Muchos estaban desconcertados por lo que había dicho Daniella. ¿Qué quería decir con hacerle caso en todo lo que él dijera en el futuro? ¿Por qué sonaba eso como una conversación entre pareja?

Fane estaba igual de sorprendido. Solo podía sonreír de forma avergonzada mientras miraba al frente e impulsaba la espada para que volara hacia adelante.

Con esa espada voladora, el grupo llegó esa noche a las afueras del pueblo al pie de la Montaña Kobe.

Fane detuvo la espada voladora cuando llegaron a la entrada principal. "Muy bien, bajemos y entremos. También es mejor que pasemos desapercibidos, ya que será una molestia si alguien pone sus ojos en un artículo tan valioso".

Nash asintió con satisfacción. "Muy bien, entremos".

Bajando de la espada voladora, ellos caminaron hacia la entrada después de que Fane achicara la espada y la escondiera en su anillo marcial.

“Parece que somos los primeros. No sería fácil conseguir alojamiento si hubiéramos llegado mucho más tarde”. El Primer Ancian