El decano Subires giró la cabeza fríamente y miró a Yuval con dureza. Esta fue la primera vez que Yuval lo vio de esta manera, con una mirada tan fría y severa, llena de advertencia. Parecía que si seguía hablando, lo castigaría en el acto.

La actitud del decano Subires hizo que Yuval se sintiera aún más inseguro. Después de mirar a Yuval con dureza, el decano Subires hizo un gesto con la mano y llamó a todos los mayordomos que estaban a su lado.

—No quiero escuchar tus tonterías. Lo que hiciste antes ya ha cruzado la línea de base del Valle Umbra. Primero, llévalo al Salón de Castigos, y en cuanto a cómo castigarlo, lo decidiremos después de discutirlo con los otros decanos.

Después de pronunciar esta frase, varios mayordomos ágiles sujetaron a Xiomaro en el suelo. Xiomaro se debatió y siguió clamando su inocencia, pero uno de los mayordomos le tapó la boca con un paño. Aparte de sus quejidos ininteligibles, ya no se pudo escuchar ninguna defensa de Xiomaro.

En cuestión de segundos, l