POV: Jayden Laurent.—Disculpen pero creo que necesito un momento a solas con mi hijo — Dijo mamá en voz alta.Yo no podía hacer más que mirarla, pues un cóctel de emociones se encontraba ahora en mi interior y yo estaba comenzando a sentirme ebrio de ellas. Todos se retiraron sin pensarlo dos veces y sin decir nada más, incluyendo a Stella quien solo se dio la vuelta con una mirada triste y se dirigió al salón de eventos. Esto realmente iba a ser agotador, aunque esperaba salir riéndome de aquí y que fuese un tema de conversación interesante al siguiente día.—¿Qué prosigue, madre? ¿Éste es el momento en que me mandas al bosque con tres viejas hadas madrinas? — pregunté con cierta ironía.—No, Hijo. Éste es el momento en que me explicas lo que está sucediendo.—Tú sabes lo que está sucediendo — respondí sin poder evitar esbozar una risita.—Eso no te da el derecho a regalar el patrimonio de la familia — replicó ella con cierta molestia.—De hecho si, mamá. El patrimonio pasó a mis m
POV: Stella Sanders.Jayden se quedó hablando con su madre, ya había pasado un buen rato y aún no salían, todos se preguntaban qué estaba sucediendo.Si, era un desastre y además resultaba incómodo, me miraban de cierta manera no amigable, sino curiosa e incluso burlona.—Tiene mucho sentido que haya venido la mismísima Carola De Laurent hasta aquí — comentó Leila viniendo hacia nosotros.Era la único que me faltaba en este momento, como si no bastara con todo lo demás que tenía en la cabeza.—¿Qué haces aquí? — pregunté cansada.—Como les había comentado antes, mi padre trabaja en este tipo de eventos y en ocasiones yo le acompaño, algo me decía que ésta noche iba a ser interesante — respondió con una risita que me resultaba bastante molesta.—¡Felicidades! Tuviste una buena corazonada — contesté con una sonrisa tan falsa como mis ganas de seguir en este lugar — ¿Qué estás esperando? ¿Un premio? ¿Trofeo? ¿Medalla? No, de hecho déjame voy y te busco todo acompañado de un diploma, para
POV: Stella Sanders.—¡Eso es absurdo! — declaró Karina riéndose en frente de mí.Había decidido contarles a mis compañeras sobre mi compromiso apenas un día después en el trabajo, después de todo creí que ellas iban a apoyarme.Un presentimiento que no estuvo del todo correcto.—Son demasiado jóvenes, no se conocen lo suficiente, es apresurado, no tiene sentido — añadió Alexandra casi enfadada y lo peor era que lo decía sin atreverse a mirarme a la cara, obvio, por delante de todo estaba su orgullo.—No entiendo cual es el problema — repliqué mirando hacia otro lado — si, tal vez es algo pronto pero se supone que cuando dos personas se aman…—No puedes saber si realmente amas a una persona en tan poco tiempo — contestó Alexandra de manera seria interrumpiendo mi argumento.Yo trataba de mantener la calma, pues, esperaba que este fuese un lindo momento, realmente estaba feliz y no quería que un intercambio de palabras lo arruinara.—¿Saben qué? Tienen toda la razón, una chica que tuvo
POV: Jayden Laurent.Stella no volvió a responder mis mensajes ni mis llamadas, me resultaba molesta e inmadura su conducta. No podía solo abandonar todo lo que estaba haciendo cada vez que ella comenzara a ignorarme por razones que yo desconocía, la amaba pero quería algo más maduro que esto.Me fui a dormir con la convicción de que el siguiente día sería mucho mejor y al despertar no sabía qué pensar. Toda mi oficina estaba llena de obsequios y reporteros que luchaban ferozmente por entrevistarme.—¿Qué está sucediendo? — pregunté con cierta molestia a la señora Maggiore.—Señor es que… se rumorea que va usted a casarse con la señorita Stella Sanders — contestó ella por lo bajo.—Es demasiado alboroto por una boda, éste pueblo necesita algo que los mantenga entretenidos ¿acaso no tienen televisores? Los dramas de las Kardashian son mucho más interesantes — respondí restándole importancia al asunto.—Es que eso no es todo… — respondió la señora Maggiore con cierto temblor en su voz.
