BRENTTSiempre hay una razón por la que se hacen las cosas, y esa es que el que Lynette siga con vida, viviendo bajo mi mismo techo, no es otra más que el FBI venga por ella, al dejar a Zair libre también tiene un objetivo, y eso es para que pueda venir por ella. Matar dos eslabones de un solo tiro es lo que más busco, siento que el aire me falta cuando estampo mis labios contra los de ella, es real, ella es todo lo que necesito, no hay más, pero es tan… extraña. Ella me odia porque no la defendí de Elsa, yo soy el que debería estar cabreado con esta mujer, por toda la sarta de tonterías que se atrevió a decirme, jamás me va a odiar, y de eso pienso encargarme yo, el no haber hecho nada frente a Elsa y los miembros más importantes de la orden, fue por Rina, el que vinieran fue porque se enteraron de que tengo una hija. Así que llevarles la contraria no solo me costaría la pérdida de mi puesto como capo, sino, el que mis hijos estén en la incertidumbre, como si alguien quisiera matar
LYNETTENo puedo dejar de admirar a mis hijos, parece un sueño el tenerlos a lis tres cerca de mí, ellos están sobre el pasto, Mael y Malek observando a Rina, su pequeña hermana, quien hace un par de pasteles de lodo, sus manitas están manchadas al igual que una pequeña parte de tierra roza su nariz respingona. A diferencia de sus hermanos, que ellos son como dos elegantes niños que la observan ensuciarse, no tienen una sola mancha en sus ropas. —¡Mami, mira! —exclama Rina mostrándome su obra maestra. Corre a mi dirección y sus hermanos la siguen con la mirada antes de caminar en silencio detrás de ella, se están comportando como si fueran su sombra. —Te hice un pastel de lodo —dice mi pequeña con orgullo. —Muchas gracias —le sonrío. —¿Y no hay uno para mí? La piel se me eriza al escuchar la voz ronca de Brentt, a mi bebé se le iluminan los ojos, los abre con sorpresa antes de que se le lance a los brazos, este la recibe sin que le importe mancharse su ropa. —¡Papi! Malek apr
LYNETTESé que Brent planea algo y no es nada bueno, lo puedo presentir, lo siento en el aire, incluso cuando no sé nada del manejo que le ha dado a su organización actualmente, sé que este plan de hacer que su esposa Elsa vaya en otra camioneta que es la de la amante, es por un castigo, y ese es la humillación, pero lo que más me molesta es que si planeaba hacer esto, no me tenía que embarrar. Contando que mi foto está en todos los medios a los que mantienen acceso la pirámide de la mafia, así como yo sé sus nombres, ellos saben el mío. Sin tener en cuanta de que la mayoría me conoce como la ex esposa traidora de Brent. —Deja de maquinar cosas que no entiendes. Su voz ronca me hace salir de mis pensamientos. —No estoy pensando en otra cosa que no sean mis hijos —espeto con firmeza. —Por lo visto la academia te ha hecho una mujer altanera y fuerte —ladea una sonrisa de demonio—. Me gusta eso. Me quedo callada, no quiero hablar con él. —Te presentaré a algunos funcionarios. —Ma
LYNETTE Busco por todos los medios la manera de escapar, no quiero estar en este sitio, mucho menos donde me está haciendo pasar como su esposa delante de todos, un hecho que me causa confusión, puesto que el mundo de la mafia sabe que Elsa es su esposa, y como si Brentt supiera lo que estoy pensando, se inclina para decirme al oído. —Pero todos saben que eres quien me importa más que ella. Tenso el cuerpo, me rodea la cintura e intento alejarme de él, no puedo hacerlo, me tiene aprisionada. —Si no te comportas, juro que te quito a Rina así como a Mael y a Malek —me amenaza al oído—. Siéntate en mis piernas. Hago lo que me pide solo por qué no quiero más problemas, en cuanto lo hago, siento la dureza de su miembro contra mi trasero y le miro mal, me remuevo inquieta, ya que no me acomodo. —Sigue haciendo eso y voy a terminar follándote delante de todos. Me congelo, el juego comienza y sin que pueda hacer mucho, solo observo el juego, Brentt parece demasiado seguro al igua
