El rostro de Oliver se puso rojo como una remolacha; su mano comenzó a temblar por sí sola como si quisiera estrangular a Fane.

Wesley estaba tan enojado que estaba a punto de convulsionar. “¡Idiota! ¡No haces más que hacer perder el tiempo de todos con todo este asunto de las apuestas! ¡Como si le fueras a ganar a mi hermano!”.

Fane arqueó una ceja. ¿Qué tan molesto podía llegar a ser Wesley? ¡Fane ya había soportado bastante sus tonterías! Se volteó hacia él y le dijo: "Esto no tiene nada que ver contigo, así que ¿puedes callarte? ¡El sonido de tu voz realmente me irrita!”.

Después de decir esto, Fane levantó la cabeza y miró al Anciano Godfrey; le hizo un gesto al Anciano Godfrey con los ojos. El Anciano Godfrey levantó las cejas. Naturalmente entendió lo que quería decir Fane; la amenaza en sus ojos era bastante obvia. Parecía que si no hablaba pronto, Fane renunciaría, así que suspiró con resignación.

Dio un paso adelante y le dijo a Wesley: “Fane tiene razón. Este asunto no