A diferencia del alivio en el rostro del decano Domínguez, el maestro Duque tenía una expresión amarga. Si ninguno de los cuatro lograba refinar con éxito, perderían la segunda fase de la competencia.

El Valle Umbra habría ganado completamente con tres victorias en dos rondas. Si todo quedaba resuelto de esta manera, estarían en un aprieto. Incluso podía imaginar cómo se sentirían cuando se enteraran de la noticia.

Después de todo, había presumido y prometido que esta competencia sería un éxito absoluto.

Cerauno y Xiomaro se acercaron al decano Domínguez con la cabeza baja y una actitud desanimada. Ahora parecían completamente derrotados, sus espíritus habían sido aplastados. El decano Domínguez se rió fríamente y dijo:

—Como pensaba, por suerte para mí, ustedes dos son basura, al igual que los otros dos.

Ambos permanecieron con la cabeza gacha sin decir una palabra. Después de un rato, Xiomaro finalmente reaccionó y preguntó:

—Entonces… ¿cómo se contabilizará el resultado si ninguno