ALASKALe pongo más peso a la máquina para hacer un circuito de brazos, de tren superior de mi cuerpo. Correr no puedo por el tema del pie pero no me puedo quedar quieta tanto como quiero o según las indicaciones de la doctora.Realmente con todos los problema mentales actuales me es imposible quedarme quieta en casa, encerrada permitiendo que los pensamientos afloren, atormentándome mas de lo que estoy ya.Me siento mal, realmente mal y hasta me dan ganas de llorar cada que pienso en Abel. Quisiera que alguien me ayude, me de un consejo pero hablar ese tema que me atormenta, me causa mucha vergüenza. Mi cuerpo transpira realizando el conteo queriendo drenar por medio del sudor todo esto que me está quemando por dentro. Respiro profundo, más personas ingresan al gym ocupando el espacio. La canción de Sia imparable invade mi sistema auditivo mientras las gotas de sudor se toman mi espalda, frente y brazos. No se qué voy hacer, tengo mucho miedo de lo que vaya a pasar y no tengo un p
ALASKANi siquiera puedo describir lo que me hace sentir su mirada en la mía. Es como si una tormenta impactará mi cuerpo, me hiciera pedazo y me volviera a reconstruir. Me siento tan extraña con el y juro que nunca unos ojos me habían hecho sentir tanto. Son cosas raras porque pese a que me mira mal, con odio al igual que yo a él, siento que detrás de esa mirada llena de desdén, se esconde algo más y ese algo me excita, me calienta. —Si vienes con reproches es mejor que te vayas Alaska, no estoy para tus mierdas sin sentido. Baja la mirada a la documentación que tiene en el escritorio. Me ignora es un completo hijo de puta cuando se lo propone. —Quiero hablar contigo Bruno —No me ves ocupado —respiro profundo —no tengo tiempo para atenderte. No puedo creer que este concentrado en el trabajo. Aunque debo confesar que se ve muy bien siendo responsable. Alza de nuevo su mirada despectivamente. —No escucho la puerta cerrarse.—Necesito hablar contigo Bruno—tomo asiento frente a e
BRUNOLa familia Vitale es reconocida por ser unas de las más poderosas de Italia. Venimos de una generación de hombres con poder económico y el cual se ha extendido con el pasar de los tiempos. La fortuna que poseemos es debido a los negocios familiares que van desde casinos, restaurantes, centros comerciales, Hoteles y dinero invertido en la bolsa. No me quejo, he tenido una vida llena de lujos, de excesos y sin limitaciones. Lo que me convierte en la oveja negra de la familia ya que somos tres hermanos en total. Paolo el mayor, Luca el segundo y yo que soy el menor de los tres. No puedo decir que llevamos una mala relación porque es mentira, con mis hermanos soy muy unido, aunque no hable muy seguido con ellos. Paolo tiene como responsabilidad los casinos y restaurante mientras Luca los hoteles h centros comerciales, se supone que yo debería manejar los últimos, junto con las acciones en la bolsa, pero no confían en mí, dejando a disposición el dinero que necesite. No me he es
BRUNOAbrazo a mamá para despedirme, no queriendo ahondar más en el tema de la mujer ideal. No he encontrado a nadie interesante, la única que medio me genera algo ya tiene dueño y prefiero ignorar el hecho de que le tengo ganas a la mujer de mi mejor amigo.Decirme a diario a quien le pertenece, muchas veces no me ayuda, porque a solas, teniéndola cerca, lo único que quiero es besarla. El hambre se me despierta, las ganas emergen y el deseo se vuelve incontrolable que no me importa faltarle el respeto a Abel, con tal de saborear sus labios.Mama Se pone muy intensa hablando de lo mismo, y más porque todos mis hermanos ya están casados. —Tu hermano Luca está teniendo problemas con su esposa—me cuenta y la escucho viendo como mi padre nos observa por la ventana. No es que no lo quiera, mi padre me ha dado educción, protección, el hombre que soy es por el, en términos generales ha sido un buen padre, un ejemplo a seguir, pero no soy un hombre que vive para complacer a los demás. —Era
