Ya en mi casa cuando llegué por la tarde del trabajo, estaba sentada en el sofá al lado de Lucas que tenía a mi hija en sus brazos jugando con ella, cuando de pronto salieron de la cocina mi amiga Aroa y su madre, llevando en sus manos varias bandejas con algo de aperitivo y botellas de bebidas refrescantes.—- Hola Keira, que bien que ya hayas llegado a casa , -me dijo mi amiga sentándose a mi lado en el sofá– ¿como estas? — preguntoSuspire, mientras me ponía en un vaso liquido de una de las botellas— Bien, pero tengo que contaros que, solo hubiera deseado que no hubiera pasado nada, estoy tan, bueno ya sabes —- le dije — Ya lo sé, te entiendo perfectamente, pero sea lo que sea, piensa que ya ha pasado, olvidalo ya no puedes hacer nada más — me respondió mi amiga—- Pero me siento tan idiota, que no se decirte, la verdad — conteste—- Venga Kiara, ya no puedes hacer nada, aunque todo lo que te haya pasado no será tan jodidamente terrible, pero bueno estas en casa y mañana ya es s
Estabamos los cuatro sentados en aquellos sillones, bebiendo y hablando, sobre todo los chicos, ya que nos empezaron a contar que hacían en sus respectivas empresas, cuando de pronto me empecé a sentir como una especie de escalofrío que estaba recorriendo por todo mi cuerpo, haciendo que mirara por todo el local ya que sentía como si alguien me estuviera mirándome fijamente, hasta que si. Me quede mirando hacia donde estaba la pista de baile, cruzando mi mirada con aquellos bonitos ojos de color verde que no apartaba su mirada de mi. Poco después de que Duncan y Adrián nos trajeran las bebidas, me empecé a encontrar mal, ya que tenía escalofríos y unos sudores muy fríos por todo mi cuerpo, aparte de que empezaba a faltarle el aire a mis pulmones. Me levanté de aquel sillón mareada, teniendo a Adrian que levantarse también para acompañarme hacia la calle, ya que dentro de aquel local me empezaba a dar vueltas todo.—- Keira ¿qué te pasa? tienes muy mala cara — escuche decir a mi amiga
Después de darnos una refrescante y relajante ducha, David se marchó del dormitorio para ir a la cocina para preparar el café, Yo una vez que ya estaba vestida con la ropa que llevaba la noche anterior, me marché también del dormitorio hacia la cocina, viendo a David cuando entré, haciendo tortitas mientras ponía el café en las dos tazas que tenía preparadas encima de la isla de la cocina. Nada más entrar en aquella preciosa cocina, David se acercó hasta donde yo estaba, poniendo sus manos en mis hombros, haciéndome sentir sus cálidos labios en mi cuello, haciendo así que se me erizaba mi piel por su contacto.—- Vamos a desayunar y te llevo a tu casa — me susurro cálidamente en el oído—- No, te lo agradezco pero prefiero irme en un taxi, no quiero que nadie me vea llegar con mi jefe, si no te importa — le respondí—- ¿Te espera alguien en tu casa? – me pregunto muy serio—- Puede que sí, pero bueno, qué te parece si desayunamos, tengo mucha hambre —- le contesté para cambiar de conv
DAVIDCarlos me sorprendió cuando me comunicó que había escogido a Keira para sustituir a Cati mi asistente personal, aunque fuera por ser amigo de uno de los socios de una gran empresa que trabajo con nosotros, la verdad que fue algo inesperado y yo estaba tan involucrado en una situación como para emitir un juicio objetivo, aunque me encantaba saber de que ella sería mi asistente personal. Puesto en el que Keira iba a trabajar para mi y yo iba a comprometerme de forma totalmente profesional con ella, aunque estaba loco por tenerla en mis brazos y oler su pelo que olía a fragancia de rosa, pero eso no significaba que mi decisión de contratarla fuera únicamente por motivos profesionales, la queria tener lo mas cerca de mi que pudiera. El primer dia de Keira en la oficina fue una mezcla de tropezones, cosa que no me importo ya que la tenía cerca de mí y pensé que a lo mejor y tal vez si podría romper mi compromiso con Melody, ya que estaría junto a la mujer que empezaba a robarme el
