—¿Entonces sus alas no lanzas sus plumas como dardos asesinos? —se mofo Estefan—. Solo… ¿sirven para volar?
—Nuestras alas están hechas de fuego —gruño Bael—. Aunque no estoy seguro de que lo de Gabriela es fuego.
—Es más que fuego, es raro —Gabriela encendió una llama en su mano de aquel fuego oscuro—. No lo entiendo muy bien.
—¡A un lado! —exclamó Bael.
Una roca gigante estuvo a punto de aplastarlos.
—Encima vuelan lento —bufo Estefan—. Sus alas son inútiles.
—¡Deberías estar concentrándote en la proyección de tus rayos eléctricos como lo acordamos! —le gritó Bael histérico—. ¡Pero prefieres estar criticándonos!
—Qué horror —Estefan le sonrió—. ¿Ya sien
—¡¿Qué le pasa a mi hermana?! —Oliver exclamó mientras Jeremy y Odette la revisaban—. ¡¿Por qué no puedo sentir a su loba?!—Cálmate mamá —Liam abrazaba a Rosali que aún temblaba.—¡Puedo sentir algo! —Odette apretó más fuerte el pecho de Lucy—. Todavía hay algo de vida dentro de ella.—Oh santa mierda —Jeremy empezó a olfatear a Lucy con más ahínco, prácticamente pegó su rostro a su cabello—. Huele algo parecido a Jose, esencia demoníaca.—Creo que hay algo de mi tío Alan dentro de ella —Odette intentaba que su poder sanador llegará lo más profundo posible—. Pero es diferente a lo de Jose.—¡Oliver!Jaime apareció, se detuvo al ver a Lucy en el suelo y palideció.<
Dylan revisó reiteradas veces las dos hojas con instrucciones y explicación del hechizo. El cual consistía en usar los lazos afectivos y sanguíneos que los mantenían sujetos a este plano. Dylan no sabía exactamente que era la cosa viva dentro de los dos, pero sabía que Alan y Lucy tenían una conexión de mates muy fuerte y sin igual, el alma de cada uno desistía a soltar a la otra, así que podría decirse que era eso los que lo mantenía medianamente vivos.El intentaría usar aquella conexión para traerlos de nuevo, usaría la sangre del fruto de su amor en sacrificio, que básicamente era apuñalar a Bael y usar su sangre, aunque obviamente no lo apuñalaría en una zona peligrosa, intentaría apenas dañarlo lo suficiente para poder sacarle la sangre necesaria. Nada que no se pudiera solucionar después.U
Alex sujetó del cuello a Jaime, este no opuso resistencia. Lo derribó de un solo puño en el rostro.—¿Así que todo fue mentira? —preguntó Alex con rabia y dolor mirando a Jaime en el suelo—. Lo recuerdo como si fuera ayer, cuando llegaste a mi casa el día que pensaba huir en busca de Ruth, diciéndome que me ayudarías a traerla de nuevo sin necesidad de irme, cuando me dijiste que tendría que intentar suicidarme para que Oliver perdonara a Ruth...—Alex... —Jaime se levantó a medias apoyado en el suelo sin poder levantar la vista.—¿Cómo no me di cuenta de todo?
—¿Debería matarlo otra vez?Joon lo miró frunciendo el ceño. Se inclinó hacia atrás cansado, le había costado demasiado poder calmar a Estefan.—No digas idioteces.Estefan le mostró su sonrisa torcida tomando un poco de su lata de cerveza, Joon fumaba algo de hierba. Le había prometido a su tío Jae dejar sus malos hábitos, pero la ocasión ameritaba un buen calmante. No todos los días tu novio casi mataba a su tío y después lo reviven para que cuente que había asesinado a su madre biológica.—Todo es tan retorcido —dijo Estefan con rabia contenida.Joon exhalo el humo por su boca, mirando a Estefan con la mirada un poco perdida.—¿Sabes dónde pudo haber ido?Preguntó Joon refiriéndose a Alan, dejó de mirar a su novio y se concentró e
Piso el acelerador intentando no chocar con nadie, todo era algo confuso para él. Podía ver todo lo que estaba mal, lo notaba, lo que habían hecho su padre y su tío era totalmente horrible.¿Entonces porque él creía que hicieron lo correcto, aunque era algo horrible?Tal vez Gabriela y Estefan no se equivocaban al decir que su tío Jaime le había lavado el cerebro.Pero había decidido seguir en este camino a pesar de las cosas terribles y poco éticas que le había enseñado su tío. Le había encontrado un gusto culposo de torturar a criminales y a la vez le gustaba cada vez aprender más a controlarse. Aprendía más a mantener sus sentimientos a raya y a pensar las cosas antes de decirlas o actuar.¿Se estaba volviendo una mala persona?Sonrió sintiéndose totalmente desinteresado si
—Eres terco como una mula —gruño Gabriela—. Tienes que hablar con mi tía Catrina, mi mamá me dijo que aún sigue echa un mar de lágrimas desde que le contaron que te enteraste de todo.Estefan gruño en respuesta.—Déjalo Gaby —Joon se metió un poco de nueces a la boca—. Es como hablar con una pared, este tarado no entiende.Jose intentó hablar, pero Gabriela le metió una cuchara de sopa en la boca impidiéndoselo.Habían pasado ya varios días desde que Alan se había ido y de que destituyeran a Jaime. Aunque Jose ya se encontraba muy bien, Gabriela no le había permitido levantarse de la cama.En principio le había gustado recibir todos las atenciones de su mate, pero ya empezaba a cansarse de no poder hacer algo solo como comer. Miró a su alrededor, todos los mocosos habían veni
—¡Una semana! —Noel empezó a bailar de manera muy graciosa—. ¡Una semana y se termina la escuela!—¿Por qué estás tan feliz por eso? —gruño Lana—. La próxima semana se acaba la escuela y no tengo la menor puta idea de qué hacer con mi vida.—Yo tampoco —dijo Candace con gesto triste—. Supongo que me convertiré en una protectora del bosque o algo así, tendré que hablar con el Alpha Víctor para que me de permiso de quedarme en la manada y de aprender algo de los chamanes.—Te lo dará de todas maneras —Theo le sonrió a Candace—, le caes muy bien.—¿No entienden lo que pasará la próxima semana? —dijo Noel emocionado—. ¡Será la gran luna! ¡Muchos de nosotros encontrara a su mate!—Yo supongo que tendré un puesto
—¿Qué observas tanto? —preguntó Liam curioso.—Mira tú mismo.—Es Bael —Liam suspiro—. Ese tonto seguro está pensando si debe entrar.—Seguro no lo hace por el comportamiento de Estefan.—Creo que iré a traerlo —dijo Liam intentando levantarse.—No —Leia lo detuvo—. Creo que iré yo.—¿Sí? —preguntó Liam algo confundido.—Es tu cumpleaños y todos notarán si no estas. Es mejor que yo vaya y lo traiga, además que hablaré con él primero, no cruzamos palabra desde un encuentro nada amistoso hace algunas semanas.—¿Sí? —volvió a repetir Liam como un tonto.—¿No te molesta cierto?—¡Para nada! —Liam se aclaró la garganta, ya que había sona