DAVINA
Muerta.
Estoy muerta.
Se perfectamente quienes son ellos ahora que me dijeron sus nombres. Son de la manada Garras De Hielo. El rey tiene negocios y alianzas con ellos. Me van a mandar de vuelta con él, lo sé. O quizás me matan por irrumpir en sus tierras... Igual va a ser lo mismo ya que si no me matan ellos, me va a matar el rey Arturo cuando me entreguen.
Me siento, derrotada, y veo como todos se sientan a mí alrededor.
Los detallo rápidamente y puedo decir que son todos dolorosamente atractivos. ¿Qué comen en esta manada?
Lo peor es que no le
NICHOLAS—Dijiste casa de la manada —dice Davina mientras abre los ojos como platos y entra a nuestro hogar—. Esto es casi un palacio.—Podríamos decirle mansión de la manada, si queres. Lo que pasa es que acá vive mucha gente. Veni, te vamos a mostrar todo. —Le agarro la mano y vuelvo a sentir esa electricidad como la primera vez que la toqué. Ella mira nuestras manos juntas y sonríe, dejándose llevar por la casa.Entramos por la puerta principal de la mansión, después de dejar a Pegasus en el establo, y la voy guiando mientras los chicos nos siguen.Le muestro la gran cocina, y el amplio salón. Este está divi
DAVINASalgo de la habitación dando saltitos. No puedo estar más feliz. La mansión es hermosa y está llena de gente. No de empleados fieles al rey, gente de verdad. Personas de mi edad, cariñosas, y por lo que pude ver, muy divertidas. Me trajeron un montón de ropa de mi talle y hasta un celular, ya que deje el mío en el castillo así no lo rastreaban. Sé que no puedo llamar a Argo por si me rastrean este número nuevo, tengo que aguantarme las ganas.Sigo en mi nube rosa y dando saltitos hasta que llego a donde cenan, me dijeron que a las 9 tenía que estar acá, acá estoy.Todos ya están sentados y mirándome con sonrisas.
NICHOLAS No puedo creer que estoy haciendo esto. Es una mala idea. Es una muy mala idea. Hace días que trato de hablar con Davina y las palabras simplemente no me salen, odio este cobarde en el que me convertí. Me voy, si, mejor me voy. —¿Nick? —pregunta Davina entrando a mi despacho, interrumpiendo mi plan de huida—. Me dijo Lucy que me buscabas. —Eh... —¿Pasa algo? —No, no pasa nada. Solo te quería mostrar algo. Ya está, no puedo dar marcha atrás ahora. Apago la luz del despacho y prendo las lucecitas de navidad blancas que saque del sótano.
DAVINASentada en el borde de la piscina muevo mis pies en el agua mientras pienso en Nick. Me gusta, me gusta mucho y está muy mal. Él tiene pareja, no puedo hacer esto, no está bien. Es que de verdad me gusta. Nivel siento electricidad correrme por el cuerpo.Cada sonrisa, cada mirada, cada gesto que hace. ¿Lo de bailar para recordar a Argo? ¡Joder! Pasó más de una semana y aun no me saco la sensación de la cercanía de su cuerpo.Lo malo es que últimamente siento como se incomoda cuando está cerca de mí. Seguro se dio cuenta cuanto me gusta y no quiere hacerme sentir mal. ¡Mierda! Él me da un lugar seguro y yo le agradezco incomodándolo.—Tengo que irme... —murmuro al tiempo que siento
NICHOLASEstoy trabajando en el despacho con los monos, veo a Noah leer unos mails que le mandaron los betas de otras manadas y a los chicos organizar nuevas técnicas para el entrenamiento de los guerreros.Yo solo puedo pensar en Davina.Mierda, me tiene.Soy suyo, completamente.No puedo parar de pensar en ella y en como mi vida cambio desde que llego.Nunca escuché lo que me dijeron todos ellos sobre con que mujeres follaba. Sinceramente, nunca me importo. Nunca me importaron, pero jamás ilusione o lastime. Siempre fui de frente, siempre aclare que yo no
DAVINAMe acuesto en mi cama mirando el techo y solo puedo pensar en lo increíbles que fueron estas semanas. Cierro los ojos haciendo un repaso mental y lo único que puedo hacer es sonreír. Los chicos son muy divertidos y los hermanos de Nick son súper cariñosos. En especial congenie con Bella, ya que al tener casi mi misma edad, compartimos muchas cosas. Siempre quise una hermana, una familia, pasar tiempo juntos, tener comidas familiares y no sola en mi habitación, tener siempre alguien con quien hablar... Todo es increíble. Estoy realmente contenta, y tengo esta sensación extraña de sentirme a salvo, de sentirme en casa. Llegué hace semanas y ya me siento mucho mejor acá de lo que me sentí en el palacio los últimos 19 años.
NICHOLASAbro los ojos y vuelvo a cerrarlos cuando siento los rayos del sol pegarme en ellos. Me quejo e intento darme vuelta pero un peso me lo impide. Miro y veo que tengo a Davina acostada sobre mí, su cabello cubre casi toda su espalda y su pecho se infla y desinfla con calma. Los sucesos de ayer vuelven a mí y me es imposible no sonreír.¡El beso!Fue solo un beso, pero... ¡Qué beso!Afirmo sin lugar a dudas que fue el mejor beso de toda mi vida. Su piel caliente sobre la mía, sus manos tirando de mi cabello, sus piernas en mi cintura y su lengua suave dentro de mi boca. Solo pensar en eso hace que se me erice la piel. Nunca jamás tuve una
DAVINA—¿Seguís preocupada por tu hermano? —Me pregunta Nick en la cena.—Bastante, me dijo que me iba a buscar pero las semanas pasan y nada. Me da miedo que el rey le haya hecho algo. Me dijo que se iba a quedar un tiempo porque antes de desaparecer había cosas que arreglar. Es decir, esperaba que tarde pero no puedo evitar preocuparme.—Zafira, ya te hubieses enterado si hubiese pasado algo. Esperemos un tiempo más y si no podemos ir a buscarlo. —Todos asienten a lo que Noah dice.—Sí, Bella me dijo que las malas noticias vuelan rápido así que... —Me interrumpo cuando miro a Bella y veo cómo se remueve en la s