Cuando me marché del despacho de David, me quedé por un momento inmovil en la misma puerta pensando que había ocurrido dentro, ¿seguro que había escuchado lo que acababa de oírle decir? ¿Qué retos quería el padre de mi pequeña imponerme? David era muy serio y cada vez que me decía algo, hacía que mi cuerpo temblara y mis mejillas se sonrojaran. Sabia que su rostro se habia suavizado y esa maldita sonrisa que hacia que me derritiera ante el y me perdiera en sus preciosos ojos de color verde, ya que cada vez que nos mirabamos me hacia recordar los cuatro años que cada vez que miraba a mi pequeña, veia los ojos de su padre, ya que se parecian los dos tanto, que habia veces que me sentia mal, con el unico consuelo cada vez que tenia a mi pequeña en mis brazos, sintiendo como latia su precioso corazon, que era lo unico que me alentaba para seguir adelante. En ese momento no sabía exactamente qué hacer, si volver a entrar en el despacho y enfrentarme a David, diciéndole la verdad o seguir
Exactamente no le había mentido a Cati, ya que Aroa vivía con mi hija y conmigo en un piso precioso, y los juntos, eran como dos bebes, solo que no quería decirle a mi compañera de trabajo nada por si daba la casualidad que se le escapara y se lo dijera a David, ya que aun no estaba muy preparada para decírselo a pesar de que quería ser yo quien le diera la noticia cuando llegara el momento de decírselo—- Bueno, no te preocupes, David es muy fácil de llevar que a un bebe, por lo menos cuando el trabajo le va bien, aunque habrá días que tendrás que solventar las tormentas que a veces se ven por aqui, con alguna que otra disputa — me dijo Cati me dio después, alguna que otra agenda y carpetas con documentos para que las ojear, ya que todo lo demás que necesitaba saber estaban en esos documentos, ahora solo me quedaba demostrar que era como me dijo Carlos valiosa para ser la asistente de David, aunque aún quedaban muchas cosas que yo sola debía de aprender y el tiempo no pasaba desaper
Me marché del despacho de David corriendo, mientras las lágrimas me caían por mis mejillas, mientras se repetían en mi cabeza las palabras que con frialdad me dijo mi hermanastra Melody sobre lo de mi padre, no me podía creer lo que acababa de escucharle, aunque yo con los días que llevaba en la gran ciudad desde que llegue, tampoco había ido mucho a verlo, no me lo podía culpar ya que no era en parte mi culpa, si no de mi madrastra que no me dejaba entrar a verlo en la sala de la UVI donde él se encontraba enfermo, aunque en el entierro de mi padre nadie pero nadie y no lo iba a consentir que me dijera que yo no podía estar presente, ya que aunque me echó de su casa, al fin y al cabo era mi padre. Cuando llegue a mi casa, estaba bastante agitada, cosa que enseguida me noto mi amiga y su madre cuando entré, aunque después de saludarlas no me quede con ellas en el salon, ya que preferí marcharme directamente a mi dormitorio, encerrarme en el cuarto de baño y llorar hasta quedarme sin
Ese mismo dia, pero por la tarde, nos marchamos a dar un paseo ya que mi hija no dejaba en la casa nada quieto y pensamos que la mejor manera para que mi pequeña se cansara y así que durmiera toda la noche, era marcharnos a dar un paseo y ya cenariamos los cinco en alguna pizzería, ya que era su comida preferida y claro a Sara y a Lucas, sus abuelos como mi pequeña Cintia les decía, no había capricho que mi niña quisiera que ellos no les compraran o les dieran. Estabamos llegando a la pizzeria, cuando de pronto escuchamos el claxon de un coche, fijandome que era el mercedes de alta gama de David, Mi amiga que también se dio cuenta de quien bajaba de ese coche, cogio a mi hija en brazos, entrando con sus padres rápidamente en aquel local, quedandome yo inmovil cuando vi como se iba acercando David a donde estabamos —- Hola ¿qué haces aquí? — pregunte—- Iba a tu casa para saber como estas, porque esta mañana no me he quedado muy bien por la manera que te has marchado de mi despacho —-