Lauren se levantó mientras sujetaba su espalda y fue con Andy a la cocina, la tenía sentada en la isla cuando escucharon que alguien tocó a la puerta, Sebastián fue directamente a abrir y entró Sol con un pequeño que rondaba la edad de Andrea. — Buenas tardes — Sol saludó con seriedad — les presento a Noel, él es mi hermano menor; saluda pulga ellos son amigos y jefes, el otro es Jake y su hija Andrea. — Hola mucho gusto — él sonrió mostrando unos cuantos dientes faltantes — soy Noel alias la pulga, solo mi hermana me puede decir así y no se lo voy a permitir a nadie más, si se les ocurre hacerlo les voy a dar una paliza. — Si, se nota que es tu hermano — Lauren rió y se le acercó a Noel con unos chocolates — toma, los preparé yo misma, espero que te gusten. Noel miró a Sol como si buscará una aprobación, ella se mostró un poco pensativa pero al final terminó por asentir. — Gracias señora — él tomó uno y lo comió — me retracto, usted me puede decir pulga con la condición que me d
Tanto Lauren como Sebastián se vieron interrumpidos por Andy que los miraba con una ceja arqueada y con sus manos en la cintura. — Hay una niña presente por si no se han dado cuenta, ya dejen la miel de una buena vez y vayan a acompañar a mi papá que parece que ni el sol lo calienta. Ellos fueron a ver a Jake que estaba muy pensativo, Lauren le pidió a Andy que los dejarán a solas para hablar con él y la niña accedió a hacerlo. — Dime qué tienes — Lauren se sentó al lado de Sebastián — has estado callado desde que viniste y aunque puedo suponer el motivo pues quiero escucharlo por tus labios. — Es sobre Cassidy, realmente yo no sabía que ella era la antigua responsable de recursos humanos. Fue solo una noche y ahora no sé si esa criatura es mía. — Bueno, supongo que esos errores de una sola noche se pagan caros — Sebastián alzó los hombros y cruzó sus piernas — ahora lo que debes hacer es asumir las consecuencias de tus actos, no puedes evadir todo eso y tienes que tomar al toro
Lauren abrazó a Sebastián con amor, ella recostó su rostro al pecho del hombre y ahí comenzaron a bailar como se les viniera en gana, sin música ni nada pudieron tener un pequeño baile romántico y al final cada uno se miró con amor. — No solamente tú dices que fui lo mejor que te pudo pasar — ella acarició las manos de Sebastián — eres una de las mejores cosas que me ha pasado, a tu lado me siento completa y no tengo que escoger si ser madre o ser profesional, tengo ambas cosas. — Es porque quiero verte feliz — él apoyó su frente con la de Lauren — ambas cosas son importantes en la vida de una mujer y de un hombre, no te voy a negar ninguna de esas dos cosas si es lo que tú deseas, como tu esposo tengo que apoyarte en todo lo que quieras hacer mientras sea correcto y no te perjudique a ti ni tampoco a los demás. Unos aplausos resonaron dentro del invernadero y ahí se encontraban los señores Rivera mirando con orgullo al matrimonio joven, Sebastián puso sus brazos encima del hombro
Lauren se sorprendió ya que sabía muy bien que Sebastián era el hombre con más germofobia que había conocido pero él no estaba en absoluto asqueado. — Solo me iré a cambiar, vamos Lauren que necesitas limpiarte y tomar alguna menta que te quite el mal sabor. Ellos se fueron a la habitación y ahí Sebastián se quitó la camisa por completo, solamente se enjuago un poco ya que el vómito había traspasado la tela y volvió a usar otra prenda que estuviera limpia; Lauren por su parte no dejaba de ver al hombre con total vergüenza y fue en el momento que estuvo listo que se percató de este detalle. — ¿Qué sucede cariño? Deja de verme así y busca como enjuagarte la boca, mi mamá probablemente se encuentre pidiendo otra cosa para darte de desayunar. — Es que pensé que te ibas a molestar o a asquearte, se muy bien la fobia que le tienes a los gérmenes y los cuidados que tomas para no ensuciarte. — Eres mi esposa y la madre de mis tres hijos — él se acercó y tomó el rostro de Lauren en sus ma
