Cogimos los dos la bebida acompañando a Lola, que nos enseñó con amabilidad varias habitaciones, hasta que Marco eligió una de ellas, Entramos fijandome en los muebles que había dentro, una cama no muy grande vestida con sábanas rojas, luz tenue y discreta, un sofa comodo y un mueble que abriendo la mujer un cajón nos enseñó lo que contenía, sorprendiendome por todos los juegos eróticos que habían— No es lógico que yo os sugiera, pero ¿os gustaría tener un acompañante? asi podeis afianzar más vuestro amor — nos dijo— Cariño que dices ¿te apetece? — me pregunto Marco—- No lo se Marcó, todo esto es nuevo para mi — le comente, mientras seguía mirando aquella habitación— Bueno mujer tranquila, aqui todo esta regulado legalmente y si no estas segura, puedes decir que no tranquilamente — me dijo— Lola, si, esto será una nueva experiencia para los dos, — dijo MarcoLa mujer se marchó, acercándose Marco a mi, susurrando en mi oído — Esto es para ti, quiero que lo disfrutes, yo estaré a
Marco cogió su teléfono, llamando a la policía, pocos minutos después apareció una patrulla bajando Marco del coche para hablar con ellos, fijándonos en cómo el todo terreno se marchaba, chillando las ruedas, persiguiendolos la policía, marchandonos nosotros de aquel lugar enseguida. Los siguientes días fueron tranquilos, Marco se marchaba a trabajar por la mañana, después que los dos desayunabamos juntos, luego yo me entretenía en arreglar la casa, después me daba un baño relajante, para irme a la terraza sentandome en una hamaca y tomar algo el sol, ya que esos días hacía calor, entreteniendome en leer un libro que encontré pareciendo interesante. Una tarde que estaba en la terraza escuche como tocaban el timbre de casa, dejé el libro en la mesa de la terraza, me levanté dispuesta a abrir la puerta, cuando de pronto me quede inmovil y llorando como una niña pequeña, ya que mi amiga se encontraba al otro lado, .Nos abrazamos como dos hermanas que era lo que éramos, dos hermanas que s
Desperté al día siguiente, dándome cuenta de que estaba sola en la cama, me levanté para ir al cuarto de baño y asearme, bajando a la cocina con solo el camisón corto que llevaba, ya que necesitaba una buena taza de café por lo mal que dormí esa noche. Nada más entrar, Marco estaba sentado en una silla de la isla de la cocina, se quedo mirandome mientras pasaba por su lado, rodeando mi cintura con su brazo, acercándome a su cuerpo. Sus labios en mi cuello, besando y dando pequeños mordiscos, poniendo después sus manos en mis caderas, lamiendo y besando la unión de mis pechos, acariciando yo su pelo, mientras echaba la cabeza hacia atrás gimiendo— Buenos días, — me dijo lamiendo mis labios, poniendo una mano en mi cuello, para apretar sus labios a los míos, metiendo su lengua en mi boca moviéndose como si fuera una serpiente, hasta que separó sus labios de los míos, pero antes mordió mi labio inferior llevándoselo a su boca— Te estaba esperando, no he querido despertarte antes, estab
Cenamos los cuatro, escuchando anécdotas de Roxana y su esposo, comimos, nos reimos y cuando terminamos, entre todos recogimos la mesa, siendo Roxana y yo las que recogimos la cocina, mientras nuestros hombres se quedaban en el salón, bebiendo en sus copas el Whisky que sacó Marco. A la hora de servir el café, entre las dos mujeres preparamos las tazas y unas pastas, fijándome en cómo me estaba mirando Roxana— Seria bueno que Marco te tuviera como sumisa, en el club, cuando estabamos en la habitación, se le veía en sus ojos que no es muy feliz en el aspecto del amor, se cuanto ese hombre te ama, pero deberías darle algo mas que tu cuerpo, tratarlo como si fuera el rey, darle lo que él desea y no te digo solo vainilla, hazme caso Alice, el nunca te dejara, pero tienes que ser algo más atrevida y darle algo más que le guste, sigue mi consejo y te aconsejo que Marco estará comiendo de tus pies mientras estéis juntos — me dijo— Me lo pensaré, pero no creo que pueda hacerlo — le dije cog
