Isabella Habíamos llegado a un restaurante de comida árabe más famoso de la ciudad, nos habían guiado a la segunda planta, Ibrahim había hecho que las mesas llena de comensales que estaban disfrutando de una comida, las desalojaron para que solo el grupo de nosotros estuviese ahí. Algo drástico e innecesario, pero entendí que por ser quienes eran, preferían tener total privacidad. —¿Estás bien?—preguntó Azahara mirándome detenidamente, solo asentí, desde la llamada, mi ánimo se había oscurecido, sé qué lo que había dicho Zaid de llevarme a Dubái, solo ha sido por decir, nunca cedería a irme sabiendo que ahora lo veo como más que solo mi jefe, el caos que sería si se enterara la familia de él, asumirían que sus sospechas eran ciertas, aunque en su momento no lo era así, pero hoy, era distinto. —Me hubiese gustado que compraras el vestido negro, aunque no puedo mostrarme más allá de lo que se me tiene permitido mi religión, podría imaginármelo yo en él. —luego soltó una risita. —Lo
IsabellaJohn estuvo a punto de ir por él, pero Zaid se dio la vuelta para caminar hacia nosotros, tenía su mandíbula tensa y sus labios apretados formando una delgada línea.— ¿El señor Ashgar necesita que regrese con la señorita Ayad? —pregunté a John antes de que Zaid llegase a nosotros. —No. Suba, al auto por favor, señorita Sánchez.—asentí y lo hice en cuanto llego Zaid, me recorrí en el asiento hasta el otro extremo del auto. Zaid subió y cerró la puerta, su mirada se posó un momento en mí. —Lamento lo sucedido, no era mi intención hablarle de esa manera y menos delante de Azahara e Ibrahim. —Seré totalmente sincera, señor Ashgar. —Zaid—me corrigió él pero yo negué. —Señor Ashgar, —remarqué, antes de que John subiera al auto. —Ha sido muy irrespetuoso. —Zaid alzó sus cejas con sorpresa. —He dicho que seré totalmente sincera. —Adelante—dijo él. —Ha sido muy irrespetuoso y más como se ha dirigido a la señorita Ayad, ¿Quiere que piense que por la manera de llegar asuma que
Hola, querido lector, ayer y hoy no hubo actualización, pero ya a partir de mañana, -ya que acabo finalmente de finalizar «El deseo del millonario»- retomaré actualización ahora más constante, junto con la otra historia. Quiero dar gracias por su paciencia y espero darles más capítulos seguidos. Los horarios para esas dos novelas: «Habibi; un amor imprevisto» y «Un juego del destino» empezará a actualizarse por la noche, (Hora México) si tienes alguna duda puedes buscarme por mi mismo nombre: Mara Caballero, en mis ----- ya saben. Sin más, me despido, gracias por esperar y seguir esta historia que se ha hecho una de mis favoritas. Pd. Y si, claro que leo sus comentarios solo cuando entro, la plataforma no avisa cuando comentan. Así que ahí ando leyéndolos. Buenas noches.
