ALASKAEl sol matutino se filtra por la ventana. Apenas muevo mi cuerpo siento que un tren ha pasado por encima mío. Me giro con pesadez, registrado dolor en mis piernas, brazos, cintura y entrepierna.Lugares donde Bruno tocó, apretó, mordió, estrujo e hizo de todo. Me giro en la cama quedando boca arriba, después del placer vienen las lamentaciones y arrepentimientos. Estoy en este momento como el ebrio aquel que siente los síntomas agudos de la resaca después de haber bebido toda la noche. La conciencia me pesa más que el dolor en mi anatomía y tengo ganas de llorar al pensar en la persona que acabo de traicionar. Bruno no está en la cama, el sonido de la ducha avisa donde se encuentra y me encojo volviéndome un ovillo con los recuerdos vivos de la noche que pasamos. Gemi, grite, lo disfrute como nunca. Me encantó la forma en la que me hizo suya y lo peor es que por esa parte no me arrepiento, pero es de nada. Quisiera levantarme, salir corriendo de aquí, pero quisiera hablar co
ALASKA Niego con sus palabras, me confunde más de lo que estoy porque si es cierto que me gustó, también ahora me siento la peor cucaracha del mundo. —Bruno, razona. Rodea la mesa llevándome acorralándome. —Basta no te acerques mas—le pido. —¿Cual es el miedo? Doy un paso atrás queriendo que no se acerque mientas su mirada es peligrosa. Me pega a la encimera, acorralándome con su cuerpo. La loción de baño entra aflojandome las piernas y trago grueso con la mirada que me dedica. —Mírame a la cara y dime que no lo gozaste, mírame y dime que no te gustó tanto como a mi. Decirle que no es mentirle, pero tampoco quiero reconocerlo, darle la razón porque lo único que quiere es esa satisfacción. —Bruno eso no tiene nada que ver en... —Tiene mucho que ver—pega su cuerpo al mío, intento apartarlo con mis manos, pero captura mis muñecas quemando mi piel con el mero agarré—me enoja que te niegues a la realidad cuando no podemos hacer nada más, el pecado está cometido así que as
ALASKASoy yo la que llama Abel para disculparme. Debí marcarle antes pero ayer, definitivamente no era yo. O si, ya no se, lo que si es cierto es que ahora me maldigo por dejarme llevar.—Perdóname amor por no llamarte antes —me limpio las lágrimas—lamento preocuparte de esta manera. Intento no sollozar para no llamar su atención y agravar mi situación con el.—Cielo sabes que te amo mucho, no vuelvas hacerme eso, pase una noche de mierda pensando lo peor. —Te amo, te amo mucho de acuerdo.Sonríe, le encanta cuando le digo así y es que necesito decirlo para convencerme. Es a el a quien amo, a quien deseo, es Abel el hombre de mi vida y quien desata mis pasiones.—Yo también, sabes que eres mi vida por ello no hagas cosas que ponen en riesgo tu vida, no sé qué hubiese pasado si Bruno no está a tu lado. Su inocencia me parte el alma. —Sí, fue bueno conmigo—no quiero hablar más de eso—tengo que darme una ducha y volver al trabajo, quiero terminar lo más pronto posible para volver co
ALASKATome el primer vuelo de Venecia a Roma. Mi novio me recibe y camino arrastrando la maleta. Esquivo a las personas tomando la salida donde espera Abel.A veces el mismo universo nos envía señales para enseñarnos que no estamos solos y veamos que pasamos la vida observando otras cosas y no a las personas correctas. Abel es la persona correcta. Es un viaje comercial, no pude dejar de pensar, condenarme por lo sucedido y me siento fatal. Mi novio me espera recostado en el auto y apenas me ve, Sonríe abriéndome los brazos. —Mi amor —Dios mío, me besa apasionadamente. La expresión de alegría por verme me hace sentir más horrible, Consigo seguirle el beso con el pecho cargado, lleno de sentimientos contradictorios porque si bien lo quiero, ya no siento que lo amo como antes. —Te extrañe mi vida —une su cabeza a la mía —¿como te fue? ven para que me cuentes los detalles. Preferiría no hacer eso, pero al subirme al auto le cuento como fue el tema de las grabaciones, y que eso sí me
