Dos días después de hacerme el amor en aquella casa, me fui en taxi a trabajar como siempre lo hacía, nada más entrar en la empresa O”Brien, salude al guardia y a la recepcionista, cogí el ascensor para subir a la planta, y cuando salí me fui directamente a mi mesa, dejando en uno de los cajones mi bolso, encendí mi ordenador viendo entrar un mensaje de David, reclamando que fuera a su despacho. Me levanté de la silla para acercarme a donde estaba el despacho de David, tocando la puerta esperando a que me diera el paso. Cuando lo hizo abrí la puerta y entré dentro sonriendo, fijándome que David me miraba fijamente, con los codos apoyados encima de la mesa, sin apartar su mirada de mi.—- ¿Me has llamado? — pregunte—- Siéntate por favor Keira — me dijo—- ¿En qué puedo ayudarte? — volví a preguntar—- Primero quiero que cojas este cheque por todos estos años que has estado cuidando a esa niña, hable con mi madre y aunque no quiere ni desea conocer a la pequeña, quiero que sepas que y
Me marché del despacho de David sin decirnos nada mas, ya que supuse que la conversación se había acabado hay, recogí mis cosas como el me dijo de mi escritorio, pero mientras recoge mis cosas,me pude dar cuenta de que David, estaba apoyado en la puerta sin dejar de mirarme, como si me fuera a llevar algo de lo que era de las empresas O”Brien. Todo el subidón de adrenalina que me había mantenido atenta y en alerta durante mi conversación con David, me bajó de golpe estando sentada en el taxi. No me podía todavía creer lo que había pasado en su despacho, por culpa de sus palabras y sus amenazas, cuando llegué a mi casa las piernas no me mantenían aún de pie. Saque con las manos temblorosas las llaves de mi bolso, para abrir la puerta,y nada más entrar me fui al salon, deje mi bolso encima de la mesa, sentándome en el sofá recostando mi cabeza pero sin dejar de pensar en lo que había pasado hacía unos minutos con David, despedida, era lo que no dejaba de pasar por mis pensamientos, ¿y a
DAVID Desde que Keira se marchó de mi despacho, me quedé muy serio, no dejaba de pensar que tenía una hija y ella no me lo había dicho ¿por eso se marchó de la ciudad hace cuatro malditos años? me preguntaba aunque no podía culparla, ya que me suponía que no quería obligarme a algo que para mi hasta ahora, era imposible, aunque sabía perfectamente que la noche que pase con Keira en aquel hotel no use ninguna protección.—- Hola ¿puedo pasar? — me pregunto mi amigo Carlos cuando entro en mi despacho— Sabes que si, anda entra — le respondí— ¿Dónde está tu asistente? ¿no ha venido hoy a trabajar? — volvió a preguntarme Carlos—- La he despedido — le dije, levantandome de mi sillón para mirar por la ventana— Estarás de broma ¿no? – me dijo mi amigo—- No estoy ahora mismo para bromas, ella me ha mentido y encima quiere cargarme un muerto y sabes que no me gustan ni las mentiras ni que me engañen — le respondí—- Haber David, la verdad que no se que me estas diciendo, si estáis los dos
Después de cenar, mi hija Cintia se quedó dormida en mis brazos y aunque tenía a mi pequeña así bastante tiempo, no quería llevarla a su cama todavía, ya que el calor de su cuerpecito me hacía sentir tranquilidad, ya que estaba temerosa de que David la apartara de mi lado. Estaba mal y tenía una sensación que me estaba produciendo ansiedad y náuseas, como si presintiera que no me quedaba mucho tiempo para tener a mi pequeña acurrucada en mis brazos. Me interne en mis pensamientos, ya que ahora y más que nunca necesitaba la ayuda de los padres de mi amiga hasta que volviera a encontrar otro trabajo para que mi hija tuviera una buena vida, pero estaba temerosa por si David se volvia en mi contra sin tener en cuenta de que yo era la madre de nuestra hija. Quise apartar ese pensamiento de mi cabeza, pensando en que al final y seguramente llegaríamos los dos a un acuerdo como personas cultas y civilizadas que éramos, pero conocía muy bien a David y no sabia si seria posible ese trato, ya
