Queridos lectores,
Si habrán notado, estoy retomando actualizaciones así como mis redes sociales con el tema de mis libros. Ya vi sus calificaciones (mitad de estrellitas) de esta historia, primero que todo, espero se encuentren bien, en segunda, no es necesario que califiquen mal mi historia, mi ausencia tiene un fuerte motivo y fue la pérdida ahora de mi padre, no se imaginan el super bloqueo que tuve, y que gracias a Dios ya está finalmente yéndose y con eso, estoy empezando a escribir.
Agradecería de corazón que no sigan calificando con medias estrellitas esta historia :(, ya que quiero que empiece a ser visible a otros lectores, y así vayan leyendo los primeros capítulos ya escritos, puesto que estoy en proceso de volver a retomar las actualizaciones. ¿Qué les parece un maratón? Déjame tu comentario en este post...
Sin más por el momento, un fuerte abrazo en la distancia, y gracias por la larga espera, y por cierto, nuevo lector, no suelo dejar mis historias a medias, a menos que esté pasando por algo tan fuerte como es la pérdida de tus seres amados. (O un super mega bloqueo como en «amor en línea»)
Terminando «Un juego del destino» seguirán más historias nuevas, he regresado, babys.
Gracias!
IsabellaHabía despertado sin Zaid a mi lado, su lado estaba frío y era señal de que había despertado mucho antes que yo, nos habíamos acostado con la promesa de que sería un día que disfrutaríamos con mis hermanos, les mostraríamos la ciudad. Antes, me arreglaría para ir a recoger mis análisis, y sabía que Zaid, iría conmigo.—¿A qué horas se despierta la señora?—escuché a Julio preguntar, me removí de inmediato entre las sábanas y senté de manera torpe en la orilla de la cama, en cuanto iba a acomodarme mi cabellera revuelta, la puerta la tocaron y luego se asomó mi hermano, sonrió al ver que intentaba aparentar estar totalmente despierta. —Así que ya despertaste, —dijo entrando y cerrando la puerta detrás de él, miró la habitación y soltó un chiflido, —Es hermosa la habitación, —luego se acercó mientras dio un recorrido con su mirada. —¿Descansaron?—pregunté con mi voz adormilada aún. —Sí, mucho, Esteban y Luis fueron con Zaid a hacer un par de compras, yo decidí quedarme para es
Zaid—¿Y vas a seguir trabajando en la empresa después de lo que ha pasado?—escuché la pregunta de Julio a Isabella cuando se sentaron en la sala después de un largo desayuno en familia, no me habían visto que iba detrás de ellos, ya que me había quedado con mi jefe de seguridad revisando unos detalles de un viaje sorpresa que quería darles a los hermanos y claro, también a Isabella. Me detuve a cierta distancia para que no me vieran y no ser tan obvio al llegar. —Sí, seguiré trabajando. —respondió Isabella en un tono a la defensiva. —Tengo un trabajo, y renunciar a él en este momento, es lo menos que quiero, me mantiene activa…—Y cerca de tu esposo.—dijo Julio en un tono divertido. —Pero dime algo, ¿Te encuentras bien? Te he notado algo inquieta. Se hizo un largo silencio. —No es nada, ¿Quieres café?—no escuché una respuesta de Julio, luego las voces de sus otros dos hermanos se escucharon en la sala. —He quedado muy lleno, estuvo deliciosa la comida, —dijo Luis—¿Entonces reposa
IsabellaSabía que algo no estaba bien, ¿Por qué ahora estaba bastante pálido? ¿Realmente era el dolor de cabeza que decía tener? Me crucé de brazos y suspiré. —Vamos, habibati, vamos a casa. —insistió. Entramos al elevador, nos dirigimos al lobby y el auto ya esperaba por nosotros en la entrada principal, ya no me importó que alguien nos viese juntos, incluso él lo notó y al salir por las puertas de cristal que daban a la calle, tomó mi mano, la elevó a sus labios y dejó un beso en mis nudillos. «Amo a este hombre»Durante el camino, hablamos acerca de donde iríamos al día siguiente con mis hermanos, quería llevarlos al restaurante donde había probado comida mexicana, pero luego negó, diciendo que se le antojaba algo más que picante, quería algo dulce y luego negó, eso me hizo sonreír, estaba indeciso pero al mismo tiempo entusiasmado. Pasé saliva un momento al sentir mi estómago haciendo maroma, eso me recordó que debía de ir a recoger mis análisis, pero necesitaba ir sola, querí
