LYNETTEMe quedo callada, se supone que mi misión era secreta, se trataba de algo ultrasecreto del que solo sabía el coronel y por supuesto Zair, el coronel no lo haría, él primero prefiere morir que antes caer en las manos de la mafia, y si lo hiciera, solo no hablaría, no importa cuál sea la tortura, nadie sería capaz de sacarle información que implique a algún miembro de su equipo o de la unidad que él lidera. Por lo que la única opción factible que queda, es que Zair le haya contado todo, incluso eso. Brentt, ya sabe que Rina es su hija, mi mayor pesadilla se ha vuelto realidad, ahora solo queda hacer lo que me pida para que no me la quite y que me permita tener a mis hijos conmigo, ese es mi mayor sueño, y ahora que el cuartel prácticamente me ha dado la espalda, y que el único amigo que tengo me ha vendido con Brentt, no me queda otra más que jugar sola esto. Brentt está muy callado al respecto y eso no es un buen indicador, la misma Elsa lo sabe, en cuanto él lee los document
LYNETTEItalia, reconozco el lugar en el que comenzaron mis pesadillas como la palma de mi mano, el corazón me late con fuerza, tengo puesta una pijama de seda que consiste en un camisón escotado, alguien me desnudó y me colocó esto, y ese alguien debió haber sido el padre de mis hijos, porque simplemente él no permitiría que nadie más me tocara, la cabeza me da vueltas tratando de recordar todo, Brentt me engañó, dijo que me dejaría estar con mis hijos y él solo me mintió de nuevo, estoy divorciada de Zair, lo que significa que también he perdido la protección del FBI. Me incorporo tratando de encontrar una salida, las ventanas están abiertas, pero el piso en el que me encuentro es el más alto, y no solo eso, todo está siendo rodeado y vigilado en extremo por sus hombres, no hay nada que pueda hacer, más que intentar jugar a su juego. Camino de un lado a otro cuando la puerta se abre de par en par, y Mael y Malek entran corriendo, seguidos de Rina. —¡Mami! —gritan en unísono. Creo
LYNETTEEstallo de rabia al ver a mi pequeña hija llorando, cubriendo sus mejillas con lágrimas que brotan de sus ojos, Brentt la mira y su mirada se convierte en una asesina, pero no hace nada, se queda quieto, tal cual, observando el terror que siente su hija, de pronto salen Mael y Malek, al escuchar a su hermana llorar, se acercan y la ponen de pie como si fuera la cosa más delicada del mundo, lo que me hace amarlos aún más, ellos van a cuidar bien de ella, pese a ser solo niños, ya entienden y han adoptado su papel de hermanos protectores hasta la medula. —¡Pero qué significa esto! —brama uno de los hombres de traje oscuro—. ¡Cómo te atreves a golpear a la reina italiana!Espero paciente a que Brentt les ponga un alto, y al ver que nada de eso sucede, comprendo que mi lugar es el de su amante. —Ella aventó a mi hija, no me voy a justificar, nadie se mete con mis hijos, no me importa si es la reina italiana o la esposa de su Capo —espeto con firmeza aunque por dentro esté tembla
BRENTTSiempre hay una razón por la que se hacen las cosas, y esa es que el que Lynette siga con vida, viviendo bajo mi mismo techo, no es otra más que el FBI venga por ella, al dejar a Zair libre también tiene un objetivo, y eso es para que pueda venir por ella. Matar dos eslabones de un solo tiro es lo que más busco, siento que el aire me falta cuando estampo mis labios contra los de ella, es real, ella es todo lo que necesito, no hay más, pero es tan… extraña. Ella me odia porque no la defendí de Elsa, yo soy el que debería estar cabreado con esta mujer, por toda la sarta de tonterías que se atrevió a decirme, jamás me va a odiar, y de eso pienso encargarme yo, el no haber hecho nada frente a Elsa y los miembros más importantes de la orden, fue por Rina, el que vinieran fue porque se enteraron de que tengo una hija. Así que llevarles la contraria no solo me costaría la pérdida de mi puesto como capo, sino, el que mis hijos estén en la incertidumbre, como si alguien quisiera matar
