Fane no respondió a sus palabras y abrió la puerta de la Sala de la energía de pídolas con tranquilidad. Al ver su persistencia, Yoan no pudo contener su calma y rápidamente se acercó a Fane en unos pasos.

Él extendió la mano para detener a Fane y dijo:

—Hermano menor undécimo, ¿es cierto que no has obtenido ni un solo punto de contribución desde que entraste en la Casa de Alquimia Tiziano?

Fane soltó un profundo suspiro. En ese momento, deseaba poder abofetear a Yoan y apartarlo, pero sabía que hacerlo solo empeoraría las cosas. Así que, conteniendo su impaciencia y enojo internos, asintió seriamente.

Por supuesto, a él le parecía insignificante obtener cualquier tipo de punto de contribución. Para Fane, esos puntos de contribución no tenían ningún valor. El manual de Alquimia Sol Ardiente era un tesoro invaluable para esas personas.

Sin embargo, para Fane, que ya poseía el manual de Alquimia de vacío divino, el manual de Alquimia Sol Ardiente no solo era innecesario, sino que tambié