La historia de Agustín y Nicole se convirtió en un ejemplo de amor verdadero y compromiso, recordándoles a todos que, cuando dos almas están destinadas a encontrarse, no hay nada que pueda separarlas. Cómo poder olvidar el maravilloso día en el que Agustín jugando un importante partido de fútbol en Estados Unidos donde se disputaba la copa América, en la gran final. La ansiedad, el latir del corazón de Agustín era muy fuerte, a este partido asistió toda la familia, pero principalmente estaba su esposa, apoyándolo como siempre, gritando a todo pulmón, alentándolo como su fan #1. Una noche mágica y llena de emociones, el estadio vibraba con la pasión de miles de aficionados. Uruguay y Colombia se enfrentaban en la final de la Copa América, un duelo que prometía ser épico. Desde el primer minuto, ambos equipos mostraron su calidad y determinación. Los colombianos, con su juego rápido y técnico, intentaban abrirse paso entre la sólida defensa uruguaya. Pero l
Iker Desde el primer momento en que la vi, mientras yo estaba parado en la puerta de la catedral de la ciudad natal de Nicole, sentí que una llama en mi corazón se activó. Fue tan extraño, pero la jovencita de cabello corto con su vestido celeste de la corte de madrinas de la boda que se celebraba hoy me cautivó con su caminar tan seguro y su rostro angelical. Se la veía tierna, pero me desarmó cuando, de la nada, vino a mí y me besó. Era tan hermosa que nunca me percaté de que detrás de ella venía un muchacho, seguramente de su edad, con una cara de amargado como si la estuviera persiguiendo. Ahí estaba yo, el gran Iker Borbón, con la guardia baja, besando a una joven hermosa en la puerta de la iglesia en la boda de mis amigos, en un país muy diferente al mío. Me distraje con tan hermoso acto que no vi venir al tipo que la seguía para empujarme. Por suerte, soy de constitución atlética y hago mucho ejercicio. Como un caballero, coloqué a la dama detrás de mí y enfrenté al ca
Iker No puedo contener la ira. Por primera vez en mis 31 años de vida, sentí celos de alguien. Hoy definitivamente no me reconozco. Estoy con el pequeño diablillo en mi hombro; casi no pesa, pero sus gritos y su movimiento insistente me han hecho relajarme y reírme internamente. No puedo creer que yo, con mi categoría y porte, esté haciendo este tipo de escenas. Regreso a la realidad cuando llegamos a un jardín y siento que la “indomable” me ha mordido después de la reverenda nalgada que le di. Me obligó a ponerla de pie en el suelo, y lo que veo es fuego en sus ojos. Como una fiera, me ataca y logra darme una bofetada, mi primera bofetada en la vida. Esto es el colmo, pienso. Perdido en mis pensamientos, escucho que me dice: – ¿Quién te has creído que eres? ¿Acaso piensas que soy un saco de papas que puedes cargar a tu antojo? En tu vida se te ocurra volver a tocarme – lo dice en un tono amenazante. Está alterada, y veo cómo su respiración agitada trata de calmarse.