LYNETTENo puedo dejar de admirar a mis hijos, parece un sueño el tenerlos a lis tres cerca de mí, ellos están sobre el pasto, Mael y Malek observando a Rina, su pequeña hermana, quien hace un par de pasteles de lodo, sus manitas están manchadas al igual que una pequeña parte de tierra roza su nariz respingona. A diferencia de sus hermanos, que ellos son como dos elegantes niños que la observan ensuciarse, no tienen una sola mancha en sus ropas. —¡Mami, mira! —exclama Rina mostrándome su obra maestra. Corre a mi dirección y sus hermanos la siguen con la mirada antes de caminar en silencio detrás de ella, se están comportando como si fueran su sombra. —Te hice un pastel de lodo —dice mi pequeña con orgullo. —Muchas gracias —le sonrío. —¿Y no hay uno para mí? La piel se me eriza al escuchar la voz ronca de Brentt, a mi bebé se le iluminan los ojos, los abre con sorpresa antes de que se le lance a los brazos, este la recibe sin que le importe mancharse su ropa. —¡Papi! Malek apr
LYNETTESé que Brent planea algo y no es nada bueno, lo puedo presentir, lo siento en el aire, incluso cuando no sé nada del manejo que le ha dado a su organización actualmente, sé que este plan de hacer que su esposa Elsa vaya en otra camioneta que es la de la amante, es por un castigo, y ese es la humillación, pero lo que más me molesta es que si planeaba hacer esto, no me tenía que embarrar. Contando que mi foto está en todos los medios a los que mantienen acceso la pirámide de la mafia, así como yo sé sus nombres, ellos saben el mío. Sin tener en cuanta de que la mayoría me conoce como la ex esposa traidora de Brent. —Deja de maquinar cosas que no entiendes. Su voz ronca me hace salir de mis pensamientos. —No estoy pensando en otra cosa que no sean mis hijos —espeto con firmeza. —Por lo visto la academia te ha hecho una mujer altanera y fuerte —ladea una sonrisa de demonio—. Me gusta eso. Me quedo callada, no quiero hablar con él. —Te presentaré a algunos funcionarios. —Ma
LYNETTE Busco por todos los medios la manera de escapar, no quiero estar en este sitio, mucho menos donde me está haciendo pasar como su esposa delante de todos, un hecho que me causa confusión, puesto que el mundo de la mafia sabe que Elsa es su esposa, y como si Brentt supiera lo que estoy pensando, se inclina para decirme al oído. —Pero todos saben que eres quien me importa más que ella. Tenso el cuerpo, me rodea la cintura e intento alejarme de él, no puedo hacerlo, me tiene aprisionada. —Si no te comportas, juro que te quito a Rina así como a Mael y a Malek —me amenaza al oído—. Siéntate en mis piernas. Hago lo que me pide solo por qué no quiero más problemas, en cuanto lo hago, siento la dureza de su miembro contra mi trasero y le miro mal, me remuevo inquieta, ya que no me acomodo. —Sigue haciendo eso y voy a terminar follándote delante de todos. Me congelo, el juego comienza y sin que pueda hacer mucho, solo observo el juego, Brentt parece demasiado seguro al igua
LYNETTELas horas pasan y siento que no puedo hacer nada al respecto, es decir, esto es una pesadilla, en cuanto el padre de mis hijos perdió el conocimiento, sus hombres me escoltaron con él y ahora estamos en el hospital, esperando a que el doctor nos diga cómo se encuentra, lo último que supe de Elsa es que se la llevaron los italianos, solo espero que mis hijos se encuentren a salvo. Camino de un lado a otro tratando de ignorar las feas miradas de los hombres que trabajan para Brentt, me observan con desconfianza, aún no me aceptan y creo que nunca lo harán, estoy segura de que piensan que todo ha sido mi culpa y puede que tengan razón. Si Brentt muere mis hijos me van a odiar por ello, porque dentro de las organizaciones se maneja la información como mejor les convenga. Seguro los pondrán en mi contra o me querrán alejar de ellos si es que Brentt muere, puede que incluso me los maten por ser solo mis hijos y al no tener ya la protección de su padre. —¿Lynette Finn? Me llama e