ALASKA Mi hermana es la primera en recibirme cuando ingresamos a casa. Abel por supuesto me acompaña y abrazo a mi pequeña revoltosa mientras le doy varios besos en el rostro. La amo demasiado, ella es mi vida. —¿Como te fue en Venecia? dime—como desearía que las personas dejaran de preguntarme. Eso lo único que causa es que me atormente más de lo que ya estoy. —Perfectamente mi amor, después hablamos de eso. —No la atosigue con lo mismo Camila—es mama—déjala respirar. Mi hermana saluda Abel que trae una tarta de manzana. Mamá es otra que elegantemente me recibe y me sorprende, no sé qué ha pasado con el tema de la infidelidad de mi padre. Pero se ven que las cosas van mejores después de todo. Tras de infiel y pésima novia, mala hija también. —Tu como siempre de caballero—Mamá abraza a mi novio después de recibir el regalo. —Siempre es un placer cenar con ustedes, sobre todo cuando es usted la que cocina. —Todo lo hice yo—alardea mamá, Abel siempre ha rescatado esa saz
ALASKAMe pongo de pie para abrazarla, a papá también y todos hacemos lo mimos. En verdad me alegra demasiado la noticia, despejando mis dudas del amor que mi padre sentía por mamá porque siempre, lo único que note en este hombre fue un amor incondicional hacia mí mamá. Terminamos de comer en una tensión horrible, la noticia minimizo todo, pero aun así, todo se estropeo con la pequeña discusión.Casi no pasó la comida y el postre nadie quiere. De la mesa pasamos a la sala donde con música suave bebemos una copa de wiski, pero cada quien repartido. —Cómo íbamos de bien, tenía tu novio que abrir la boca para complicar las cosas. Se queja mi hermana y niego.—No es culpa de Abel—le habló a Camila para que no diga cosas que no son culpe a la persona equivocada—es papá que no puede entender que ambas queremos cosas diferentes.—A veces quisiera ser hombre o que me gustara lo que él quiere para verlo feliz, creo que lo defraudados hermana—No te sientas así, yo pasé por lo mismo que tú,
ALASKACamino de un lado a otro en la sala de espera del hospital. Mi padre lo están atendiendo por urgencias mientras mi hermana intenta calmar a mamá que no para de llorar y yo de sentirme fatal. —Tomate esto mi amor—es Abel –Te hará sentir mejor.No recibo nada, ahora no soy capaz porque la angustia tiene un nudo en mi garganta que no me deja ni hablar. Casi no puedo ni respirar con este profundo sentimiento de culpa que me embarga.—No quiero, gracias mi amor.—Por favor nena, te hará bien. Niego volviendo a lo único que me mantiene cuerda en este momento y es caminar. Abel le lleva la bebida a mamá que se toma menos mal. Creo que es aromática o algo así, para calmar los nervios.El cargo de conciencia no me deja en paz y es que le dije palabras muy hirientes a mi padre y si algo le sucede es mi culpa, solo mía. No debí decirle todas esas estupideces y descargar mi frustración con el que solo quiere lo mejor para mí. Los minutos se hacen largos y mi única opción es pedirle al a
ALASKA La semana a pasado y con eso, Bruno llega hoy a la empresa. Pará colmo, mañana mi novio viaja a presentar el proyecto y aunque deseo acompañarlo, debo atender algunas cosas aquí. No quiero volver a quedarme a solas con Bruno, saben lo que se desata cuando estamos a solas y no quiero volver a cometer el mismo error. Papá ya está mucho mejor. Y eso es algo que debo agradecer ya que debe tener unos cuidados muy específicos. El pre infarto es un aviso y le estamos prestando mucha atención. Mamá lo cuida, ya ha dejado encargados de la empresa para poder tomarse con calma su recuperación y me comprometo ayudarlo mientras el vuelve al ruedo. Le deje claro que esto que hago es mientras se recupera y puede confiar en dejar a cargo a una persona responsable en el cargo. Por esa razón no puedo acompañar a mi novio. Lo bueno es que no me mantendré aquí todo el tiempo. Que estuviera en Venecia me dio el tiempo para pensar con más claridad y contradictoriamente estoy peor porque no de