Siempre

Estoy tratando de abrir mis ojos, pero una luz muy fuerte hacía que la acción se me dificultara, hice un esfuerzo por levantar mi cabeza, pero tampoco fui capaz, era como si la tuviese pegada a la cama. De pronto comencé a escuchar una voz y poco a poco la fui reconociendo, era la voz de Apolo. Pronuncié su nombre, pero la voz me salió tropelosa, que difícil se me estaba haciendo todo esto ¿Qué me estaba pasando?

Al fin logré que mi visión se acostumbrara un poco a la luz incandescente que tanto me molestaba y pude apreciar ese rostro precioso con los pelos rubios sobre él

-A-apolo –me salió la voz, un poco ronca, pero hacía el trabajo. Los ojos de Apolo estaban llorosos y en su boca dibujaba la más grande y hermosa de las sonrisas que le había visto

-Oh mi Freya, pensé que te estaba perdiendo, pensé que no iba a poder verte más, cu

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