DAVINA
—¿Y los cachorros? —Me pregunta Noah sentándose al lado mío en el jardín.
—Durmiendo la siesta como los buenos bebés que son. —Le muestro el aparato que me deja ver que están haciendo en su habitación, los muestra a cada uno dormido en su camita.
—Tenemos que hablar, Dav. —Lo miro a los ojos y veo un atisbo de preocupación. Asiento con la cabeza y cuando nos levantamos me cuelgo de su espalda para que me lleve a caballito.
Entramos en el salón y veo que están todos. Nick, sus padres y hermanos, los monos, mi hermano. Todos están sentados en los sillones y me miran fijo. Me bajo de la espalda de Noah y nos sentamos los dos.
—Davina...
NICHOLAS —¡Alfa! —Escucho que alguien grita y aplaude frente a mí. —¿Se puede saber qué quieren ahora, monos molestos? —¡Por la Diosa! Hace media hora te estamos hablando y solo miras un punto fijo con los ojos entrecerrados y asintiendo. —¿Qué estás planeando, hermano? ¿Una guerra nuclear? ¿Un ataque terrorista? ¿Un asesinato? —Estamos jodidamente adentro, pero necesitamos que nos digas qué m****a pasa. —En lo posible que sea legal porque soy demasiado hermoso para ir a la cárcel y ya sabemos que les pasa a los hombres hermosos ahí. —Harry se estremece ante sus propias idioteces.
DAVINA —¿Se puede saber a dónde me llevas en mitad de la noche? No me gustan las sorpresas, Nicholas. —Estamos los dos montando a Pegasus y yo voy con los ojos tapados, otra vez. —Muy pocas veces me decís Nicholas y me pone bastante. ¿Podrás empezar a gemir ese nombre más seguido? —¡Pervertido! ¿Hay algo que no te ponga? —Le pego en la espalda y él ríe. —Sinceramente, viniendo de vos, no creo que haya algo que no me ponga, pero si lo encuentro te aviso. —Vuelvo a pegarle—. ¡Llegamos! Me ayuda a bajar de Pegasus. Estoy totalmente desorientada y cuando me saca la venda de los ojos no lo puedo creer. —¿Q
NICHOLAS —Tenes que trabajar —dice Davina mientras paso la lengua por su marca y ella se estremece—. Basta, Nicholas. —Vos viniste a buscarme. —Le digo sin salir de su cuello. Es que es verdad, apareció en el despacho moviendo sus caderas en un vestido cortísimo y pretende que yo no la siente en mi regazo—. Viniste a seducirme, ahora no te eches para atrás. —¡No vine a seducirte! Vine a decirte que los cachorros van a empezar a ir al kinder de la manda. —Bueno, ya me lo dijiste ahora podemos ir a nuestra habitación a probar nuevas posiciones. —¡Nicholas! —Intenta levantarse pero la aprieto más a mí. E
DAVINA Estoy sentada en la cabecera de la enorme mesa mientras golpeteo mis uñas en esta. Es la hora de almorzar y estamos esperando que estos desastres andantes decidan despertarse. Mi suegra, y los hermanos de Nick están encantados con la situación, mientras mis cachorritos miran a todos lados sin entender qué pasa. Argo aparece del lado donde queda su habitación, con Christopher quien se agarra la cabeza sufriendo una resaca inhumana. Para que un licántropo tenga resaca se deben haber tomado hasta el agua de los floreros. Los monos y Nick aparecen por el otro lado y lo único que hacen es gemir dolorosamente y quejarse mientras miran el piso. —Espoquepapi se potomal, Matt.
NICHOLAS Siento el olor de Davina entrar a la casa. Los de La Orden de Protección de la Manada están entrenando y Noah en una reunión de Betas, sé que no vuelven hasta una reunión que tenemos dentro de horas. Los mellizos en el colegio al igual que los cachorros en el kinder, mis padres en su casa y Bella salió con Argo. Estos momentos se aprovechan. Corro a la habitación y cuando llego veo que Davina está saliendo del baño. —Hola, bonita mía. —¿Qué estás tramando? Mira que estoy muy nerviosa con la boda, la ceremonia de la Luna y la presentación de los cachorros. No sé, pero como te hayas mandado alguna dormís afuera. —Me río y camino hacia ella. Pego su espalda a la pared y le agarro las mejillas.
NICHOLAS Entro al despacho acomodándome la camisa adentro del pantalón y subiéndome este. Ni terminar de vestirme me dejaron, los voy a matar. Miro a Killian de reojo y veo que no me mira, lo cual me causa gracia. Está tan nervioso que hasta da ternura. —Decinos la verdad, Nick. ¿Qué cosa rara estaban haciendo? —Absolutamente nada —digo mientras me sirvo un vaso de whisky y me siento en mi silla. —¿Y si no estaban haciendo nada raro porque Killian está así? —¡No sé! ¿Qué te pasa, Killian? —No es la primera vez que nos encontramos con alguno de
DAVINA—¿Todo listo para mañana? —pregunta Bella pasándose bloqueador por las piernas. Estamos tomando sol en la piscina y los chicos entrenan a un par de metros.Me causa gracia porque Nick no me saca los ojos de encima y cada vez que lo agarro viéndome le hago señas como si me fuese a sacar la parte de arriba del bikini y pareciera que va a explotar.Lucy y Jake se fueron con los cachorros a hacer quién sabe qué. Jake debe estar usándolos para ligar pero estoy segura que Lucy pondrá orden.—Así es. Tengo vestido, flores, lugar, comida. No falta nada.—¿Y la noche de bodas? —Sube y baja las cejas
—¿Estamos listos? —pregunta aun mirándose al espejo. —Sí, rey Dominik. Los guerreros estan listos para partir. Con permiso. —El vampiro se retira de la gran sala. —¿Se está casando en este momento? —Si. Tu queridísima hija se está casando. No le quedó en claro que se casa conmigo o no se casa —El rey Arturo asiente, mirando para otro lado—. Es el momento perfecto. Jamás estarán preparados para una situación así, van a estar sumamente distraídos. Haremos lo mismo que la última vez, estarán tan ocupados cuidando a sus hijos que será el momento perfecto para que la atrapes mientras yo asesino a Nicholas. Nadie toca a mi mujer, nadie me la saca. Algo en el rey Arturo pincha, su pecho duele. Su hija tiene hijos, es abuelo. Escuchó el rumor de que su pareja y ella habían adoptado dos niños huérfanos. Dominik se lo termino de afirmar después de la pelea que habían tenido. Lo único que hace desde ese día es pensar en esos niños. Algo cambio desde que se enter