La ciudad ya no tenía el mismo brillo que tenía meses atrás cuando la visito con Alan. Tal vez era porque ahora ya no estaba la emoción de estar encubierta en una misión muy peligrosa o que tenía que ver a su amiga, a la cual no le contesto las llamadas y cartas en años. Solange, la luna de la manada principal francesa “Clair de lune”, había sido su mejor amiga durante su niñez y su adolescencia, era hija de la cocinera de su familia y Concetta le había rogado a su padre, en aquel entonces que Solange la acompañara al Reino y su padre le concedió una beca por parte de la manada italiana, para que las dos fueran juntas. El destino hizo lo suyo y Solange resultó ser mate de Pierre, el futuro alfa francés. La conmoción por la diferencia de clases fue todo un escándalo, ya que en esa época no era tan buen visto como ahora, pero eso no impidió la unión. Ahora Pierre y Solange estaban felizmente casados y tenían un hijo. Después de la escuela, Solange y Concetta se mantuvieron en contacto
Jessy dejó que el dolor la desgarrara todo lo posible, porque sabía que todo terminaría por fin. Seguramente la matarían por sus pecados y encontraría al final el descanso que tanto había deseado. Intentaba no pensar en las personas que amaba, no eran muchas. Por su mente pasó todos los buenos momentos que transitó con su padre, ella corriendo por un viñedo de vinos, siendo una niña pequeña sin preocupaciones y su padre corriendo detrás de ella con una gran sonrisa. Sujetándola y dándole vueltas mientras los dos reían. Los pasteles de cumpleaños, las pijamadas, las galletas de avena, las pinturas, los cuentos de noche, las travesuras, el sol mientras caminaban de la mano por la playa comiendo helado. Realmente había intentado salvar a su padre, pero era hora de aceptar que no podía hacerlo. Ni siquiera podía salvarse a sí misma. Después pensó en Kerim, los dos escondiéndose en el ático de su casa mientras la madrastra de Kerim los buscaba a gritos por ensuciar toda su ropa con tinta
—Todos calmémonos —Oliver miró a toda la familia reunida en la sala principal—. Estamos en estado de emergencia y por si no lo habían notado, nosotros somos los encargados de proteger a toda la gente del Reino.—Pero aún no han atacado ¿cierto? —preguntó Evangeline consternada, estaba temblando—. ¿No deberíamos anticiparnos en el traslado de la gente a los refugios?Oliver miró a su hermana y sintió que debería abrazarla, la última vez que hubo un ataque, ella fue de las más afectadas junto a Lucy.—Ya hemos detectado movimiento marítimo —hablo Jaime entrando a la estancia—. Están a mucha distancia aún, pero varios objetos no identificados parecen acercarse aquí en diferentes direcciones. Es una suerte que estemos avisados de…—La vida de Concetta a cambio de un aviso —gruño Alan muy sombrío.Lucy seguía sujetando sus manos con fuerza intentando fallidamente consolarlo por su pérdida, ella estaba igual de asustada que Evangeline, aun recordaba como el alfa ruso la arrastró sujetando s
Jessy abrió los ojos intentando ajustarse a la luz del lugar.—¡Jessy! —Kerim la llamó—. ¡Despertaste!—Kerim deja que se recupere —le hablo Bastian—. Casi muere, debe dolerle todo el cuerpo.Jessy realmente sentía que le dolía todo el cuerpo, pero sintió algo agitarse dentro de ella y sabía que eso era lo que la despertó.—¿Cómo te sientes Jessy? —escucho la voz de Odette a su lado.Jessy se incorporó para sentarse en la cama, mirando a las tres personas que estaban en esa habitación ahí. Bastián y Odette la miraban preocupados y Kerim lloraba en silencio.—¿Bael? —se escuchó decir sin evitarlo—. ¿Bael está bien?Recordó lo que había intentado hacer.—No me dejo…—Obviamente no te dejo —le habló Odette—. Se que seguro Bael debía haberse sentido muy herido por todo y seguramente te trató como el troglodita que es, pero conozco lo suficiente a Bael para saber que no te dejaría morir, jamás lo permitiría.—Lo siento —Jessy sostuvo la mano de Odette y esta la miro con pena—. Lo siento mu
