Es es un ¿secuestro? | Gigi.
Después de mi rara visita en mi casa y de oír las opiniones de todas las involucradas llegué a la conclusión de darle el sentimiento de la duda a James; tal y como lo hablé con Sabrina, pero veía muy lejano el interés de James por el bebé empezando por el obvio hecho de que me ha ignorado todo el día.
- Oye ¿No quieres comer afuera? - pregunto Miriam.
Me sorprendió un poco su propuesta pues no solemos salir cuando es la hora del almuerzo.
- ¿Por qué? - pregunté.
- Porque almorzar pay diario no es parte de una buena dieta.
- Pero es lo único decente aquí.
- Si, pero ya no solo comes por ti - agrego - vamos encontré en
Y nosotras | Gigi.- ¿Entonces es su apellido de soltera? - pregunté.- Así es - respondió alegremente - mi ex-esposo y yo nos divorciamos cuando James estaba en la preparatoria, él lo pidió.» Aceptamos que ya no nos queríamos y James lo sabía así que los dos cedimos fácilmente, ninguno se fue de la casa ya desde antes dormíamos en cuartos separados, el continúo con su empresa y yo comencé a desarrollarme como diseñadora, para cuando los dos ya éramos alguien sin necesidad del otro, James ya estaba en la universidad.Asentí ante todo lo que acababa de escuchar.- Pero dejemos de hablar del pasado y hablemos del ahora - se recompuso r&aacu
Una bruja | Gigi. Como si durante los días siguientes todo hubiese sido paz y amor, se habían cumplido las dos semanas para visitar el médico, falte a la oficina bajo la aprobación de Sabrina quién estaba igual de interesada por el bebé cómo mis amigas y esperaba pacientemente a la señora McDiggel quién quedó de verme aquí. - Hola, querida - saludo en cuanto me vio. Mientras yo vestía unos jeans sencillos y una camiseta gris sin estampado la señora McDiggel usaba un vestido rojo, combinando con unos tacones rojos. - Señora McDiggel - salude y ella sonrió. - ¿A quién esperamos? - pregunto cuando vio que me volvía a sentar. - A qué una enfermera me llamé para pasar - respondí.
Las reglas | Gigi. Después de esa pequeña discusión con James y de alejarme de la bruja McDiggel, los días pasaron rápidamente mi vientre aún no se volvía gigante y por el momento solo los involucrados sabíamos de esto. James comenzó a actuar como un idiota o al menos así lo vi yo, primero siempre me esperaba con una bebida diferente en mi cubículo todos los días y a la hora del almuerzo me llevaba algo "nutritivo" a la cafetería, además de que me controlaba los tiempos ante el monitor y daba varias vueltas en mi cubículo para ver si necesitaba algo. Cerré los ojos durante un rato mientras tocaba mi vientre, oficialmente ya tenía dos meses. - ¿Te sientes mal? - pregunto la molesta voz de James. - No - dije con un poco de cansancio por este constante
Obligación | James. "¿Hasta cuándo?" Leí otra vez el mensaje y sin contestarlo apagué el celular. Yo también me hacia esa pregunta ¿Hasta cuándo seguiré con esto? Estar al pendiente de Gigi y ese bebé ha sido de lo más extraño, Sabrina hace lo mismo se comporta como una tía de hecho nuestras conversaciones ya solo giran alrededor del bebé; pero lo cierto es que solo quiero saber si es mío. - Nos vemos después - me dijo la morena que ya había terminado de vestirse. - Por supuesto - respondo con coquetería dándole un beso en los labios de despedida. Lo cierto es que yo ya tenía una vida.
Bienvenidad de vuelta | Gigi. Desde que supe que estoy embarazada me iniciaron un montón de nuevas obsesiones. Para empezar siempre que estaba frente a un espejo observo mi vientre con demasiado interés, se me empezaba a hacer hábito tomar leche a cualquier hora, además de que amaba experimentar mis alimentos con cualquier cosa, pero mi placer culposo eran las paletas de hielo, al menos dos veces por semana compraba una. Cómo ahora, Miriam me había acompañado a almorzar fuera de la oficina, lejos de James y aunque si comí lo que ella ordenó para mí, no pude evitar darme gusto con esta paleta. - Parece que tienes un orgasmo - informo Miriam. - Oye, podrías no comparar esto - digo mostrando la paleta - con el sexo.
Nuestro bebé | Gigi. - La próxima visita, yo quiero una - pide Miriam mientras observa la impresión con la misma adoración que yo. - No prometo nada - comento tomando la impresión de sus manos. Desde ayer en la tarde he mostrado esta foto a todo el mundo, bueno no, no a todo el mundo, solo a Estrella y Noémie, pero no he dejado de tocarla como si fuera algo divino, al menos así lo veo yo. - Ya cargas esto - dice señalando la impresión - te llenaras de fotos cuando la tengas aquí. Rio con ella por ese comentario, pero ambas nos detenemos cuando James espera fuera del cubículo de Miriam. Guardo la impresión detrás de mí, porque llevaba falda sin bolsillos.
Lo quiero | James. Miro como Miriam va de un lado a otro mordiendo una de sus uñas; por todo el hospital. Estaba por pedirle que frenará, pero entonces un doctor se acerca a nosotros. - ¿Familiares de Gigi Anderson? - pregunta. - Aquí - digo levantándome y acercándome a él - ¿Están bien? Miriam se pega a nosotros rápidamente y deja de morderse la uña. - Si, ambos - confirma el doctor - no fue una caída tan grave, unos golpes y un muy buen susto. » Pero por el momento ambos están bien, Gigi está en un dormitorio, solo por monitoreo se debe quedar hoy pero mañana sí todo sigue igual puede irse. - ¿Podemos pasar a verla? - pregunta Miriam.
Mamá lo sabe todo | Gigi. - Y ahora tengo tres meses - terminó viendo a mi mamá quién está sentada en la cama. Hace una hora estoy contándole cómo terminé aquí, mi embarazo no planeado y mi historia con mi casi jefe. James y Miriam se habían ido porque no quería contar la historia otra vez, enfrente de ellos dos. - Gigi - dice mamá al fin. - Estoy bien mamá - repito - y no me arrepiento de esto. Mamá sonríe por eso y se acerca hasta tocar mi cabello. - Gigi yo nunca me enojaría porque este bebé no crezca con su papá - informa mamá. - ¿Ah no? - pregunto algo confundida. - Por supuesto que no - c