LYNETTELas horas pasan y siento que no puedo hacer nada al respecto, es decir, esto es una pesadilla, en cuanto el padre de mis hijos perdió el conocimiento, sus hombres me escoltaron con él y ahora estamos en el hospital, esperando a que el doctor nos diga cómo se encuentra, lo último que supe de Elsa es que se la llevaron los italianos, solo espero que mis hijos se encuentren a salvo. Camino de un lado a otro tratando de ignorar las feas miradas de los hombres que trabajan para Brentt, me observan con desconfianza, aún no me aceptan y creo que nunca lo harán, estoy segura de que piensan que todo ha sido mi culpa y puede que tengan razón. Si Brentt muere mis hijos me van a odiar por ello, porque dentro de las organizaciones se maneja la información como mejor les convenga. Seguro los pondrán en mi contra o me querrán alejar de ellos si es que Brentt muere, puede que incluso me los maten por ser solo mis hijos y al no tener ya la protección de su padre. —¿Lynette Finn? Me llama e
LYNETTEVer a una mujer que se consideraba a ella misma como la intocable de la mafia italiana, llena de golpes, con el rostro apenas reconocible, hace que me siente como una patada en el estómago, no puedo creer que le hicieran eso, esperaba un castigo, sí, pero no a este grado al ser la esposa de Brentt, lo que me hace pensar que si yo hubiera estado en su lugar y mientras estábamos casados hubiera intentado matarlo, me esperaba el mismo destino, o incluso uno peor, porque yo no crecí dentro de la organización.—¿Por qué estoy aquí, Fabricio? —le susurro apenas en un tono audible. —Solo sigo órdenes —espeta. —¿De Brentt? —Todas las órdenes son de Brentt, ¿por qué te cuesta creerlo? —No lo hago, es solo que me sorprende, ¿cuál es el objetivo de que vea esto? Sé de lo que es capaz la organización, no me veo involucrada en esto, no debería estar aquí. —Ah, pero lo estás, puede que no seas ya la esposa de Brentt, pero si la madre de sus hijos, y en algún punto lo fuiste, este es el
BRENTT Odio ver a Lynette en ese estado, llena de confusión y con los puños cerrados, ella no confía en mí, y estoy seguro de que incluso sigue teniendo en mente alejarme de su vida, borrarme de su mapa porque piensa que de ese modo podrá tener a nuestros hijos completamente de vuelta, lo que ella no sabe es que siempre estoy diez pasos adelante de ella. De todos, y esto es solo el comienzo de ello. Sus hermosos ojos observan todo, se ve tan apetitosa incluso en estos momentos, que me veo obligado a pensar en otra cosa para que no se me ponga dura la polla, tengo tantos deseos de regañarla como de follarla tan duro, hasta que sepa que soy su único dueño y que no estoy dispuesto a compartir nada de ella con alguien más que no sean nuestros hijos. La confusión recorre cada uno de sus finos rasgos y me quedo en mi papel de hijo de puta sin sentimientos. —Como saben, ella es la madre de mis hijos, y en su momento fue mi esposa. —Hasta que te traicionó —menciona uno de los miembro
NARRADOR OMNISCIENTE Lynette no tenía más escapatoria que seguir con su plan de matar al padre de sus hijos, o adentrarse en el juego con él, en donde estaba más que claro que el único ganador iba a ser él, pero todos esos pensamientos quedaron en blanco cuando sus labios se aplastaron contra los suyos. Hace mucho que no los sentía de ese modo tan hambriento, tan seductor. De la nada, su estómago se contrajo, intentó luchar contra él, le clavó las uñas en el cuello con la intención de que la soltara, pero nada de eso funcionó, ya que de algún modo, solo le interesaba una cosa a él, follarla. —Suéltame —pidió ella con la voz entrecortada. —No, ya sabes la respuesta —Brentt agarró sus nalgas y la dirigió hacia su cama. —No quiero que me toques. —Eres mía, te puedo tocar todo lo que quiera. Como pudo, intentó una vez más apartarse de él, aunque fue demasiado tarde, ya que debido a la urgente necesidad de Brentt, solo comenzó a quitarle la ropa con movimientos llenos de barba