Ya no quiero alejarme.Y es un gran riesgo.Pero ahora, estoy dispuesta a enfrentarlo.Aunque eso sea considerado como un sacrificio.Así que no me alejo. No me muevo. Ni siquiera respiro cuando su mano libre se acerca a mi rostro y sus nudillos dejan una sutil caricia en mi mejilla para ir descendiendo hasta mi mentón.Sus ojos no han dejado de examinar mi rostro, como si estuviese analizando hasta el más mínimo detalle del mismo.Se ha convertido en un momento tan íntimo y tan dulce, que parece ir en contra de lo que él es, de su postura tan intimidante y ruda que posee. Sin embargo, no quiero que este momento acabe.«No deberías dejarte engañar por algo tan banal».Sé que mi subconsciente tiene razón, pero no puedo evitarlo.Mi corazón se desboca en el instante en el que sus ojos miran mis labios para segundos después buscar mi mirada, como si estuviese esperando mi permiso para con
Cuando Zack por fin termina la llamada y sale del baño, han pasado ya alrededor de unos veinte minutos. Para ese momento, yo me encuentro sentada frente a la peinadora atando mi cabello en una coleta alta y enfundada en un vestido azul marino que me llega por sobre las rodillas y es de mangas tres cuartos.No me pasa desapercibido la mirada dura y el ceño fruncido que ahora lleva estampada en la cara, pero cuando sus ojos se encuentran con los míos su semblante se suaviza considerablemente.—Tenía planeado llevarte a un lugar, pero tengo un asunto que debo resolver ya mismo. —y no entiendo por qué su confesión me desilusiona un poco. Sin embargo, me abstengo de demostrarlo, por el contrario, me muestro con aire relajado.—Entiendo, no hay problema. —digo tranquilamente. Regalándole una sonrisa conciliadora.Me pongo de pie y camino hasta el centro de la habitación, él me imita y se planta frente a mí. Me mira con intriga, algo de duda e indecisión. Aparentemente, Zack tiene una lucha
—¿A dónde vamos? Dijiste que me llevarías a tu casa. —cuestiono tratando de no sonar nerviosa.—Y para haya vamos —informa. Me mira de soslayo y una sonrisa torcida se dibuja en su rostro, poniendo su atención nuevamente en la carretera.—No tenía idea de que tu casa se encontraba fuera de la ciudad —confieso.—Bueno… no es como si pudiera darme el lujo de vivir en un lugar muy transitado sabiendo que estoy metido en cosas ilegales. —explica—. No puedo correr el riesgo de que la policía encuentre las toneladas de mercancía que se almacenan en mi sótano.—Entiendo. —digo asintiendo en acuerdo, aunque él no me ve—. Aunque, creí que tenías un lugar exclusivo para eso.—No debo confiarme demasiado. Bien podría hacerlo, a tener un lugar sólo para la mercancía me refiero, pero sería arriesgar demasiado.—¿No confías en tu gente? —cuestiono un tanto confundida.—Sería un imbécil si lo hiciera —suelta con rudeza—.
