El sonido estridente de un trueno hizo que se sobresaltara, era muy común que lloviera a cántaros en Seúl, la capital coreana, sin embargo, hace mucho que no escuchaba un trueno de esa magnitud.Se estiró como un gato mientras luchaba consigo mismo para abrir los ojos, sabía que había dormido de más ese día también, pero se recordó a sí mismo que estaba de vacaciones y que otros días del año no tenía la oportunidad de dormir hasta la hora que se le diera la gana.El sonido de un nuevo trueno más contundente hizo que diera un pequeño salto. Abrió los ojos y bostezo. Sintió a Estefan detrás de él y se arrimó para quedar más juntos. Se dio la vuelta dándole una perezosa sonrisa, en cambio Estefan tenía la mirada fría y el ceño fruncido.—¿Te levantaste molesto? —dijo Joon abrazándolo y hundiendo su cabeza en su pecho.—Ni siquiera he dormido —dijo Estefan con la voz ronca.Joon se apegó más enredando sus piernas con las de él, sintió como Estefan se relajaba un poco.—¿Qué pasa? —dijo Jo
Joon jamás se había sentido tan incómodo en la casa de la manada como ahora. Veía a sus tíos apenas soportando a su propia familia y no sabía si él mismo podría vivir para siempre junto a personas que no le agradaban.Definitivamente no veía a Estefan soportando a la familia del tío Choi, Estefan apenas soportaba a su propia familia algunas horas.Lo que a Joon le gustaba admirar, era el amor incondicional de su tío Ian, siempre cuidaba a su tío Jae como si fuera un tesoro y anteponía todas sus necesidades a la suya. Dejar su manada para ayudar a su tío Jae a administrar la suya debía ser todo un reto.Vio a Estefan arrugando el gesto de la frente al intentar consumir su estofado de kimchi super picante. No le había dicho con palabras exactas que iba a dejar su puesto de miembro del escuadrón de Liam, pero le había dicho que lo apoyaba como alfa y que nunca lo dejaría solo.Habían pasado algunas semanas desde su llegada a Corea y pasaron algunas cosas raras y otras preocupantes. Sus t
Joon miró desde su posición como iban dejando la pequeña comunidad de pobladores para internarse más en aquel extraño bosque del cual varios les habían explicado que estaba maldito.Al comienzo no noto nada raro, parecía uno de los comunes bosques de su país, característico por tener unos árboles altos y delgados o en algunas zonas llenas de bambú.Después del esplendoroso cumpleaños de su tío Ian, donde Estefan y Joon se escaparon a sus habitaciones para evitar cualquier asesinato de parte del semidemonio. Habían emprendido el viaje a una provincia alejada de la capital, una zona menos habitada por su cercanía con la frontera con Corea del Norte, además que aquellas tierras servían más como zona de sembrío y gran territorio lo ocupaba un gran bosque que era protegido.Llegar ahí les había costado algunos días, los cuales Estefan se la había pasado quejándose porque en el Reino simplemente habría llegado volando o en un helicóptero de su familia.Recordando a Joon que su novio y su fa
Estefan daba un golpe tras otro, pero Alan los esquivaba con total facilidad mientras que su sobrino cada vez se ponía más furioso.Alan se rió para sus adentros, había criado y entrenado a ese mocoso. Cada paso que daba, cada cosa aprendida y cada tropiezo lo había vivido a su lado. Lo conocía demasiado para saber que iba a hacer al segundo siguiente.Estefan desplegó sus alas y le lanzó todas las plumas metálicas que pudo intentando electrocutarlo.Sin embargo, Alan tenía un manejo de sus poderes muy superior al de Estefan, de un manotazo las plumas se esparcieron en el aire y Estefan fue impulsado hacia adelante siendo atrapado por su tío del cuello.—Ya no son 5 contra mi —siseo Alan ahorcándolo—, y ya no estoy poseído mocoso, no intentes luchar si sabes que vas a perder, eso no es lo que te he enseñado.Un rayo cayó directamente hacia ellos, Alan lanzó a Estefan e hizo un campo de fuego para evitar que el rayo lo tocara.Su sobrino hizo aparecer varios espectros de electricidad q