Azahara—Así que este es tu inversión—dije dejándome sentar en uno de los sillones de la sala, la vista desde aquí, era espectacular. —Te dije que es una buena inversión, además, —Ibrahim se detuvo frente a los grandes ventanales y miró por un momento en silencio hacia el exterior, se giró hacia mí y sonrió, señalando con su dedo hacia el paisaje. —Además, me encanta que tengamos a nuestro enemigo en común a unos cuantos metros de distancia. —me tensé al escucharlo decir eso, él se estaba refiriendo a Zaid, a su empresa que estaba frente a este edificio. —Estoy empezando mi plan, en menos de tres meses, Ashgar Exportaciones, será nada, nadie recordará esa empresa. —¿Y cómo harás todo eso en menos de tres meses? Sabes que mi padre dijo que Zaid está demasiado enraizado con este negocio y que sería difícil llevarlo a la ruina. —le recordé las palabras de mi padre una vez que Ibrahim lo había convencido de cobrar venganza por lo que me había hecho, el romper nuestro compromiso de años
IsabellaEstaba ansiosa por algo y no sabía el motivo. Tomé el brazo de Zaid una vez que me lo ofreció. La hermosa mujer que se acercó, nos guio a una mesa en un área privada, al caminar entre los comensales, Zaid estaba como escudo humano dirigiéndome al lugar. La mujer se detuvo y nos señaló el espacio. —Gracias—dijo Zaid en un tono serio, la mujer intentó sonreírle, pero él de manera sutil la ignoró, ella me miró y luego de manera rápida nos dejó para que nos acomodáramos. —Debiste, aunque sea sonreírle de manera amable por su atención. —le dije aceptando el gesto de separarme la silla para que me sentara, él presionó sus labios y negó al mismo tiempo que tiró de la silla para sentarse —no frente a mí— sino a mi lado. —Solo sonreiré a mi esposa, a mi mujer, no tengo por qué sonreírle a otra mujer. —sus palabras me dejaron callada, —Así como espero que tu sonrisa sea solo para mí. —Hay de sonrisas a sonrisas, Zaid. —él arqueó una ceja. —Hay sonrisas que son por educación y…—detu
Isabella«Era la misma Azahara, aquí, en Toronto, en el servicio de damas de un restaurante que habíamos llegado de último momento, ¿Casualidad del destino?, o ¿Planeado?»—Azahara—esa única palabra salió de mi boca, sin dejar de mirar su reflejo contra el espejo, estaba a mi lado, ella pareció no sorprenderse por mi presencia, entonces eso me hizo pensar muchas cosas… «¡Dios mío, Zaid!» Y ella, como mujer musulmana, no debía de estar sola sin un pariente de sangre, mi corazón latió más rápido el solo imaginar que Ibrahim estuviese esperando afuera del servicio. —¿Le comieron la lengua los ratones, señora Ashgar?—la forma en que había hecho la pregunta, me hizo inquietarme más. —Oh, me sorprende verla en un lugar tan lejos de su hogar. —le contesté lo más tranquila que pude. Noté como sus ojos se fijaron en una de mis manos, supuse de inmediato que quería mirar mi argolla. —Estoy en la ciudad por negocios. ¿No se puede visitar Toronto?—su pregunta me tomó por sorpresa.—Está en lib
Zaid Isabella había subido las escaleras después de hacer nuestras promesas, pero no me quedaría tranquilo hasta abarcar todo a nuestro alrededor. Estaba en el despacho escuchando cada detalle que había investigado mi jefe de seguridad, pero al final, estábamos igual, habían usado los Ayad sus contactos para ocultar que estaban en la ciudad y no teníamos información desde cuándo. Pero la pregunta del millón fue “¿Por qué tanto anonimato?” “¿Qué era lo que estaban ocultando?” —No lo vimos ver, señor Ashgar. —anunció John, preocupado. —Es mi culpa. —No quiero que bajes la guardia ahora más que nada, si tienes que contratar más personal para protegernos, hazlo sin dudar, John. —Sí, señor. —Hizo una breve pausa— ¿Va a tomar las mismas medidas para la familia de la señora Ashgar una vez que regresen a México? —esa pregunta ya tenía una respuesta. —Sin dudar, John. —La señorita Ashgar, llegará pronto, llegará con su propia seguridad, ¿Querrá que también aumente la de ella? —No será ne
ZaidMiré el reloj y luego hacia la segunda planta, esperando que Isabella apareciera para marcharnos a recoger los resultados de sus análisis, mis tres cuñados estaban en la cocina desayunando y entretenidos con unas nuevas tabletas que les había comprado como detalle de nuestra parte. Así que los tres, estaban sumidos en el entretenimiento en lo que iba con ella al laboratorio. —Señor, Ashgar. —escuché a John llamarme, me exalté al verlo a mi lado, ¿En qué momento llegó?—Lo siento, no fue mi intención asustarlo.—No, no, es solo que estoy perdido en mis pensamientos y no te vi llegar, pero, dime, —me aclaré la garganta—¿Qué noticias me tienes?—¿Quiere que lo hablemos aquí?—preguntó dudando.—Bueno, solo dame un resumen breve. —pedí desviando la mirada de manera breve hacia la segunda planta, luego miré a John.—El señor Ayad, ha pedido una reunión con usted de último momento en media hora. —alcé mis cejas con total sorpresa. —Me lo acaba de informar la señora Bruce cuando no le ha