Luciana Ese vegestorio me ha hecho sentir un sinfín de emociones, y eso que apenas llevo horas conociéndolo. Bien merecidos se tenía los golpes que le di por patán, pero creo que el golpe más fuerte fue a su ego al llamarlo “vegestorio”. Me lo hizo entender con sus gestos y su cara cuando se quedó con el ramo, contemplándolo. Sería absurdo que creyera que por un ramo él se va a casar. ¡Jajajaja! Suelto una carcajada cuando otra prima se acerca y me llama para jugar y beber con el grupo. —¡Vamos, Lucy! —me dice mi prima Valentina —. ¡Únete a nosotros! Amo a mi familia. Todos mis primos son como hermanos, y aunque quizá sea la más fría y rebelde, ellos saben que a mi manera yo sé quererlos. Abrazo a Valentina, que es mayor que yo por casi tres años, y vamos juntas hacia la mesa. —¿Qué juegos propones esta vez? —me pregunta Valentina con una sonrisa; para ellos siempre he sido el alma de la fiesta. —Tengo algunas ideas —respondo, guiñándole un ojo—. Vamos a empezar con a
Iker Las últimas horas junto a Luciana han sido de lo más desafiantes; no puedo creer la cantidad de licor que hemos ingerido. No me di por vencido, creo que gané su reto, aunque no puedo negar que me siento ya afectado por el alcohol. Apenas puedo ver cómo ella quedó en la mesa. Hago mi mejor esfuerzo cuando sus primos y amigos nos indican que hay unas habitaciones en este lugar para los invitados. Algo que entiendo, ya que no me encuentro en mis cinco sentidos. Al verificar las habitaciones disponibles, nos informan que solo hay una. Al vernos a Luciana y a mí en ese pésimo estado etílico, deciden que seremos los que la usarán, pues la fiesta para ellos aún continúa. Con lo poco de conciencia que me queda, ayudo a un primo a trasladar a Luciana a la habitación. Al retirarse, el primo me dice que por favor la cuide, confiando en mí porque soy muy amigo de Nicole y saben que soy un caballero. Yo también necesito descansar. La acomodo en la cama y, al salir, me acomodo en el s
Luciana Desde el día en que compartimos ese desayuno, Iker y yo hemos estado saliendo un poco durante los cinco días que se quedaría en el país. Ha sido gracioso cómo nuestra amistad inició. No puedo negar que ha sido divertido cómo comenzó todo esto. Cuando mi madre se enteró del reto, me regañó, no por haberlo hecho, sino por haberlo perdido. Entre risas, me decía: —Luciana, ¿cómo pudiste perder? ¿Acaso no te he enseñado a ganar en todo? —me decía en tono de burla. —¡Mamá! —respondí riendo—. Este hombre es de acero, ¡no es justo!– Pues saben perfectamente que en los 24 años que tengo de vida, nadie me ha ganado, y este hombre de acero lo hizo. No puedo negar que ha sido agradable. Ya conociéndolo, en realidad es caballeroso. En las salidas que tuvimos esta semana, así me lo ha demostrado. No puedo evitar reír al recordar la vez en la que nos fuimos a una ciudad al norte, a una reserva ecológica, un lindo lugar que visitamos llamado Montenatura. La magia
Iker He comprendido que no puedo actuar impulsivamente con Luciana como lo hice el día que nos conocimos. No puedo negar que me morí de celos nuevamente con ese tipo con complejo de cantante, atreviéndose a dedicarle una canción a ella, la mujer de mi vida, porque sé perfectamente que es ella lo que tanto esperé. Si las miradas mataran, la mía ya hubiera acabado con ese tipo. En ese momento vi cómo ella disfrutaba de la música, y recordé que nunca aprendí a tocar la guitarra ni a cantar. No lo he intentado, pero si tanto le gusta a ella, aprenderé por ella. ¿Qué tan difícil puede ser? Cuando ella aceptó dar el paseo conmigo, al pedírselo amablemente, me di cuenta de que con ella debo ser así. Si la fuerzo, ella reacciona, y eso hace que salga la bestia que habita en ella, algo que no quisiera volver a ver. Sonrío al recordarla furiosa conmigo, con sus mejillas rosadas y sus ojos echando fuego. Nuestra relación ha sido un torbellino de emociones desde el princi
Luciana Estos seis meses tratando a Iker a través de videollamadas han sido bastante interesantes. Lo digo así porque no quiero ilusionarme ni atarme a nada; digamos que tenemos una “amistad”. Aunque él me hable de amor, no dejo que avance. Sin embargo, he pensado en visitarlo, pues él ha venido en ese tiempo como cuatro veces. No ha pasado nada entre nosotros, pero disfruto su visita. Mi prima Nicky y Agustín me ofrecieron quedarme en su casa durante mi estadía en Valencia. No se lo he contado a Iker, quiero que sea una sorpresa. Y así es como ahora me encuentro lista para abordar el avión que me llevará a mi nuevo destino. No soy romántica y no tengo ni idea de cómo serlo. Cuando llego, después de un largo viaje a Valencia, mis primos me esperan con alegría. Cada vez los veo más enamorados, si es que eso es posible, y más ahora que sé que viene un bebé en camino. Ellos están emocionados porque su familia crece. —¡Hola, Nicky! Estás hermosa, aunque aún no se te note el emba