Aileen subió a su habitación, dejo que todas esas lágrimas que había estado reteniendo salieran a borbotones, pero con la firme convicción que sería la última vez que lloraría porque debía ser de ahora en adelante fuerte, porque su decisión no cambiaría.

No cuanto durante la cena escucho a Vanko manifestar sentirse orgulloso por tener a Niko Costas de Padre y un apellido que para el significaba familia, lazos indisolubles, y a quien le debía todo lo que él era.

No cuando su vida era tan perfecta, como romper con sus ilusiones, como echar por tierra todo en lo que había creído siempre, como destrozarle el corazón, si lo amaba tanto.

Por eso estaba más decidida más que nunca, que siempre se mantuviera así y si debía sacrificarse para que el  jamás tuviera que sufrir por descubrir una verdad que le robaría