Estabamos mi amiga Aroa y yo viendo la tele en el salón, cuando de pronto escuchamos tocar el timbre de la casa, me levanté enseguida para que el sonido del timbre no despertara a mi hija, acercándome hasta la puerta, quedando inmovil cuando la abrí ya que delante de mí estaba Mark con un ramo de rosas rojas en su mano, ofreciendolas mientras me sonreía. Aunque sabía que esperaba que le dejara entrar en la casa, no pude moverme impidiendo así que entrara ya que la puerta estaba entreabierta, porque si lo dejaba entrar y veía a mi pequeña tendría que darle explicaciones y en ese momento la verdad es que no me apetecía hablar mucho. —- Bueno ¿me dejas entrar? —- me pregunto—- Gracias por las flores, ahora te traerá Aroa los archivos —- le dije abriendo un poco más la puerta—- No tienes muy buena cara Keira ¿te encuentras bien? — me pregunto Mark—- No, la verdad que creo que he pillado la gripe y por eso no quiero que entres y te acerques a mi, no quiero que te contagies tu — contest
DAVIDMi socio, mi mejor amigo Carlos y yo nos marchamos a Dallas, ya que había una conferencia que nos interesaba mucho para mi empresa, así que cuando llegamos al hotel y en recepción nos dieron las llaves de nuestra habitación, nos fuimos a la zona de los ascensores, bajando en la planta donde estaban nuestras habitaciones, entramos en nuestra habitación, para preparar la presentación que teníamos al dia siguiente,. Dejamos nuestras cosas en la mesa que había en la habitación y decidimos marcharnos al restaurante del hotel para cenar, ya que los dos teníamos hambre. Cuando nos sentamos en la mesa del restaurante se acercó uno de los directivos del hotel a nuestra mesa para saludarnos y presentarnos a una señorita que era una de las directoras de la conferencia—- Buenas noches señor O”Brien, espero que la habitación sea de su gusto —- me dijo el director—- Todo está perfecto, muchas gracias — le conteste—- Por cierto señor O”Brien, su esposa está a punto de llegar, Melody y yo he
DAVIDDespués de hablar por teléfono con Keira, entre otra vez a la cafetería del hotel, me acerque a la barra y le pedí al camarero que me diera la botella de whisky, necesitaba ese momento olvidar la conversación que mantuvimos Keira y yo por teléfono hace un momento. Cuando el camarero me dio lo que le pedí, me pude dar cuenta de cómo me miraba y movía la cabeza en negativo, pero en esos momentos me daba lo mismo lo que pensaran de mi ya que lo que necesitaba era olvidar. Me fui hasta donde estaba la piscina y me senté en el suelo, me bebí toda la botella, pero aun así no podía olvidar a esa mujer, la única que me robó todos mis sentidos y acababa de dejar mi corazón hecho pedazos. Cuando me fui a poner de pie, me fije en como mi cuerpo caía hacia delante, pero había un hombre que yo no conocía el que me cogió para que no diera con mis dientes en el suelo.—- Amigo, creo que has bebido ya por esta noche demasiado —- me dijo aquel hombre— No lo creo amigo, si estuviera completamen
DAVIDCuando me desperté, pude darme cuenta de que estaba en la cama de mi habitación y estaba completamente solo, suponiendo que Melody se habria marchado, pero ¿como llegué hasta allí? de eso si que no me acordaba. Tenia una terrible resaca y parte de mi ropa había desaparecido, ese fue el precio que pagué por emborracharme, acordandome por un momento que hacía años que no hacía algo tan estupido, justo fue cuando Keira desapareció y mi madre me dejo la directiva de las empresas O”Brien en mis manos, ya que aunque yo era el director, era mi madre la que lo dirigía todo en la empresa. Me levanté de la cama algo mareado dirigiéndome como pude hacia el cuarto de baño para darme una ducha fría, pensando que así se me pasaría el dolor de cabeza que tenía. Una vez que ya me duche y volví a la habitación, me puse mi mejor traje ya que tenía una reunión muy importante en una de las mejores salas de aquel hotel. Una vez que llegué a la sala, vi cómo se iba acercando a donde yo estaba Carlos,