POV: Stella Sanders.En el momento en que Jayden cruzó la puerta sentí como algo se quebró dentro de mí, no podía llorar, no podía levantarme, no podía reaccionar, me sentía casi vacía, casi, porque un sentimiento aún persistía en mí: La ira.Me levanté de mi cama, tomé un bolso y lo llené de mis cosas esenciales, me arreglé como pude y luego huí.Estando en el baño tomé las tijeras entre mis manos y corté mi cabello tanto como pude, me miraba en el espejo, sintiéndome menos que la sombra de lo que era hace un par de días, me habían dañado profundamente, lo habían logrado.Mamá se encontraba en la habitación viendo una película, Sofía estaba dormida, quizás viendo comiquitas, mientras yo salía por la puerta trasera y me saltaba a la casa vecina para despistar a los reporteros.Como pude llegué al corazón contento, el día de hoy no habían tantos comensales, quizás por el escándalo, quizás por el clima.Sin pensarlo fui hasta la cocina para encontrarme con Alexandra, la señora Alicia, l
POV: Alexandra Cisneros.Me encontraba encerrada en el baño, llorando a mares y lamentando infinitamente.Estaba enojada con Stella pero jamás creí que nuestra amistad iba a fracturarse a este nivel, quería creer que en algún momento mi molestia pasaría y ella estaría allí, pero esto me acababa de demostrar que realmente lo había jodido y por orgullo había perdido a quien consideraba mi mejor amiga.—¡Alexandra! — exclamó mi nombre la señora Alicia mientras tocaba la puerta — sé que te sientes mal pero ya llevas mucho tiempo allí, ven, hablemos — agregó con su tierna voz que recordaba a la de una madre preocupada.Mientras más la escuchaba más lágrimas salían, me sentía terrible ¿Quién pudo haber hecho algo como esto? Yo estaba enojada, sí, pero realmente no haría algo así.—¡Alexandra! — se volvió a escuchar pero ésta vez de parte de la señora Adelina — ¿Podemos hablar? — agregó realmente preocupada, lo cual no era común en una persona de tan gentil y soñador carácter.No me quedó de
POV: Alexandra.Salí corriendo del hotel hasta llegar a la vía, desesperadamente trataba de tomar algún medio de transporte pero parecía ser casi imposible.Sin pensarlo comencé a detener también carros particulares, finalmente un auto de color azúl se detuvo un poco más adelante, corrí hasta la ventana para casi gritar.—¡Necesito ir al aeropuerto, pagaré lo que sea!.El chico comenzó a reír para luego abrir la puerta.—Súbete, iremos al aeropuerto — contestó al mismo tiempo que yo me sentaba junto a él y velozmente nos encaminábamos al encuentro con Jayden.No había sido mi culpa de manera directa pero yo había contribuido a esto, había traicionado a Stella por una molestia.—¡Fui una tonta! — dije para mí misma agachando la cabeza.—¿Estás bien? — preguntó el chico a mi lado.—No, bueno si, no lo sé — contesté enredándome con mis propias palabras.—¿Por qué tan apurada al aeropuerto? — preguntó él con una sonrisa.—Tengo que buscar a un chico, no puedo permitir que se vaya — contes
«En dicha operación se va a extirpar un tumor cerebral que según el médico encargado del caso, el joven se había negado a retirar con anterioridad. No nos queda más que desearle la mejor de las suertes y que con el favor de Dios salga victorioso del quirófano»POV: Stella Sanders.Me encontraba en la cafetería de la universidad cuando escuché la noticia, miré al televisor con lágrimas en los ojos y pude ver su foto ¿hace cuánto había huido de esa imagen? ¿hace cuánto me escondía? ¿Hace cuánto no veía sus ojos? aunque fuese solo una fotografía.—¿No es ese tu novio? — preguntó Bárbara mientras me miraba — si, creo que es él — agregó rascando su nuca cuando volteé a verla y pudo ver el mar que escurrían mis ojos.—No… no es… — trataba de hablar torpemente, completamente aturdida.—Si, lo sabemos, no es tu novio, no quieres hablar de eso — intervino Verónica mientras copiaba su tarea.—Deberías ir a verlo de igual manera — sugirió Bárbara.—Lo sé, lo sé, necesito irme, pero necesito entr