—Saben algo —Alan miraba a todos en esa sala con su característico ceño fruncido—. Me siento en el bando perdedor y no me gusta para nada.—Hubo algunos muertos a pesar de nuestros esfuerzos —dijo Alex con tristeza recostado en el suelo—, pudo ser mucho peor.—Todas las vidas valen —hablo Jeremy con una pierna alzada sobre un sofá, tomó unas pócimas para curarse rápidamente, sin embargo, sus huesos estaban tan destrozados que se estaba demorando más de lo normal—. Me enfurece que salieran heridos demasiados, fueron al hospital a sanarse no ha empeorar.—No pude usar mis poderes —Liam agacho la cabeza—. Lo siento…—No es tu culpa que aparentemente gastaras tus brillitos en la suicida de Jessy —hablo Estefan siendo limpiado por Joon con un paño húmedo—. Casi te desmayas cuando la sanaste, debes tener un límite.—Hablando de Jessy —Dylan miró algo indignado a Oliver—. Yo también creo que ella debe ser enjuiciada y que no debemos interferir, pero creo que deberíamos hacerle abrir un poco
—¿Acaso quieres morir? —Bael lo miró con un gesto desquiciado—. ¿Crees que no soy capaz de torcerte el cuello? ¿Tú crees que me importa un carajo si Bastian muere después de ti?—Bael por favor —Odette se puso en medio de los dos—. No empeores la situación, él solo quiere protegerla.Bael no miró a Odette, seguía con la vista clavada en Kerim, el cual se había interpuesto a que se lleve a Jessy.Bastian sujeto a Kerim.—Kerim deja que se la lleve —dijo el futuro alfa griego intentando hacer razonar a su mate—. La acaba de salvar de morir, no le hará daño.—No físico —replicó Kerim—, pero será cruel con ella y sabes que ella no está bien psicológicamente, acaba de intentar suicidarse, no necesita que le griten o la insulten más.—Tú no tienes ningún maldito derecho de preocuparte de ella —siseó Bael—. Desde ahora ella ya no es nada tuyo.—Soy el único aquí que la quiere de verdad y la está intentando proteger —gruño Kerim.—Kerim por favor —Hablo al fin Jessy—. Está bien, él no me hará
—¿Pero si la vas a rechazar no? —Leonardo, el padre de Jaime, miraba intrigado a Bael.—Leo —el antiguo Rey Evan aclaró su garganta—, deja a mi pobre nieto en paz por el amor a la diosa luna, no es momento de pensar en eso.—Si, deja a mi nietos en paz —habló el señor Angel, padre de Alan y Alex—. Ve a atormentar a tus propios nietos cascarrabias.Bael agacho la mirada.Oliver se tocó el puente de la nariz, se había olvidado lo autoritario que era su tío Leonardo.Todos los demás miembros de su propio escuadrón habían ido a limpiarse y cambiarse los uniformes después de que Odette curó a Jeremy por completo.Alan fue el primero en ingresar y ágilmente el señor Leonardo le lanzó su bastón en la cabeza.—¡Tampoco golpees a mis hijos! —exclamó el señor Angel.Fernando, padre de Matt, empezó a desternillarse de la risa.—¡¿Padrino porque…?!—Ya me enteré de todas las estupideces que has estado haciendo —gruñó Leonardo volviendo a golpear con más fuerza a Alan—. Se supone que eres un hombr
—¡No voy a dejar mi casa!—Abuelo por favor —rogó la joven—. Nos van a atacar.—He estado en una guerra y he sobrevivido 2 invasiones —gruñó el anciano—. Y jamás llegó hasta aquí, hubiera estado más cómodo si me quedaba en casa en ese entonces.—¡Abuelo esto es diferente!—¿Va a ver vampiros raros y deformes? —el anciano se cruzó de brazos—. ¿O alguna manada extranjera?, el rey se encargará como siempre, no te preocupes, apuesto que para mañana todo habrá terminado.Bael aterrizó al ver que dos individuos no se movían de su casa junto a los demás que evacuaban.—Ya deberían haber partido.La joven le explicó la situación que sucedía en el lugar.—Señor por favor… —intentó Bael.—No me moveré —dijo el hombre terco—. Nací en esta casa y moriré en esta casa. Ustedes se encargarán de todo como siempre lo hace su majestad, sus padres habrán acabado con el enemigo antes del desayuno.—Señor, sé que es difícil la idea de abandonar su hogar y aprecio la fe que pone en nosotros, pero…—Ninguna