No he desistido de buscar aquella persona que sospechosamente huyó de mí, sin embargo, por más que he intentado localizarlo no lo he encontrado, tampoco a nadie que lo conociera. Por más que me han sucedido cosas malas, he logrado hacer un nuevo vínculo con Auguste, es buen compañero, es grato tener cerca a alguien que no sea Charlotte y sentirme segura. Compartimos lo que restaba del trabajo, yo hice mi parte correspondiente para nuestro siguiente encuentro que sería en la cafetería.
Allí estaba él, solitario en una mesa al fondo del lugar, me senté con la bebida que compré hace un rato, hablamos de varios temas que desconocía. Es divertido y por el momento pasaba un momento de alegría, hasta que a lo lejos divise a alguien.
El chico de hace unos días, sentado a unos 10 metros de distancia, aún no se percataba de que lo estaba viendo ¿Qué hace aquí? ¿Por qué actúa como si no hiciera nada?
— ¿Estás bien? te pusiste pálida de repente — preguntó Auguste confuso.
— Si, disculpa, es que vi algo inquietante.
Él giró su cuerpo y miro disimuladamente a donde mi mirada se dirigía.
— ¿Qué ves? dímelo, puedes confiar en mí. — dudé por un pequeño momento.
— Es el chico de la gorra.
— ¿Te hace algo?
— No estoy segura — dudé.
Él se levantó de su asiento y fue directamente donde aquel sujeto, no lo impedí, pero sentí miedo, se acercó a ese chico, pero desde esta distancia no escuchaba lo que ambos hablaban, Auguste se veía muy natural al hablar, mientras que el joven solo me miraba extraño, en seguida ambos se acercaron a mi mesa. Quería huir.
— ¿Tienes algún problema conmigo preciosa? — dijo cuándo se acercó a mi mesa, evitaba el hecho de que hace días lo perseguí y terminó huyendo de mí.
— Bájate el pantalón — le ordené y ambos me miraron sorprendidos, al ver que no hizo nada le ordené nuevamente lo mismo, esta vez mi tono de voz era más fuerte.
— Haz lo que te dice — dijo Auguste y sin dudarlo, aquel chico le hizo caso, todas las personas presentes quedaron asombradas ante el hecho de que un hombre empezara a hacer aquello, le gritaron palabras como "pervertido" y "acosador" pero él no se inmutaba, había obedecido, y ese fue el problema. Cuando sus pantalones quedaron abajo, quede más fría que antes, mire su pierna izquierda, nada en ella, miré su pierna derecha, en ninguna de las dos piernas ni en ningún lado tenía aquel toro grabado en su piel, examiné que no lo haya cubierto con alguna base de maquillaje, aunque el tocarlo me provocaba repugnancia, aun así, lo hice y su piel estaba intacta, el único tatuaje visible era aquel del cuello.
Quedé como una imbécil e hice que aquel joven hiciera quizás, lo más vergonzoso de su vida, sin poner resistencia. Ahora la acosadora soy yo. Pensé que estaba haciendo lo correcto, pero en ningún momento eso estaría bien, me sentía avergonzada de mí misma.
06 de la tarde
— Gracias por acompañarme hasta casa, hay muchos peligros en el camino — le dije a Auguste.
— No hay de que, nos veremos otro día.
— ¿No quieres pasar? te presentaré a Charlotte, mi mejor amiga.
— ¿Es una de las chicas de la entrevista? —Afirmé—Se ve agradable, quizás la conozca luego, ahora tengo cosas por hacer —se despidió gentilmente y se marchó.
Al entrar a la casa revise mis mensajes, hace dos horas me escribió un número desconocido, nuevamente él.
"Grandioso lo que hiciste hoy, muy valiente canelita"
"No sé de qué hablas" — y agregué aquel número a la lista negra.
En una hora aproximadamente volví a recibir un mensaje, esta vez, de otro remitente.
"Hablo de esto"— y en seguida envió una foto donde me encontraba en la biblioteca, cuando presenciaba aquel suceso, mi acosador se encontraba en el mismo sitio que yo y no me di cuenta. Se veía que la foto fue tomada desde ángulo. No me percaté que alguien estuviera filmando la escena.
No respondí su mensaje y volví a dormir, apague mi celular, mañana conseguiría otro número nuevamente y me dirigiría a denunciar a ese tipo ante las autoridades, esto tiene que parar.
~ ~
Ha pasado poco más de una semana desde que he estado tranquila sin tener que sospechar de nadie, quiero pensar que desistió y no volverá a acercarse y hacerme daño, pero no creo que esa posibilidad exista. Hoy haré mi siguiente paso, lo denunciaré nuevamente, tengo un punto a favor, alguien me ayudará. Luke, el amigo y pretendiente de Charlotte; él conoce a alguien, más que eso, es su padre, es detective. Me reuniré con él y pediré su ayuda, valientemente llegué donde alguna vez también me sentí acosada por hombres que se supone, deben protegerme.
Conocí al padre de Luke y él amablemente prometió que se encargaría de todo, fue cortés, diferente a los demás, el proceso fue rápido, le di la mayoría de los números por donde aquel tipo me escribía, pudimos recuperar conversaciones borradas. No hable del estudiante de la universidad, quizás solo lo estaba imaginando y lo culparían por algo que no hizo.
Más tarde, en la universidad, durante la clase que compartía con Auguste, me inquietó un mensaje recién recibido, provocó que se helara toda mi piel.
—"Mircella... ¿A qué se debe aquella denuncia? No estoy cometiendo un delito".