Lo hizo aun sintiendo que me quemaban mis mejillas por la vergüenza, Marcel se tumbó delante de mis piernas abiertas, haciendo que me sintiera demasiado expuesta, acariciando mi clítoris con sus dedos, haciendo que cerrara los ojos mientras jadeaba, introduciendo dos de sus dedos penetrando primero despacio para luego hacerlo mucho más rápido, cuando vio que ya estaba a punto de llegar a mi clímax, quito sus dedos, sintiendome vacia — Ponte solo un vestido y baja con nosotros, vamos a cenar — me ordenó Marcell, mientras Marco y yo nos mirabamosNos bajamos los cuatro al salón, quedando rezagada un poco con Marcos, hablándole muy enfadada— Me dijiste que no permitirías que ningún hombre tocara lo que te pertenece, ¿que te ha pasado? — pregunte— Roxana me estaba haciendo una mamada y no he podido moverme, lo siento — me dijo, dejandome sorprendida— Marco, eso ha sido una forma de castigar a tu mujer, no dejando que llegue al clímax, aprende bonita, Marco se merece que le obedezcas,
Desayunamos los dos fruta, zumo y tostada, dándome alguna que otra náusea, mirandome Marco sonriendo, marchandonos después los dos al dormitorio para vestirnos, marchando después de la casa hacia el garage. En la clínica nos cruzamos con Marcell, dándome dos besos en las mejillas, pero sorprendiendose al vernos allí— Mi mujer se ha levantado con náuseas, vomitando todo lo que tenía y casi no ha desayunado, le ha dado nauseas — Dijo Marco, muy feliz— Vamos a la sala de curas, allí le podremos hacer la prueba, es más segura que la de la farmacia — nos dijo MarcellLa prueba dio enseguida positivo, viendo como los dos amigos se abrazaban muy felices felicitando Marcell a Marco por su próxima paternidad, rodeando Marco mi cintura, apretando sus boca con mi boca, lleno de felicidad. Antes de marcharnos de la clínica, Marcell, llamó a Roxana para darle la buena noticia, haciéndonos ir a su casa para comer con ellos, aceptando Marco gustoso, después de preguntarme a mi. Nos marchamos de l
La fiesta estaba muy animada, solo que las empleadas de Marco se le acercaban con mucha sensualidad, mientras mi esposo y yo cruzábamos nuestras miradas, aunque ni él ni ninguna de las mujeres que había en aquella sala, hicieron algo de lo que yo pudiera pensar mal, no me encontraba muy a gusto. Me fui de la sala, hacia el pasillo, un pasillo largo y totalmente vacío, cuando al doblar una esquina, me tropecé con un hombre. Al mirar sus ojos enseguida supe de quien se trataba— ¿William, qué haces aquí? — pregunte sorprendida— Siempre te estaré cuidando Alice — me dijo sonriendoCuando quise darme cuenta ya me tenía cogida de la cintura levantandome del suelo, teniendo mi vestido subido hasta mi cintura, poniendo mis piernas alrededor de sus caderas. Apartó la tela de mi tanga y con un rápido movimiento me acabó penetrando, mientras sus labios estaban pegados a los míos. William me embestía cada vez con más fuerza, llegando al fondo de mi ser, haciéndome gemir, mientras yo tenía mis
Nada más abrir la puerta de mi casa, Roxana me abrazó sonriendo como buenas amigas que eramos, detrás de ella entró Marcel, dándome dos besos, cerrando la puerta detrás de él, marchandonos al salón, sentandonos en el sofa,— ¿Dónde está Marco? — pregunto Marcell— Voy a buscarlo — Entre en la cocina, viendo como Marco tenía en su mano su taza de café, dándole un sorbo en ese momento— Marco, están preguntado por ti — le dije— Diles que ahora voy Alice, Me fui hacia el salón, sentandome con nuestros invitados, cogiendo mi mano Roxana, mirandome pero esta vez muy seria— Marco nos ha contado lo que sucedió anoche, y eso no me ha gustado nada Alice, ¿no pensaste en tu marido? Cuándo te dejaste penetrar por ese hombre — me pregunto— No volverá a suceder, ya me arrepenti anoche — comente— Hola, gracias por aceptar mi invitación — dijo Marco cuando entró al salón, sentándose lejos de mi.— Marco mal, la debes de perdonar, ponte a su lado por favor, creo que anoche ya le dejaste las cos