KEIRAAunque conseguí que mi hija no me contagiara mucho su resfriado, Sara fue muy drástica conmigo al decirme de que tenía que visitar al médico, para saber cómo seguía mi embarazo, asi que ella misma decidió llamarlo para pedirle una cita, aunque mi amiga Aroa fue la que realmente se enfermo al tener siempre encima de ella a mi pequeña. Cuando nos marchamos de la consulta del médico, Sara se quedó mucho más tranquila, ya que me dijeron que todo estaba bien y que solamente tenía que hacerme unos nuevos análisis, pero que siguiera con mi vida como hasta ese momento, ese fue el diagnostico del medico. Nada más llegamos a casa, me fui al salón, sentándose mi hija encima de mi regazo abrazándome con sus pequeños bracitos sin dejar de darme besos en mis mejillas—-- Cintia cariño, deja a mami y vente con la tita, vamos a ponerte un vestidito y nos vamos a comprar —- le dijo Aroa—- No quero, quero quedarme con mi mami tita —- le contestó mi hija, cruzando sus brazos —- Pues no te compra
Cuando se acercó Mark a la mesa donde yo estaba le sonreí sin dejar de mirarle, ya que sabia que tenia que darle alguna explicación, solo deseaba levantarme de mi silla y darle un interminable abrazo y seguramente también le habría besado en sus carnosos labios, pero no lo hice por que no deseaba que los compañeros hablaran de lo que no habría nunca entre Mark y yo, pues yo estaba muy enamorada del padre de mi hija y no quería ninguna relación con ningún otro hombre y menos que hubieran habladurías en el trabajo sin fundamento ninguno. Así que me mantuve sentada en mi silla firmemente sin mover ni un solo dedo.—- Buenos días Mark —- fue lo que le dijeAunque Mark, pasó delante de donde yo me encontraba, sin mirarme ni decir absolutamente nada, solo siguió andando, abrió la puerta de su despacho y desapareció de mi vista como entro. Se me hizo un nudo en la garganta que me costó tragar mi propia saliva, pero comprendia también y en parte, el porqué de su actitud conmigo. Me quedé mir
Sara cogió a mi hija en sus brazos, ya que la tenía yo en los míos, marchandose las dos hacia otra estancia de la casa y así dejar que pudiéramos hablar tranquilamente Carlos y yo. Entre en el salon muy nerviosa, pues no sabia que me iba a comentar de David ya que la última conversación que tuvimos David y yo, no terminamos de hablar muy bien—-- Hola Keira, me alegro de verte de nuevo — me dio Carlos—- Yo también me alegro de verte Carlos, me ha dicho Sara que querías hablar conmigo de David ¿le sucede algo? —- pregunte—- Verás, creo que es mejor que nos sentemos — comentóNos sentamos los dos en el sofa del salon, pero sin apartar mi mirada de Carlos ya que me di cuenta de que miraba al suelo muy serio, preocupandome más por lo que me quería decir—- Mira, primero quiero decirte que David no sabe que he venido a verte, solo quiero que sepas que sé perfectamente cuánto te ama y todo ha sido por casualidad, no estaba planeado esto que te voy a comentar —- me dijo muy serio—-- ¿Qué
Mi amiga Aroa también se preparó un pequeño equipaje, ya que se empeñó en acompañarme a Nueva York, marchandonos las dos de la casa seguidamente y sin hacer ruido para que mi hija no me viera marcharme sin ella, porque sabía que se pondría a llorar y al final sé que hubiera cedido a que me acompañara, pero Sara se marchó del salón hacia su dormitorio para entretenerla y así de esa manera, me pude marchar más tranquila. Mi amiga y yo cogimos un taxi diciéndole al conductor que queríamos ir al aeropuerto, una vez que ya llegamos y le pagamos al hombre, nos bajamos del vehículo y con nuestro equipaje en la mano, salimos a las pistas de aterrizaje, ya que al ser un avión particular nos imaginamos que estaría en algún hangar o en la misma pista esperandonos. Cuando llegamos a la gran ciudad, mi amiga y yo nos fuimos a hospedarnos en un motel que estuviera medianamente decente, aunque Carlos nos ofreció su casa, no lo vimos en ese momento muy conveniente. —- ¿Estás despierta? —- escuche l