Capítulo3729
Fane giró la cabeza y lanzó una mirada despreocupada a los dos que estaban furiosos. Con voz calmada, dijo:

—¡Uy, qué miedo! Estoy temblando... Entonces, ¿ya terminaron? Si ya acabaron, hagan el favor de quitarse de en medio. Dejen de molestar como moscas fastidiosas. Les dejo algo claro: aunque hablen hasta por los codos, no voy a ceder mi lugar. Así que váyanse...

—¡Tú!

Hipólito, incapaz de contenerse, se lanzó directamente hacia Fane, pero Simberto, con reflejos rápidos, lo agarró con firmeza del brazo para detenerlo.

Aunque Fane realmente se lo tenía merecido y ni descuartizarlo sería suficiente para calmar su ira, todos sabían que las reglas del mundo de las Maravillas eran claras: en una zona de combate prohibido, pelear era un suicidio seguro.

Simberto sujetó con fuerza a Hipólito:

—¡Despierta! ¿Sabes dónde estamos? Aunque estés enfadado, tienes que controlarte. ¡No arriesgues tu vida por un momento de ira!

Hipólito respiraba con dificultad, con los ojos enrojecidos por comple
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