Zaid No me podía creer que Azahara estuviese llamando al celular de Isabella, ¿Qué era lo que quería? ¿Qué fue lo que le había dicho cuando la detuvo del brazo? ¿Estaba siendo amenazada? Muchas preguntas pasaron por mi cabeza cuando vi el número de ella como llamada entrante. —¿Qué necesitas ahora, Azahara?—pregunté, pero nadie contestó al otro lado de la línea estuve a punto de volver a hacer la pregunta cuando escuché que se aclaró la garganta. —Soy yo, disculpa—era Ibrahim, me tensé de solo escuchar su voz. —Quería preguntarle algo a tu asistente, ¿Se le permite contestar alguna vez las llamadas de su propio celular? ¿O es que está restringido recibir llamadas de otras personas si no es su propio jefe?—¿Qué es lo que quieres, Ibrahim? No tienes por qué hablarle a mi asistente personal. ¿Qué podrías tratar tú con ella? —Calma, calma, Zaid. Solo quería saber si iba a ir al evento de tu empresa, ya ves que es para los empleados. —miré hacia Isabella quien tenía el ceño arrugado
IsabellaSu pregunta siguió desequilibrándome más. No podía ceder a lo que sentía y mucho menos, decirlo en voz alta ahora que estaba más claros mis sentimientos. Pero Zaid pareció necesitar saber si yo realmente estaba sintiendo algo por él. ¿Qué le dirías, Isabella?—¿Y si no hubiese un compromiso de por medio me dejarías cortejarte?—insistió en su pregunta. —Mi respuesta no tiene relevancia, Zaid. —él tensó sus labios. —Para mí tiene toda la relevancia, Isabella. —su respuesta me provocó un escalofrío de pies a cabeza. —Y no debería ser así. —repliqué sin dejar de mirarlo a los ojos. Los platos de comida empezaron a llegar haciendo que no siguiéramos hablando. Le expliqué como se debía de comer la comida que le había pedido, en cada bocado, pude notar impresión en su rostro, se había comido seis gorditas de tinga de pollo, había probado el mole y flan de postre, habíamos quedado satisfechos, yo tenía sentimientos encontrado, el volver a comer comida mexicana me hacía recordar a
Isabella «Tú fuiste la culpable, Isabella» esas palabras se repitieron una y otra vez dentro de mi cabeza, Zaid seguía mirándome a cierta distancia. —¿Isabella?—Zaid me llamó, bajé las manos de mi boca. —¿Solo por qué ella te amenazó? Zaid, Azahara es inteligente, ella ya sospechaba que algo estaba pasando, bueno, desde antes lo sospechaba, pero no estaba pasando nada, la forma en la que fuiste conmigo el día de hoy, fue lo que le hizo confirmar. Es entendible que esté actuando celosa porque otra mujer siente que se lo va a arrebatar, no me inculcaron a ser así, tengo valores y se han ido por la tubería desde que empecé a sentir esto. —Isabella, mi compromiso con Azahara solo era un arreglo de nuestras familias mucho antes de que los dos naciéramos, no había algo como lo que estoy sintiendo por ti, —hizo una pausa, se pasó una mano por su cabello y luego suspiró—siempre me he regido por las leyes, por las costumbres, tradiciones y por lo que ordena mi familia, y mi pregunta es, ¿
AzaharaCondominios Ashgar, Toronto, Canadá.No podía creer lo que Zaid había dicho al teléfono, lancé mi hiyab a la cama y comencé a caminar de un lado a otro, ¿Cómo era posible que cancelara así por así nuestra boda? ¡Es una boda que está organizada desde años! No podía permitir que esto pasara, mi padre no lo toleraría y yo estaría en problemas. Seguiría en las manos de él y no podría vivir en libertad, no sé cuanto tiempo estuvo mirando Ibrahim desde la entrada a mi habitación. —¿Qué es lo que pasa? ¿Por qué estás así?—ella no lo volteó a ver, no iba a decirle que Zaid había cancelado, él podría beneficiarse de esto y no lo permitiría, los negocios de mi padre, eran míos y de Zaid, no de él. Era mi dinero, no él de Ibrahim. —¿Azahara?—me llamó, me volví a él poniendo la máscara de tranquilidad que quería demostrarle y no alertarlo. —Estoy bien, es solo que no estoy acostumbrada a estar en un lugar cerrado, necesito aire, espacio. —¿Quieres salir a pasear por la ciudad? Así apro
Ibrahim La noche nocturna de la ciudad de Toronto era demasiado atractiva, también muy tentadora. Miré a través de la ventanilla las luces que pasaban a nuestro lado. Esperaba una llamada para poder llegar a mi objetivo número uno: Isabella. Un suspiro salió de mis labios cuando pensé en ella. Azahara necesitaba que yo fuese la persona que acompañara a Isabella al evento, una vez que le dije que Zaid había dicho que iría su asistente, mi prima se había alterado, necesitaba un plan para alejarla de su prometido, del cual no confiaba en absoluto. —Señor Ayad, hemos llegado. —anunció mi chófer, en el asiento del copiloto, estaba mi jefe de seguridad, se giró para mirarme. —El edificio de enfrente es la empresa del señor Ashgar. —me incliné para mirarlo, era bastante grande, no más que mi hotel en Dubái, se veía a simple vista muy aburrido. Tenía colores grises y azules cromados, el letrero grande «Ashgar Export» estaba iluminado por completo. —¿Ya ha conseguido la información qu