Victoria.
Volverme fría como el hielo, levantar un muro entre mis emociones y yo misma no me costó mucho. Quizás sólo me engañaba a mí misma, fingía todo el tiempo que Chuck no murió delante de mí, que no fue su sangre lo que me salpicó y que no toqué ese gran charco que se formó en el suelo y que aún estaba caliente. Que Toro no me abandonó, una parte de mí quería creer que fui yo la que puso distancia entre ambos. Y, sobre todo, que mi carcelero no era mi padre biológico.
Ese idiota que fingía protegerme solo porque así se lo habían ordenado no significaba nada para mí, me mostró hacía y
Jasper.Aún no estaba listo. Las cosas tenían que seguir cociéndose un poco más antes de dejar ver mis cartas, pero la maldita Verónica Evans estaba obligándome a tomar las cosas precipitadamente de nuevo.¿Qué? ¿Qué se acostaba con un tipo que le doblaba la edad? ¿Cómo se había atrevido? Esa mujer era mía, me negaba a creer que fuese de nadie más.- Esta noche estás muy callado – se quejó mi tía, después de nos hubiésemos acostado. Sabía que era un error grande, mi padre iba a enfadarse si se enteraba. Pero ... joder... supongo que la carne es débil y un hombre tiene necesidades. No podía
Alex Black.Estaba frustrado por la maldita situación. Mis estúpidos intentos por conseguir noticias de fuera no estaban sirviendo para nada y la maldita desinformación me estaba pasando factura.Soy un hombre de acción. Así que no sirvo para estar mucho tiempo alejado de ella.A menudo pensaba en ello. En sí fue mi terrible y ansiosa ansiedad lo que provocó la muerte de la única mujer que he amado en toda mi vida.- ¿Qué haces aquí? – preguntó su voz en mis pensamientos, haciendo que un recuerdo me inundase de pronto.
Jasper Toro.Miré hacia el reloj altamente impaciente. Esa chica se estaba retrasando demasiado, ya hacía tiempo que había oscurecido y aún no había hecho acto de presencia.Estaba tentado a hacer una locura, quizás ir a buscarla personalmente, peinar la maldita isla hasta dar con su paradero, pero entonces la vi y me quedé allí, sin habla. Seguía siendo tan hermosa como recordaba. Llevaba un corto vestido blanco, altos tacones azules y el cabello peinado en una trenza a un lado. Lucía despreocupada y parecía tener algo de frío.Un extraño latido en mi corazón me hizo reparar en él, la for
Victoria Evans.Bajó las manos y dio un paso hacia atrás intentando poner distancias entre nosotros. Y eso me desgarró el alma, aún tenía muy presentes las palabras de Annie: él tenía a alguien más en su corazón. ¿Y si yo nunca estuve ahí? ¿Y si solo fui un capricho? ¿y si sólo me protegía por Chuck?- Espera – me aferré a su camisa y le atraje hasta mí. Él negó con la cabeza al ver mis intenciones. Le deseaba, a pesar de que me hubiese abandonado, incluso de estar todo un año lejos de él. ¡Dios! De nada servía mentirme a mí misma, le había extrañado demasiado.
Victoria Evans.Bajó las manos y dio un paso hacia atrás intentando poner distancias entre nosotros. Y eso me desgarró el alma, aún tenía muy presentes las palabras de Annie: él tenía a alguien más en su corazón. ¿Y si yo nunca estuve ahí? ¿Y si solo fui un capricho? ¿y si sólo me protegía por Chuck?- Espera – me aferré a su camisa y le atraje hasta mí. Él negó con la cabeza al ver mis intenciones. Le deseaba, a pesar de que me hubiese abandonado, incluso de estar todo un año lejos de él. ¡Dios! De nada servía mentirme a mí misma, le había extrañado demasiado.
Jasper Toro.Sabía que las cosas iban a volverse muy complicadas esa semana. El ambiente que se respiraba no era el ideal, y compartir casa con la única chica que podía hacerme sentir algo... era un completo error.Mirarla de reojo mientras desayunaba al mismo tiempo que yo fingía estar absorto leyendo el periódico era lo que hacía cuando se puso en pie y se alistó para salir.- Si estás pensando en asistir a tus clases de español... - ladeó la cabeza para mirarme mientras daba un mordisco a una manzana y yo me moría por ser esta - ... ya puedes olvidarte
Jasper.Me detuve en la puerta de la habitación de hotel de mis padres, llamé tres veces, justo cómo estaba planeado, y luego dejé que me abriese la puerta.Estaba preocupado, molesto conmigo mismo y algo ansioso por no poder hacer las cosas cómo quería en un principio. Pero sabía que era lo correcto. Algo dentro de mí así me lo indicaba. Era mejor si ella me apartaba de su vida, porque en el fondo sabía que ella era demasiada mujer para mí¡Dios! ¿Cómo podía esa mujer estar poniendo mi mundo patas arriba? Yo no solía ser una persona correcta. No se me daba bien ser el héroe,
Alex Black.Gray no tenía buenas noticias que darme aquella tarde. La operación se había complicado a causa de que ese malnacido de Mcland estaba pidiendo ayuda a la mafia rusa. Había cambiado su protección estadounidense por la extranjera, y todo a causa de que la mayoría de sus aliados estaban rompiendo los tratos con él a causa de la investigación en curso a la que cada vez más gente se unía. La CIA, el FBI, la Interpool, el servicio Secreto... todo el maldito país estaba en contra de ese cabrón y estaba a punto de acabársele los privilegios.Para colmo la directora me dio el día anterior la peor noticia que podían darme en un momento como a