Nos marchamos los dos poco después del dormitorio de mi hija hacia el salón, sentandonos los dos en el sofá, fijándome en lo confundido que se había quedado David.—- Keira, ¿cómo se llama mi hija? —- me pregunto—- Cintia, como se llamaba mi madre — conteste— ¿Quien la cuidaba cuando estabas trabajando?¿Una niñera? — volvió a preguntar— No, la cuidaba mi amiga Aroa que vive con nosotras, pero mi pequeña ya va a la guardería, seguramente a la misma donde va tu sobrino — respondí—- Keira ¿porque no me dijistes que te quedaste embarazada? — me pregunto, recostandose en el sofa—- Ahora eso ya no importa David, lo que me importa es saber que vas a hacer tu ahora que sabes y conoces a nuestra hija — le dije—- Si que importa Keira, yo como su padre tenía todo el derecho de saberlo — me contestóMe senté recta en el sofá, ya que esperaba discutir con él y enfrentarme a sus reproches.—- Si te lo hubiera dicho, seguramente tu madre me hubiera hecho abortar y no, no iba a consentir que na
Me levanté enseguida del sofá, quedando mi rostro a milímetros del rostro de David, intentando que mis lágrimas no salieran, ya que no quería que me viera llorar— ¿Quien coño te has creído que eres? —- le dije gritando, por que ya no me importaba que mi hija y mi amiga se despertaran por mis gritos, por la desesperación que yo tenía—- Soy el padre de Cintia, me escuchastes — me dijo mirándonos los dos fijamente alos ojosMe fui hacia atrás, apartandome unos centímetros de David, con estupefacción, sabiendo que en ese comentario David tenía razón, él era el padre de mi hija y sabía que tenía tanto derecho sobre mi pequeña como yo. Respire hondamente antes de volver a enfrentarme a él, ya que sabía que si iba a malas con David, entonces sí que tenía todo perdido ya que él era multimillonario y pertenecía a una de las familias más ricas del país, mientras que yo en ese momento no tenía nada para ofrecerle a mi hija, ya que por el trabajo con el que disfrutaba, David también me lo arr
Cuando David se marchó de mi casa, me senté por un momento en el sofá, ya que estaba algo confundida por lo que me acababa de decir, casarme con David la verdad que no estaba en mis planes inmediatos, pero si con ello no perdia a mi hija, ¿que podía hacer yo?, Pues no pensar en nadie, ni en Melody mi hermanastra ni en la madre de David, pues lo que realmente más me importaba era mi pequeña hija. De pronto, estaba absorta en mis pensamientos y sentí como se sentaba mi amiga a mi lado, mirándonos las dos fijamente a los ojos.—- ¿Qué ha pasado?, ¿te ha dicho David que va a hacer? ¿no será capaz de apartar a Cintia de tu lado? — me pregunto— Se quiere llevar a mi hija, sus abogados según dice el, ya tienen preparados los documentos para pedir su custodia — le comente—- ¿Que?¿de que estas hablando Keira?¿Me estás diciendo que quiere quitarte a la niña? — me pregunto—- Si, eso mismo, — le dije rompiendo a llorar sin poder evitarlo—- No me lo puedo creer, no me esperaba eso de David, co
Esa noche no pude dormir bien, ya que no sabía cómo le iba a decir mi hija que ya no vería a su tita y a sus abuelos, porque un señor quería que viviéramos con él. Me levanté de la cama y entré en el cuarto de baño para ducharme, deje caer el agua por mi cuerpo dejando que me golpeara ya que necesitaba relajarme. Una vez que ya me duche, tape mi cuerpo con una de las toallas volviendo a mi dormitorio, me senté en la cama cuando escuche como tocaban a la puerta, viendo a mi amiga entrar en mi dormitorio—- Creía que estabas dormida — me dijo— No he podido dormir muy bien, no dejo de pensar en cómo le digo a mi hija que vamos a vivir con un hombre que ella solo lo ha visto unos minutos y que a ti ya no te volverá a ver — le dije—- No tienes que decirle nada y ademas si que hare que me vea, aunque tenga que entrar en la casa como hacen los ladrones —- me dijo riendo—- Cuando este con David, intentare hablar con él, esto no es lo que yo me esperaba y mi hija no necesita que le cambien