—Es una pena que seres con tanto poder como ustedes se desperdicien de ese modo —Agares empezó a bajar un poco para estar más cerca de ellos—. Ustedes serían muy útiles para mí…
—Tu tiempo está pasando demonio inmundo —Dylan empezó a activar sus poderes de nuevo, Catrina lo imito—, tendrás que matarnos porque preferimos la muerte antes que servirte, así que es mejor que vuelvas del agujero donde estabas metido y nos regreses al imbécil de Alan.
Dylan creyó notar una sonrisa en el rostro de Alan, pero con esa nueva y fea cara no estaba seguro.
—Esto fue su elección —dijo Agares—. Sean consecuentes con sus palabras.
Antes de que Dylan pudiera pensar en algún insulto o replicarle, grietas horribles aparecieron en el suelo provocando un gran temblor a sus alrededores. Catrina y Dylan se elevaron
Alex se arrastraba dentro de una abertura que esperaba que lo condujera hacia la cueva donde estaba su hijo y sus sobrinos.Cada vez la abertura se hacía menos estrecha y veía más claridad. Cuando al fin pudo estar de pie completamente corrió y casi se cae cuando chocó con algo en el suelo. Observó el bulto y se dio cuenta que no era una gran piedra como él creía, sino que era el cuerpo inerte de Jose.—¡Jose! —Alex lo sujeto zarandeándolo.Se dio cuenta que estaba muy lastimado, pero vivo. Al revisarlo algo lo dejo totalmente pasmado por algunos segundos.Estaba marcado y aquella marca olía a Gabriela.—¿Qué demonios ha pasado aquí?Le dio inmediatamente una pócima a su amigo, lo cargó sobre su hombro y siguió el ruido distante que escuchaba.Cuando llegó a la entrada principal e
—¿Entonces sus alas no lanzas sus plumas como dardos asesinos? —se mofo Estefan—. Solo… ¿sirven para volar?—Nuestras alas están hechas de fuego —gruño Bael—. Aunque no estoy seguro de que lo de Gabriela es fuego.—Es más que fuego, es raro —Gabriela encendió una llama en su mano de aquel fuego oscuro—. No lo entiendo muy bien.—¡A un lado! —exclamó Bael.Una roca gigante estuvo a punto de aplastarlos.—Encima vuelan lento —bufo Estefan—. Sus alas son inútiles.—¡Deberías estar concentrándote en la proyección de tus rayos eléctricos como lo acordamos! —le gritó Bael histérico—. ¡Pero prefieres estar criticándonos!—Qué horror —Estefan le sonrió—. ¿Ya sien
—¡¿Qué le pasa a mi hermana?! —Oliver exclamó mientras Jeremy y Odette la revisaban—. ¡¿Por qué no puedo sentir a su loba?!—Cálmate mamá —Liam abrazaba a Rosali que aún temblaba.—¡Puedo sentir algo! —Odette apretó más fuerte el pecho de Lucy—. Todavía hay algo de vida dentro de ella.—Oh santa mierda —Jeremy empezó a olfatear a Lucy con más ahínco, prácticamente pegó su rostro a su cabello—. Huele algo parecido a Jose, esencia demoníaca.—Creo que hay algo de mi tío Alan dentro de ella —Odette intentaba que su poder sanador llegará lo más profundo posible—. Pero es diferente a lo de Jose.—¡Oliver!Jaime apareció, se detuvo al ver a Lucy en el suelo y palideció.<
Dylan revisó reiteradas veces las dos hojas con instrucciones y explicación del hechizo. El cual consistía en usar los lazos afectivos y sanguíneos que los mantenían sujetos a este plano. Dylan no sabía exactamente que era la cosa viva dentro de los dos, pero sabía que Alan y Lucy tenían una conexión de mates muy fuerte y sin igual, el alma de cada uno desistía a soltar a la otra, así que podría decirse que era eso los que lo mantenía medianamente vivos.El intentaría usar aquella conexión para traerlos de nuevo, usaría la sangre del fruto de su amor en sacrificio, que básicamente era apuñalar a Bael y usar su sangre, aunque obviamente no lo apuñalaría en una zona peligrosa, intentaría apenas dañarlo lo suficiente para poder sacarle la sangre necesaria. Nada que no se pudiera solucionar después.U
Alex sujetó del cuello a Jaime, este no opuso resistencia. Lo derribó de un solo puño en el rostro.—¿Así que todo fue mentira? —preguntó Alex con rabia y dolor mirando a Jaime en el suelo—. Lo recuerdo como si fuera ayer, cuando llegaste a mi casa el día que pensaba huir en busca de Ruth, diciéndome que me ayudarías a traerla de nuevo sin necesidad de irme, cuando me dijiste que tendría que intentar suicidarme para que Oliver perdonara a Ruth...—Alex... —Jaime se levantó a medias apoyado en el suelo sin poder levantar la vista.—¿Cómo no me di cuenta de todo?
—¿Debería matarlo otra vez?Joon lo miró frunciendo el ceño. Se inclinó hacia atrás cansado, le había costado demasiado poder calmar a Estefan.—No digas idioteces.Estefan le mostró su sonrisa torcida tomando un poco de su lata de cerveza, Joon fumaba algo de hierba. Le había prometido a su tío Jae dejar sus malos hábitos, pero la ocasión ameritaba un buen calmante. No todos los días tu novio casi mataba a su tío y después lo reviven para que cuente que había asesinado a su madre biológica.—Todo es tan retorcido —dijo Estefan con rabia contenida.Joon exhalo el humo por su boca, mirando a Estefan con la mirada un poco perdida.—¿Sabes dónde pudo haber ido?Preguntó Joon refiriéndose a Alan, dejó de mirar a su novio y se concentró e
Piso el acelerador intentando no chocar con nadie, todo era algo confuso para él. Podía ver todo lo que estaba mal, lo notaba, lo que habían hecho su padre y su tío era totalmente horrible.¿Entonces porque él creía que hicieron lo correcto, aunque era algo horrible?Tal vez Gabriela y Estefan no se equivocaban al decir que su tío Jaime le había lavado el cerebro.Pero había decidido seguir en este camino a pesar de las cosas terribles y poco éticas que le había enseñado su tío. Le había encontrado un gusto culposo de torturar a criminales y a la vez le gustaba cada vez aprender más a controlarse. Aprendía más a mantener sus sentimientos a raya y a pensar las cosas antes de decirlas o actuar.¿Se estaba volviendo una mala persona?Sonrió sintiéndose totalmente desinteresado si
—Eres terco como una mula —gruño Gabriela—. Tienes que hablar con mi tía Catrina, mi mamá me dijo que aún sigue echa un mar de lágrimas desde que le contaron que te enteraste de todo.Estefan gruño en respuesta.—Déjalo Gaby —Joon se metió un poco de nueces a la boca—. Es como hablar con una pared, este tarado no entiende.Jose intentó hablar, pero Gabriela le metió una cuchara de sopa en la boca impidiéndoselo.Habían pasado ya varios días desde que Alan se había ido y de que destituyeran a Jaime. Aunque Jose ya se encontraba muy bien, Gabriela no le había permitido levantarse de la cama.En principio le había gustado recibir todos las atenciones de su mate, pero ya empezaba a cansarse de no poder hacer algo solo como comer. Miró a su alrededor, todos los mocosos habían veni