Lauren llevó a Sebastián a una especie de mirador que se miraba abandonado, ahí pudieron ver el lago en todo su esplendor. Ella tomó la mano de su esposo y empezó a acariciarla para después darle un beso en los nudillos, sus labios se unieron en uno solo.— Quiero estar contigo — ella desabrochó el cinturón de Sebastián — no te preocupes que vamos a estar bien, solo se delicado.— Lauren — él la besó y bajó hasta su cuello — me has vuelto loco, te amo con locura mujer y no quiero que nunca te apartes de mi lado.Lauren se deshizo de su ropa inferior y se sentó en el miembro de Sebastián, él la sujetó con mucho cuidado mientras ella respiraba de forma entrecortada, no se movió ni nada y le dió tiempo para que su esposa se acoplara a su pene.— Quiero que te tomes tu tiempo nena, no hay prisas — él le dió un beso y mordió su labio inferior — soy completamente tuyo.Lauren comenzó a moverse, poco a poco, de forma pausada. Su mano tomó la mejilla de Sebastián y lo veía mientras se movía d
Lauren se acercó a la señora Rivera para arreglar su traje y una vez listo sonrió ampliamente mientras se colocaba a su lado.— Espero que mi matrimonio con Sebastián sea igual de duradero que el suyo con el señor Rivera, amó a su hijo como no tiene idea.— Puedo imaginarlo hija — ella acarició la mano de Lauren — el brillo que tienes en tus ojos cada vez que lo miras, estás cerca de él o tomas su mano te delata por completo, gracias por amarlo de la forma que lo haces y puedo decir que ahora puedo morir en sana paz al ver que mi hijo tiene una buena esposa que lo va a acompañar en todo momento y ante toda dificultad.Lauren se limitó a sonreír, al final llevaron esa ropa y también fueron a una tienda para escoger los regalos que pondría en la mesa. — Bueno, eso es todo — la señora Rivera puso la pistola en su sitio — vamos a encontrarnos con esos hombres, a ver adónde benditos se fueron.Ellas salieron a buscarlos y no fue muy difícil encontrarlos ya que se encontraban sentados a un
La insistencia de Alejandra por ir a comprar las bebidas se le hizo un poco extraño a Lauren, ella suspiró pesadamente en el momento que escuchó la voz de Farid en sus espaldas.— Les traje algo helado señoritas — él extendió los vasos que traía en la bandeja — Lauren supuse que todo te daba náuseas así que opté por una soda de toronja, espero que te guste.Lauren miró su bebida y agradeció, Alejandra por su parte parecía indecisa de tomar el batido de choco menta que se veía tentador por el calor pero al final terminó por tomarlo. Los tres ingresaron a la fachada de la mansión mientras veían el progreso de los albañiles.— Muy bien, todo va de acuerdo a lo planeado — Lauren bebió soda — si deseas algún intercambio lo puedes decir sin problemas porque aún estamos a tiempo.— Es referente a la cocina, me gustaría que fuera igual de completa que un restaurante de tres estrellas Michelin.— Perfecto — a Lauren no le pareció extraña la propuesta — voy a hacer el plano de la cocina, supong
Lauren tranquilizó a Alejandra y le aconsejó que solo le diera un tiempo a Sebastián, ella se marchó de la oficina y cada una siguió en sus roles. Al llegar la hora de salida del trabajo se fueron a sus respectivas casas.— Por cierto cariño — Sebastián puso su saco en la cama — te recuerdo que el fin de semana se va a trabajar en la mansión del señor Iqbal, él está queriendo que todo esté bien rápido y es por nuestro mejor interés que eso salga rápido para así ocuparnos en otros proyectos que están en pausa.— No te preocupes que sacaré el trabajo a tiempo, por cierto quiero hablar de Alejandra — Sebastián volteó los ojos — no me hagas esa mueca, la pobre Ale se encuentra muy arrepentida de lo que pasó y no quiero que seas un exagerado con lo que pasó.— Pero Lauren te puso en peligro a ti y a…— Suficiente — ella levantó la mano y lo interrumpió — ya le aplicaste la ley del hielo por el resto del día, entiendo que lo que pasó pudo haber terminado en un desastre completo pero por sue