello rubio de Shelly, o los impresionantes ojos azules de Leighton, tampoco soy tan alta como su hermana o tengo la piel bronceada y el cabello ondulado de Maggie, pero saber que Jason Lynch piensa que prácticamente soy ordinaria y me lo diga en mi casa, es jod.idamente fatal.

–Creo que deberías irte –comenté –. Mmm… tengo cosas que hacer y supongo que tu también.

–¿Dije algo malo?

–No, al contrario, gracias por traerme y perdón por darte molestias.

–Creo que deberíamos ver lo del contrato y empezar a trabajar en el divorcio.

–Aún no estoy segura de eso, yo te aviso.

–¿De qué no estás segura? –cuestionó –. Me di cuenta de lo que estaba haciendo Collin, tienes que separarte de él.

–¡Esa no es tu decisión! –exclamé, muy tarde me di cuenta que ya le había gritado, suspiré y caminé a la puerta –. Será mejor que te vayas y de nuevo disculpa las molestias, espero no causarte problemas con tu familia.

Jason no dijo nada, se quedó un segundo en el mismo lugar, pensé que no se iba a ir, pero finalmente lo hizo, en el momento que salió y cerré la puerta empecé a llorar, por ridículo que se escuchará nunca creí que Collin aún tuviera algo de autoridad sobre mí, creí que ya lo había superado, pero no es así y no quería que nadie más lo supiera, por ahora no puedo pensar en nada más, pero tengo que hacer algo, ir un paso adelante, no pienso regresar a esa casa y mucho menos con Collin.

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