DAVID Desde que Keira se marchó de mi despacho, me quedé muy serio, no dejaba de pensar que tenía una hija y ella no me lo había dicho ¿por eso se marchó de la ciudad hace cuatro malditos años? me preguntaba aunque no podía culparla, ya que me suponía que no quería obligarme a algo que para mi hasta ahora, era imposible, aunque sabía perfectamente que la noche que pase con Keira en aquel hotel no use ninguna protección.—- Hola ¿puedo pasar? — me pregunto mi amigo Carlos cuando entro en mi despacho— Sabes que si, anda entra — le respondí— ¿Dónde está tu asistente? ¿no ha venido hoy a trabajar? — volvió a preguntarme Carlos—- La he despedido — le dije, levantandome de mi sillón para mirar por la ventana— Estarás de broma ¿no? – me dijo mi amigo—- No estoy ahora mismo para bromas, ella me ha mentido y encima quiere cargarme un muerto y sabes que no me gustan ni las mentiras ni que me engañen — le respondí—- Haber David, la verdad que no se que me estas diciendo, si estáis los dos
Después de cenar, mi hija Cintia se quedó dormida en mis brazos y aunque tenía a mi pequeña así bastante tiempo, no quería llevarla a su cama todavía, ya que el calor de su cuerpecito me hacía sentir tranquilidad, ya que estaba temerosa de que David la apartara de mi lado. Estaba mal y tenía una sensación que me estaba produciendo ansiedad y náuseas, como si presintiera que no me quedaba mucho tiempo para tener a mi pequeña acurrucada en mis brazos. Me interne en mis pensamientos, ya que ahora y más que nunca necesitaba la ayuda de los padres de mi amiga hasta que volviera a encontrar otro trabajo para que mi hija tuviera una buena vida, pero estaba temerosa por si David se volvia en mi contra sin tener en cuenta de que yo era la madre de nuestra hija. Quise apartar ese pensamiento de mi cabeza, pensando en que al final y seguramente llegaríamos los dos a un acuerdo como personas cultas y civilizadas que éramos, pero conocía muy bien a David y no sabia si seria posible ese trato, ya
Nos marchamos los dos poco después del dormitorio de mi hija hacia el salón, sentandonos los dos en el sofá, fijándome en lo confundido que se había quedado David.—- Keira, ¿cómo se llama mi hija? —- me pregunto—- Cintia, como se llamaba mi madre — conteste— ¿Quien la cuidaba cuando estabas trabajando?¿Una niñera? — volvió a preguntar— No, la cuidaba mi amiga Aroa que vive con nosotras, pero mi pequeña ya va a la guardería, seguramente a la misma donde va tu sobrino — respondí—- Keira ¿porque no me dijistes que te quedaste embarazada? — me pregunto, recostandose en el sofa—- Ahora eso ya no importa David, lo que me importa es saber que vas a hacer tu ahora que sabes y conoces a nuestra hija — le dije—- Si que importa Keira, yo como su padre tenía todo el derecho de saberlo — me contestóMe senté recta en el sofá, ya que esperaba discutir con él y enfrentarme a sus reproches.—- Si te lo hubiera dicho, seguramente tu madre me hubiera hecho abortar y no, no iba a consentir que na
Me levanté enseguida del sofá, quedando mi rostro a milímetros del rostro de David, intentando que mis lágrimas no salieran, ya que no quería que me viera llorar— ¿Quien coño te has creído que eres? —- le dije gritando, por que ya no me importaba que mi hija y mi amiga se despertaran por mis gritos, por la desesperación que yo tenía—- Soy el padre de Cintia, me escuchastes — me dijo mirándonos los dos fijamente alos ojosMe fui hacia atrás, apartandome unos centímetros de David, con estupefacción, sabiendo que en ese comentario David tenía razón, él era el padre de mi hija y sabía que tenía tanto derecho sobre mi pequeña como yo. Respire hondamente antes de volver a enfrentarme a él, ya que sabía que si iba a malas con David, entonces sí que tenía todo perdido ya que él era multimillonario y pertenecía a una de las familias más ricas del país, mientras que yo en ese momento no tenía nada para ofrecerle a mi hija, ya que por el trabajo con el que disfrutaba, David también me lo arr
