En ese momento, Fane y los demás acababan de terminar su almuerzo en el hotel. Estaban a punto de regresar después de una deliciosa comida.

“No fue muy caro, ¿verdad? Solo gastamos más de setecientos mil dólares. ¡Pensé que la factura superaría el millón!”.

Actualmente, Fiona era rica. Cuando ella habló, hubo un poco de arrogancia en sus palabras.

"Ma, realmente... ¿Olvidaste nuestros días de lucha en la pobreza?".

Selena esbozó una sonrisa amarga. No sabía si reír o llorar.

“Ah, ¿por qué me compararía con los viejos tiempos? Ahora tengo un yerno que gana mucho dinero y mi hija también. Por supuesto, debería darme un capricho. ¡El dinero está destinado a gastarse!”.

Fiona sonrió y miró a Joan a su lado. “Vámonos, querida Joan. Ayer vi ropa bonita en una tienda de moda. Creo que te quedaría bien. ¿Por qué no vamos de compras?”.

"¿Es caro?".

Joan frunció el ceño. Recordó cómo Fane la había llevado a comprar mucha ropa y todo tipo de cosas innecesarias la última vez. Inclus