No entendía cómo se atrevió a decir semejante barbaridad. ¡Incluso afirmó que Liborio y él iban a perder el tiempo! ¿De dónde sacó ese joven el valor o la osadía para decir algo así? Al escuchar eso, Liborio se quedó sin palabras por completo, con el rostro tenso, y su boca temblando sin parar mientras lo miraba fijamente por un buen rato.

Esa declaración hizo que la zona de espectadores estallara de nuevo. Todos pensaron que ese tipo debía tener algún problema en la cabeza, porque ninguna persona normal diría algo tan absurdo. ¿Quién se creía que era para pensar que los otros dos participantes iban a perder su tiempo? ¡Definitivamente se estaba sobrevalorando demasiado!

Escoger la dificultad más alta, la de oro, ya era una locura, pero por lo que decía, parecía que él no solo creía que podía completar el desafío, sino que lo haría del manera más rápida posible, y que los otros dos solo estarían perdiendo su tiempo. Reflexionando bien sobre sus palabras, Salustio pensó que ese tipo no