Cuando David se marchó de mi casa, me senté por un momento en el sofá, ya que estaba algo confundida por lo que me acababa de decir, casarme con David la verdad que no estaba en mis planes inmediatos, pero si con ello no perdia a mi hija, ¿que podía hacer yo?, Pues no pensar en nadie, ni en Melody mi hermanastra ni en la madre de David, pues lo que realmente más me importaba era mi pequeña hija. De pronto, estaba absorta en mis pensamientos y sentí como se sentaba mi amiga a mi lado, mirándonos las dos fijamente a los ojos.—- ¿Qué ha pasado?, ¿te ha dicho David que va a hacer? ¿no será capaz de apartar a Cintia de tu lado? — me pregunto— Se quiere llevar a mi hija, sus abogados según dice el, ya tienen preparados los documentos para pedir su custodia — le comente—- ¿Que?¿de que estas hablando Keira?¿Me estás diciendo que quiere quitarte a la niña? — me pregunto—- Si, eso mismo, — le dije rompiendo a llorar sin poder evitarlo—- No me lo puedo creer, no me esperaba eso de David, co
Esa noche no pude dormir bien, ya que no sabía cómo le iba a decir mi hija que ya no vería a su tita y a sus abuelos, porque un señor quería que viviéramos con él. Me levanté de la cama y entré en el cuarto de baño para ducharme, deje caer el agua por mi cuerpo dejando que me golpeara ya que necesitaba relajarme. Una vez que ya me duche, tape mi cuerpo con una de las toallas volviendo a mi dormitorio, me senté en la cama cuando escuche como tocaban a la puerta, viendo a mi amiga entrar en mi dormitorio—- Creía que estabas dormida — me dijo— No he podido dormir muy bien, no dejo de pensar en cómo le digo a mi hija que vamos a vivir con un hombre que ella solo lo ha visto unos minutos y que a ti ya no te volverá a ver — le dije—- No tienes que decirle nada y ademas si que hare que me vea, aunque tenga que entrar en la casa como hacen los ladrones —- me dijo riendo—- Cuando este con David, intentare hablar con él, esto no es lo que yo me esperaba y mi hija no necesita que le cambien
Cuando terminamos de despedirnos mi amiga y yo, baje en el ascensor hasta el hall del edificio, quedando boquiabierta cuando vi el la limusina de color negro que esperaba en la calle. Nos acercamos mi hija y yo al vehículo abriendo la puerta trasera, mientras miraba a mi hija con una sonrisa en sus labios. Cuando llegamos a la casa, me pude dar cuenta de lo grande que era ya que cuando fui con David era de noche y estaba todo oscuro. La casa estaba rodeada de jardines y árboles frondosos, a parte de que todo estaba vallado, fijándome en que también había una casita entre las ramas de un gran árbol. Entramos en la casa, soltandose de pronto mi hija de mi mano, corriendo por la entrada de la casa, mirando todo lo que había con una preciosa sonrisa en su carita.—- Mami, mami ¿vamos a vivi aquí? — me preguntoDe pronto, salió de una de las salas que había, una mujer mayor de pelo blanco acercándose a donde yo estaba sin dejar de mirar a mi pequeña.—- Me alegra mucho que esté en casa señ
Una vez que ya nos acomodamos mi hija y yo en la casa, Gisela se llevo a mi pequeña a la cocina ya que la mujer le dijo a mi hija que si quería ayudarla a hacer galletas y mi pequeña, saltaba de alegría, cogiéndole la mano a la mujer marchando las dos hacia la cocina, con lo cual nos quedamos David y yo a solas en mi dormitorio, ya que empecé a guardar en el ropero, las pocas pertenencias que yo tenía, pero al abrir las puertas del vestuario que había en el dormitorio me quedé sin palabras, por que y como me dijo David por teléfono, ese vestidor sí que estaba repleto de ropa de mi talla, Habian vestidos y conjuntos tanto de vestir como de gala, con unos impresionantes y preciosos zapatos de una marca muy cara y de diseño. Abrí los cajones que había, fijándome en que la lencería que había en esos cajones era toda de seda y también de diseño.—- ¿Te gusta todo lo que he comprado para ti? Si quieres o necesitas algo más, no tienes nada mas que decirmelo y lo tienes el mismo día, igual q