Victoria Evans
Tenía dos reuniones esa mañana, el evento de hacía unos días había dado sus frutos y mi agenda estaba a rebosar.
- ¿Seguro que puedes ir tú? – preguntó Cynthia mientras yo recogía las cosas metiéndolas con rapidez en el bolso. Siempre he sido un poco desastre y lo voy olvidando todo por todas partes... Mi padre suele decir que soy demasiado desordenada para unas cosas y tan ordenada para otras... Supongo que todos los genios son un poco despistados a su manera.
- Tengo tiempo – aseguré. Le dediqué una sonrisa y salí
Alex Black.La situación estaba a punto de írseme de las manos, las palabras de Toro me habían hecho pensar en el topo. Si había un traidor entre nosotros que había ayudado a escapar a Mcland, sospechaba que también podría decirle el paradero de Amber.Por eso me presenté allí sin avisar en el trabajo de mi hija, y di de lleno en el clavo. Ese cabrón había mandado a su mano derecha a secuestrarla, y eso no era algo que fuese a permitir.Apuntaba a su cabeza con la intención de pegarle un tiro en la cabeza, mientras él la apuntaba en la sien,
Jasper Toro.Mi avión aterrizó en Capurgana bien entrada la noche. El hostal la Bohemia es mi lugar favorito donde hospedarme de todo el lugar, y aquella no fue una excepción.Me senté en la terraza observando a lo lejos el mar, esperando al tipo con el que debía reunirme. Llegó tan sólo un par de minutos después se sentó frente a mí y sacó del interior de su chaqueta un mal doblado sobre marrón.- Esta reunión nunca ha sucedido – aseguró dejándola sobre la mesa, levantándose y marchándose sin más. Sonreí.
Victoria Evans.La misma avioneta nos conducía a Panamá. Papá se divirtió hablando con Cole sobre la marina. Mientras yo miraba por la ventanilla observando el hermoso cielo desde allí arriba, sin poder dejar de pensar en el encuentro que Toro y yo tuvimos la noche anterior, sirvió para volver a ponerme en mi lugar.La mujer que él amaba era real al igual que sus sentimientos, y eso dolía, porque los míos seguían allí, a pesar de lo mucho que traté de extirparlos.¿Por qué la vida era tan sumamente cruel conmigo? ¿Por qué
Victoria Evans.Caminaba por aquellas desiertas playas, a la luz de la luna, con aquel mono negro, después de haber recorrido un camino muy largo hasta allí. La avioneta me dejó cerca, caí en paracaídas no lejos del puerto. Recogí el paracaídas y lo metí en la mochila. Nadie debía conocer sobre mi llegada aquí.Supongo que convivir con un agente del FBI me había enseñado algunas cosas.Me detuve a escasos metros. Miré hacia la fotografía que tenía en mi mano y luego hacia la pequeña cabaña que se mostraba frente a
Jasper Toro.Su cerebro estaba haciendo horas extras para comprender lo que acababa de decirle, yo ni siquiera iba a dejar que cayese en la cuenta de mis palabras, tan sólo la besé cómo me moría por hacer. Y terminamos aferrándonos el uno al otro de una forma que asustaba.Los gemidos de ambos se hicieron participe, entre besos desesperados, desnudándonos el uno al otro.Hacerle el amor se sintió demasiado bien, más cuando ella acababa de confesarme que tenía sentimientos por mí. No iba a volver a entregarla a ninguna parte, me daba igual si no estaba a salvo co
Victoria Evans.La discusión estaba lejos de quedar ahí. Yo estaba reacia a creer en sus palabras y él dispuesto a demostrarme que aquella vez decía la verdad. Pero entonces se detuvo y agudizó el oído.Tiró de mi mano y me atrajo hasta él justo a tiempo, pues en ese momento una bala atravesó el cristal de la ventana y siguió la trayectoria en la que yo estuve antes, clavándose en la chimenea.- Mierda – se quejó él, agarrando mi mano, obligándome a pegarme a la pared, mientras él sacaba del cajón de la cómoda una pistola y me conducía al armario que había junto a la puerta de atrás, mientras alguien más entraba en la casa por la puerta principal y seguía pegando tiros aquí y allá - ¿a quién coño le has hablado de que estarías aquí? – preguntó, molesto con la maldita situación, abriendo el armario para coger una bolsa de viaje.- Sólo a mi padre – aseguré, sin comprender la maldita situación – puede que el traidor esté entre los tuyos.- Lo creería si la trayectoria de esa bala hubies
Jasper.Los más lujosos edificios se encuentran en Hong Kong. Me recuerdan demasiado a Nueva York. Dos ciudades cortadas por la misma tijera.- ¿Cuál es el plan? – preguntaba esa chica mientras nos perdíamos entre las hileras de percheros en aquella cara tienda – Nos iremos juntos en un avión. ¿A dónde esta vez?- El destino no es importante, la compañía lo es.- ¿Una de tus frases típicas para ligar? – sonreí, ella se las sabía todas.- Puede que quiera casarme en el aire – me sacó el dedo haciéndome un corte de manga. Tan osada – Pruébate este – agarré uno de los caros. Ella lo cogió sin demasiadas ganas y se metió en el probador.- ¿Qué es lo que hacemos aquí exactamente? – preguntó mientras le subía la cremallera de ese bonito vestido azul de con miles de piedrecitas adornando la parte baja.- Esta noche asistiremos a una fiesta – eso la sorprendió – una cena de gala. Debemos ir bien arreglados.- ¿Qué es lo que estás tramando, Jasper?- Una reunión con Mcland – tragó saliva, hist
Jasper Toro.Mentí y ella lo sabía, no iba a calmarme sólo con una mamada, por eso terminó a cuatro patas, con el vestido puesto, mientras yo la agarraba del pelo y me colaba en su interior, dándole tan fuerte que parecía que iba a romperla por la mitad.Debía estar concentrado en la maldita reunión, pero la puta situación se me estaba yendo de las manos.El teléfono me hizo perder la concentración y me detuve. Lo agarré del suelo y lo descolgué, mientras ella lucía desairada y se daba la vuelta con ganas de más.- ¿Dónde coño estás? – se quejaba Cole.- Bajo en seguida – colgué y miré hacia ella – Tenemos que irnos, no puedo dejar escapar esta oportunidad entre los dedos..A medida que caminaba por el restaurante con ella a mi lado iba sintiendo la satisfacción que tener un as en la manga me proporcionaba, a pesar de eso no estaba contento, más cuando ese as estaba en peligro. Si las cosas se torcían podría perderla.Ella tenía miedo, podía notarlo, así que decidí cambiar un poco el