BRUNOEn una maleta de viaje empacho lo indispensable, antes de darme una ducha y alistarme para salir directo al aeropuerto. Estoy duro, sigo erecto y esto ya se hace insoportable. Me toco el miembro, quiero masturbarme, pero me niego hacerlo pensando en esa mujer.Tengo el tiempo justo, me apresuró a bañarme y rasurar mi barba dejando mi rostro sin ningún bello facial.. Tengo el traje listo el cual me pongo, tomó mi reloj, siempre lo uso siendo este el ultimo regalo de mi abuela. Agarro la maleta y me dirijo al ascensor.Mi apartamento es un Pent-house, por lo tanto la única forma de subir es a través de un único ascensor el cual yo doy el permiso de abrir y a través de la pantalla pegado a la pared, noto que mi hermano está parado en las puertas de la recepción. Me sorprendo al ver a Luca, mi segundo hermano y le permito el ingreso al ascensor queriendo saber que le sucede ya que es raro que este aquí. Miro mi reloj, no quiero llegar tarde y si tengo 10 minutos para el, es much
BRUNO El teléfono me vibra con una llamada. No suelo utilizar tono de llamada. No me gusta, con que vibre es suficiente para mí. Lo saco de mi bolsillo mirando la pantalla que identifica la persona que trata de comunicarse conmigo. Contestó la llamada con un pie en las escaleras, no quisiera contestarle, será porque presiento el tema que vamos a tocar. Aun así, deslizo el dedo en la pantalla, contestando la llamada. —Hola amigo —es Abel—te quería desear buen viaje. —Mentiroso, creo saber muy bien porque es tu llamada—se rie. —En verdad deseo desearte un buen viaje, pero también una cosa amigo, por favor cuida Alaska. Pide haciéndome reír irónicamente. —Mi novia es muy hermosa y sé que ninguno va a desaprovechar la oportunidad de caerle como bandada de buitres, pero si tu estas ahí con ella, sé que la cuidaras. —No te preocupes Abel que haré todo lo posible, sabes que tu novia me odia con todas las fuerzas de su alma y con el genio que se gasta, ni el diablo se le acerca
BRUNOEs, esta mujer, es.. Quiero estrangularla, besarla, follarla por ser tan hermosa. —A mí no me hechas, yo no soy Abel con el que tú puedes hacer lo que se te venga en gana. —se que esta acostumbrada a manejar a los hombres como quiere—No soy tu perro que te obedece, así que mide tus palabras. Le dejo claro. Se acomoda en el asiento y nadie dice nada hasta que recibe una llamada que la altera. Es su padre con el cual discute y el cual la hace masajear la sien. —Es mi problema papá, no tiene nada que ver contigo y no siempre en cada situación tengo que ir a pedirte dinero, yo misma puedo resolverlo. Lo deja hablar quedándose en silencio, la pierna comienza a moverla con tic nervioso y tengo que dejar mi mano en su muslo para que se calme.No parece pasarla bien, sus ojos se conectan con los míos por unos instantes donde siento que me abren el pecho por la intensidad. —Ahora estoy de vieja papa, no puedo hablar, pero tú y yo tenemos que hacerlo, hay un tema que debemos discutir
ALASKATodo me imagine menos que iba a quedarme varada en el avión con este italiano de mierda. Es que me choca su actitud, y me da rabia lo atractivo que es, me enoja que me haga pensar cosas sucias cuando no debería. No me gusta volar, mi miedo no es crónico, pero eso no quita el desespero de quedarme por tiempo indefinido en este aparato que se puede caer en cualquier momento.Lo sufro, más cuando su olor masculino invade mis fosas nasales agregándole más gasolina a esto que despierta y me quema. A veces quisiera que tuviera alguna cicatriz a ver si le resta atractivo, belleza, sensualidad. Quiero arrancarme los pelos del temor, la excitación y todas estas sensaciones que emergen y me decepcionan de mi misma.Se encuentra sentado en la parte trasera de mi silla, ya hablé con el diciendo que pondré de mi parte, pero la situación no me ayuda. Hablo con mis amigas distrayéndome un poco, les digo que es lo que está sucediendo e inician con suposiciones raras. Suposiciones que no me