No puede ser...
Guardé mi celular, salí del aula corriendo, quería llorar, me sentía impotente, él lo sabe absolutamente todo, en menos de 24 horas sabía de la denuncia, esto no podía ser posible, llamé inmediatamente a la policía, no contestó el padre de Luke, de hecho, el que atiende la llamada es un joven, lo noté por su voz.
—"Si no la ha agredido no hay nada de qué preocuparse, déjenos hacer nuestro trabajo" y colgó.
No podía creer que las personas que debían protegerme me daban la espalda en un momento así, estaba asustada en el baño de chicas, no había nadie, necesitaba a alguien, permanecí así hasta que me llamó Auguste, preocupado de ver que no volví a clase, no le comenté nada, pero le pedí que me llevara a casa, Charlotte saldría tarde hoy.
Cuando llegué a casa tomé las fuerzas necesarias y respondí los mensajes pendientes, pero me di cuenta que tenía unos nuevos.
"En la policía no podrán ayudarte, es inútil"
"¿Qué quieres conmigo? No quiero que me hagas daño"
"Jamás lo haría, porque te amo Mircella, cada día más que el anterior, olvídate de la denuncia"
"Dime cómo te llamas, qué quieres de mí y puede que considere la propuesta" — Era algo estúpido pensar que el pudiera dar su información y sus intenciones.
"Mi nombre es Raphael Duval, pero por nada del mundo debes revelar mi nombre a nadie".
"¿Por qué?".
"Querida Mircella, nadie puede saber que estoy vivo".
El verano estaba cada vez más cerca y también el final del nivel académico; cursaba el penúltimo año de mi carrera y hasta septiembre volvería a la universidad, tenía algunos exámenes finales por presentar, y favorablemente recibía una buena ayuda por parte de Auguste, me colaboraba en ocasiones con algunas materias cuando presentaba dificultad, aunque él cursara esas mismas clases. Casi siempre estábamos juntos, aunque no lo podía llamar un amigo, no aún. Solo teníamos cosas en común por ejemplo era alguien distante a los demás y tímido. Decía que no tenía muchos amigos y le costaba hacerlos, pero conmigo se sentía seguro y cómodo, yo también debería sentirme así. Al salir de mi clase de Fisiología vegetal, sentí una figura masculina frente a mí, nuevamente se trataba de Auguste. — Podemos caminar juntos hasta tu casa— Acepté, no hubo mucha charla por parte de ambos, el camino se hizo corto, al llegar cerca a mi casa, Auguste hace un par de llamadas y se va, busco e
SEGUNDA PARTE ContigoEL SIGUIENTE ESCRITO PERTENECE AL BLOG PERSONAL DE RAPHAEL DUVAL "AHOGADO EN TINIEBLAS" QUE FUE CREADO EL 30 DE JULIO DEL 2011.
Mircella Pierce 01 de la tarde. El día del concierto fue un momento agradable, uno en el cual pude llegar a pensar que sería el mejor, donde, en cuestión de segundos se derrumbó aquella torre de felicidad que había cons
Y justo cuando las cosas parecen estar bien, la oscuridad regresa y todo vuelve a estar mal de nuevo. Mircella Pierce&
Mircella Pierce Recuérdame... &
En un mundo de caos, sé mi refugio. En ocasiones, me gustaría tener la capacidad de entender las situaciones que pasan a mi alrededor, saber por qué las personas que amo sufren, y si logro encontrar alguna forma de ayudarlas lo haría sin dudar, sin embargo, pienso que no soy necesaria y opto por esperar a que todo mejore, con paciencia. En este caso es cuando me siento así, y aunque Charlotte actúe normal, hay algo muy inquietante con ella, su rostro expresa una felicidad falsa que hace poco empecé a notar, y por muchos intentos que haga, no puede disimular la tristeza de sus ojos y como poco a poco se empiezan a apagar, como aquel azul brillante se está convirtiendo en un azul vacío como un cielo lleno de nubes grises, así como el día de hoy, que siendo verano, era un día muy apagado, ignorando eso, decidí dar un paseo en bicicleta. Volví a un lugar poco agradable para mí, una cafetería donde frecuentaba verme con Auguste, pensar en
Llegamos a un restaurante donde nos había invitado Archibald, él tenía una pequeña presentación en vivo. Hoy lo vería tocar su música por primera vez, veamos que tan bien lo hace. El lugar era agradable, había una cantidad de personas considerable para la ocasión. Estuvimos un poco cerca al escenario, pedimos un menú ligero y aguardamos el momento. Estaba Luke, había logrado acercarse más a Charlotte de lo que imaginaba, quizás después de todas las insistencias ella había aceptado una cita con él. Espero que para Archibald no sea un problema. Me gustan los dramas de parejas. Él empezó su presentación, verlo tocar el piano con tanta pasión me inspiraba. Hacía lo que amaba. Su voz era hermosa, haría el ridículo si decía que no tenía talento, su voz era más gruesa que cuando hablaba normalmente, todos estábamos encantados y alegres de verlo, la que más lo expresaba era Charlotte, al mismo tiempo ella veía mis reacciones con disimulo, aunque yo no hiciera nada fu
Raphael Duval- "Auguste" 01 de la tarde. "A veces desearía nunca habernos conocido porque estás siempre presente en mi cabeza y no logro olvidarte, pero más que eso me alegro de que siempre vivas en mi mente para evitar pensar en cosas negativas. Mircella, siempre estaré esp