—¡Señor Alan!Joon llegó a ellos corriendo.Alan y Concetta dejaron de discutir. Joon se dio cuenta que las mujeres estaban llorando silenciosamente detrás de la mujer que parecía amiga del señor Alan.—Ve con él —dijo Concetta señalando a Joon—. Estas mujeres necesitan ser atendidas inmediatamente, algunas están cortadas, eso es peligroso para los bebés.Alan miró a Joon.—Si mueres tu no pasa nada, no eres indispensable para nadie —dijo Alan mirando nuevamente a Concetta—, pero si este se muere, Corea se queda sin alfa y mi sobrino tendrá otra razón más para matarme.—¿Podría morir? —Joon tragó saliva.—Yo no sé coreano —dijo Concetta sujetando más fuerte a Belial—. Y aun no me recupero de lo que pasó en India, ya sabes… hay heridas que aún no se regeneran por la oscura magia que encontramos ahí.Joon se dio cuenta de pronto que aquella mujer tenía los brazos vendados.—¿Es… es sobre su misión para matar a los demonios o algo así? —preguntó Joon.Alan y Concetta lo miraron sorprendi
Alan hablaba con algo de agitación de todas las ceremonias de nacimiento que habían truncado, explicando lo que habían encontrado y el tipo de magia que enfrentaron.Joon escuchaba atento mientras Estefan miraba a nada en específico con cara de aburrimiento.Su tío tuvo ganas de gritarle como siempre lo hacía, reprenderlo por no prestar atención y hacerle comprender que estaban en un peligro mortal, a pesar de que ellos eran poderosos podían salir muy heridos de esta ocasión.Sin embargo, se guardó su rabia porque sabía que solo lograría discutir con él sin sentido, era como verse reflejado, recordaba lo inconsciente e infantil que también era él a esa edad. Estefan podría ser incalculablemente poderoso, pero no dejaba de ser su majadero sobrino que apenas había alcanzado la mayoría de edad.—Entonces ya deberíamos estar en marcha —dijo Joon mirando hacia el cielo—. Ya está anocheciendo.—Dentro de poco saldrá la luna y ellos seguramente estarán preparando todo para empezar con su rit
Cuando era un niño solía poner cajas sobre cajas y aplastarlas después, haciéndose pasar por un monstruo gigante que lo arrasaba todo.Ahora realmente era un monstruo que lo destrozaba todo a su paso. Bael miró aquella montaña y quiso medir su resistencia al dolor volando prendido en fuego directo a la pared rocosa, provocando un enorme agujero y un derrumbe.Se había alejado lo suficiente de la ciudad para que nadie más que los animales se asustaran por tal alboroto.Enterrado bajo enormes bloques de tierra y rocas, Bael soltó una risotada y escupió un poco de sangre. Ahora sabía que podía atravesar a medias una montaña, pero tendría que darse más impulso para partirla por completo.Le había dolido, pero nada comparado con aquel dolor.El dolor de la traición había vuelto loco a Bael, realmente loco. Por su mente solo pasaba las consecuencias que traería incendiar toda la maldita Francia en busca de Jessy.Y matar a aquel bastardo.No podía figurar el rostro del infame que la tocó, p
—Debemos avanzar rápido —le gruño Alan a Estefan y Joon—. No tenemos que darle la oportunidad de que vengan por nosotros.Los tres siguieron internándose en esa cavidad subterránea que parecía nunca tener fin. Joon notó por la luz del fuego de Alan, que las paredes tenían colores de diferentes minerales.Si no estuviera infestado de cosas peligrosas, podrían apreciarlo mejor.Chocaron con otra pared.Joon supo de inmediato que tenía que leer las placas para poder abrir la pared como lo había hecho con anterioridad.Después de terminar de recitar la segunda parte del poema. Esta vez la pared se abrió con tanta rapidez que no pudieron evitar la gran cantidad de agua que salió esparcida por todos lados, golpeándolos con prontitud e impulsándolos a todas direcciones.Joon sintió el golpe contra una de las paredes rocosas, contenía la respiración e intento nadar sin saber en qué dirección ir.Estallidos de luz color azul y rojo iluminaron el agua. Joon sintió nuevamente a esas horribles cr