«Amelia.

Hija, primero que todo espero que tú y mi nietecito estén bien. Sí, supe por tu madre que estás embarazada; y no sabes lo feliz que estoy con esa noticia tan inesperada y bonita. También quiero que sepas que me alegro mucho saber que no es de ese idiota que tanto te hizo sufrir. Espero que el padre del bebé se haga cargo, y si no lo hace, sabes muy bien que nunca te voy a dejar sola.

Perdóname por haberte presionado, pero creí que estar con Oliver era la mejor opción para ti, después de todo siempre mostró ser un buen muchacho. Ahora que sabemos de lo que es capaz de hacer y su verdadera cara, no merece nada de ti. Mantente lejos de casa si es necesario. Mantente firme en la decisión que ya tomaste. No le des ese gusto a tu madre y a ese imbécil de regresar con él.

Suceda lo que suceda, no vengas. Sé de sobra que siempre estaré en tus pensamientos y en tu corazón, pero por el bien tuyo, de mi nieto y de ese hombre que mencionaste a tu madre y con el que estás rehaciendo una v