Todo dentro de mí colisiona, un centenar de emociones se arremolinan en mi interior al tiempo en el que Zack estampa sus labios contra los míos, devorándolos de manera desesperada, con ferocidad y avidez. Sólo me toma unos segundos seguir el ritmo de nuestro beso que en tan poco tiempo se ha tornado muy intenso. No sé si logre acostumbrarme a todo lo que este hombre me provoca con un simple beso y unas cuántas caricias. Temo a que me haga perder la poca cordura que aún conservo.Después de unos segundos, minutos u horas quizás, no lo sé con exactitud, perdí la noción del tiempo. Pero poco a poco el beso va bajando de intensidad hasta que después de unos segundos se convierte en un pequeño roce entre nuestros labios. Aunque para ese momento mi respiración está hecha un desastre igual a la de Zack, quien sigue sosteniendo mi rostro y acariciando mi muslo.Cuando mis ojos se abren lo primero que veo son ese par de esmeraldas que me observan con tanto deseo que hace que mi corazón dé un v
En el poco tiempo que llevo conociendo a Zack Sellers, ha sido suficiente para saber que confesiones como la que acaba de hacer, no es algo muy recurrente que salgan de su boca; tal hecho me hace sentir una profunda emoción, provoca que mi corazón se acelere a tal grado, que temo sufrir un ataque cardíaco. Sin embargo, tampoco puedo evitar que entre tantas sensaciones se cuele el temor en ellas.Temo por ambos. Porque no es sano ni racional que un sentimiento tan intenso como éste surja en tan poco tiempo.Debido a la sorpresa, por la intensidad de sus palabras, lo único que puedo hacer en éste momento es mirarlo a los ojos, porque realmente no sé qué es lo que debo responder en una situación como ésta, ya que nunca me había encontrado en una similar.No sé con exactitud qué es lo que él mira en mí, pero después de unos minutos que me parecen eternos y ante mi falta de respuesta, él se aclara la garganta antes de hablar una vez más.—No de
El chico castaño sigue mirándome de lo más normal en el mundo. Sus ojos chocolate me miran con tanta tranquilidad, que me hace sentir como una estúpida por tomarle tanta importancia al hecho de que uno de mis trabajadores, es también, el amigo del narcotraficante con el que ahora, yo también ando involucrada. Aunque al inicio haya sido contra mi voluntad.—¿Ustedes se conocen? —interviene Zack, mirándonos de hito en hito a Michael y a mí.—Me sorprendes Zack. Porqué, por un momento creí que tú eras el causante de que él… —digo, señalando a Michael—. Haya entrado a trabajar en mi cafetería.—¡¿QUÉ?! — grita el pelinegro, dando grandes zanjadas hasta el castaño—. No me digas, pedazo de imbécil, que ella es la Alexa de la que tanto hablabas estos días.Para éste momento, Zack se encuentra a sólo unos centímetros del cuerpo de Michael y lo ha tomado del cuello de su camiseta. El pelinegro se encuentra con la mandíbula tan apretada, que parece a segundos de romperse. Su cuerpo entero está
—Un gusto Cody. —le regalo una sonrisa un poco forzada, no porque me desagrade él, sino por la cercanía de nuestros cuerpos. Para mí es algo complicado tomar confianza hacia las personas, obviamente con Zack fue una gran excepción, porque hasta ahora no hayo explicación de por qué su cercanía no me afecta de la manera en que debería, sino todo lo contrario, estar cerca de él se siente demasiado…bien. Y con Jack, lo conozco desde hace mucho tiempo y me costó mucho aceptar sus acercamientos. Las primeras veces que intentó saludarme con un beso en la mejilla, terminé propinándole una bofetada.Recordar eso me divierte un poco.«Pero en el estacionamiento, bien que aceptaste su acercamiento». M*****a sea, eso fue un error que no se volverá a repetir.En fin.Volviendo a lo importante…Sé que si las cosas salen bien y convivo con ellos lo suficiente como sucedió con Jack, entonces todo fluirá mucho mejor que ahora y estos acercamientos de su parte o la de cualquiera de los otros chicos deja
Lunes, 15 de octubre de 2018.CARTER.Miro mis nudillos ensangrentados y la manera en la que la sangre se desliza entre mis dedos hasta caer al sucio piso del calabozo. El olor aquí no es muy agradable, pero eso no es importante cuando te encuentras tan concentrado haciendo lo que tanto disfrutas.Torturar.Se debería estar muy jodido para sentir satisfacción al hacer tal cosa y ¿Adivina qué? La vida me ha jodido tanto que me convirtió en una de las peores mierdas que habitan en este mundo de porquería. Solo soy una basura más en este basurero.Aunque debes saber que aun en la basura siempre existe una peor que la otra.Otro dato. Aunque la basura normalmente esta junta, siempre habrá algo que las diferencie a cada una.En el mundo criminal es lo mismo, todos podemos movernos en el bajo mundo, realizar actos ilícitos, traficar droga, traficar mujeres o niños, torturar personas, matar. ¿Y las diferencias? La diferencia es que algunos están en este mundo porque les tocó y no porque lo e