CAPITULO 5: NO VAS A TENER AMANTES
Después de que Piero y Bruce se fueron, Máximo se sentó en soledad en su estudio durante largo rato. En los últimos días, había investigado a su nueva esposa y cómo su tío la obligó a que se casara con él. Solo había una pregunta sin respuesta.
¿Por qué su tío recurriría a medios tan bajos para obligarla?
Era consciente de que no podría obtener información de él, por lo que fue directamente a hablar con el hombre en cuestión. Busco al tío de Thalía, pero el hombre tampoco le dio ninguna respuesta satisfactoria. Él tampoco sabía lo que pasaba. Después de muchos días sin tener éxito, regreso a casa.
Una hora después se levantó y salió del estudio. Elena estaba esperándolo en la sala principal, él preguntó sin rodeos.
—¿Dónde está?
—En el jardín señor, pero…— la mujer dudó en hablar.
—Di lo que tengas que decir Elena, no lo pienses tanto — Máximo pensó en la expresión arrogante de su esposa cuando lo había enfrentado y la ira volvió a surgir en su corazón.
El ama de llaves bajo la cabeza.
—Señor, sé que la persona que realmente le gusta no es la señora, pero en estos días, ella ha sido muy amable y también noble…
Máximo levantó su mano para interrumpirla.
—No me interesa — luego se fue directamente.
La mujer miró su figura que se alejaba y sacudió la cabeza con impotencia.
En el jardín, Thalía miraba las rosas, sus ojos escondían un profundo dolor y la gasa blanca en su mano se volvió del mismo color de las rosas que adornaban el jardín. Ella apretaba la mano con fuerza, la ira aún ardía en su sistema.
«¿Cómo se atreve? ¿Qué derecho tiene? ¡No somos un matrimonio real!»
Máximo la vio en la distancia y caminó hacia ella.
—Acompáñame ―dijo sin dar explicaciones.
—¿No tengo un nombre? — Thalía se quejó sin intención de moverse.
Máximo se masajeó las sienes y respiro profundo, esta mujer se proponía sacar lo peor de él.
—Thalía, solo acompáñame. —repitió a regañadientes.
Ella se dio la vuelta y clavó sus llorosos ojos verdes en él. En ese instante una sensación extraña se clavó en su pecho y no pudo apartar la mirada de sus ojos durante un buen tiempo. Pero Thalía lo miraba con indiferencia y frunció los labios en una mueca de desprecio.
—¿Vas a quedarte ahí parado? ¿Mirándome? Supongo que un hombre como tú debe tener mujeres mejores que yo, como por ejemplo la que se presentó en la boda. ¿Es tu amante?
Máximo reaccionó y le sonrió sarcástico.
―¿Qué derecho tienes para hacer esa pregunta? No olvides que no eres más que una esposa impuesta por mi tío. Si tengo una amante o no, no es de tu incumbencia.
Las manos de Thalía se apretaron con fuerza y no le importó lastimar aún más su herida.
―¿Así que así jugaremos? ¿Cada uno podrá hacer lo que desee en este matrimonio? Si es así me parece perfecto y despreocúpate, no me afecta que tengas una o dos amantes, no es como si me fuera a enamorar de ti. No eres mi tipo.
Sus palabras le golpearon el ego, las mujeres por lo general se lanzaban a sus brazos y ella estaba diciéndole en su cara que no era su tipo, que no le interesaba como hombre. La pregunta se hizo con demasiada rapidez.
«¿Quién es su tipo? ¿A caso lo es el que le regalo esa maldit@ bola de cristal?»
Su orgullo lo impulsó a actuar, o al menos eso se dijo, porque se acercó a ella en dos pasos y la sujetó de la cintura.
―En este matrimonio, nadie va a tener una amante y cuando me refiero a nadie, estoy hablando de ti. Ni se te ocurra ponerme los cuernos, porque te aseguro que lo vas a lamentar, ¿fui claro?
Thalía se movió para alejarse, pero el agarre de Máximo era implacable.
―Suéltame ―exigió entre dientes ―No tienes derecho a tocarme.
―¿No lo tengo? ―se burló. Una de sus manos se elevó y le acaricio su cabello rojizo, era más suave de lo que había imaginado ―Tengo todo el derecho a hacer más que tocarte Thalía, así que no me tientes, no te gustara lo que puede pasar.
Ella se estremeció con sus palabras y también con su toque. Estaba asustada de cómo su cuerpo había reaccionado a la cercanía de este hombre que odiaba.
―Suéltame… ―esta vez su tono fue suplicante.
Máximo la miró un momento, perdido en sus ojos verdes, en sus labios rosados, en sus pequeñas pecas y sobre todo envuelto en el dulce aroma que emanaba de ella. Trago saliva y se obligó a controlarse, lo que menos podía era caer por esta mujer.
La soltó y se dio la vuelta.
―Ven.
Thalía, que respiro unas cuantas veces para calmarse, le preguntó.
—¿A dónde vamos?
―No necesitas saberlo, solo camina.
Ella lo siguió de mala gana y nuevamente la rabia volvió.
— Máximo, hay algo que debes tener muy claro. ―le dijo ―Y es que no soy tu esclava, ni tu subordinada. Soy tu esposa, y nuestro estado es igual.
CAPITULO 6: ¿CUÁNDO ME HARAS ABUELA? —¿Iguales? ¿Crees que nuestro estado puede ser igual? — Máximo dejo escapar una risa corta y sarcástica, luego se acercó a ella y dijo amenazante — ¿Ya olvidaste como te casaste conmigo? Sabes muy bien de lo que somos capaces. La voz era escalofriante. Se comportaba como si fuera un rey. Thalía bajo los párpados y sus ojos se nublaron, pero ella no dejo caer una sola lágrima. Nunca nadie había sido cruel con ella, tan poco amable. La persona que amaba en su corazón, nunca le hablaría con dureza, nunca le diría tales palabras. Pero ahora todo ha cambiado, él se ha ido y ella ya no es su princesa de cuento de hadas. Cuando escuchaba decir a otros que el destino era impredecible, nunca lo creyó. Para ella, su destino estaba ligado a Paolo desde el momento en que lo conoció. Ahora realmente lo sabe, el destino, además de ser impredecible, también puede ser cruel. La indiferencia de Thalía hizo que la rabia de Máximo estallara como un volcán. Él dio
CAPITULO 7: INTERRUPCION EN EL BAÑO. Thalía miró rápidamente a Máximo, solo para ver sus ojos burlones y una leve sonrisa en su boca, ella creyó que él lo rebatiría, pero, en cambio, dijo.—No te preocupes, madre, me esforzaré para complacerte…— Señora, el almuerzo está listo. — Un sirviente se acercó e interrumpió su charla.El viejo D’Luca asintió y se puso de pie.—¡Comamos primero! Más tarde podemos tomar el refrigerio en el jardín.Enzo se sentó en la parte superior de la larga mesa de comedor, Brenda y Máximo se sentaron a ambos lados de la mesa y Thalía se sentó al lado de Máximo.—Thalía, querida. No seas demasiado cautelosa, todos aquí somos tu familia — Brenda miro a su nuera y dijo señalando los platos en la mesa — Mi marido y Enzo crecieron en Verona, Italia. Todos estos platos son comida típica de su país. Por lo tanto, siempre ha habido un chef que se especializa en comida italiana. Espero que estos platos sean de tu agrado.Una familia tan rica y prestigiosa como los D
CAPITULO 8: MI CASA, MI HABITACION. El grito fue escuchado por el ama de llaves, quien se apresuró a subir al segundo piso. —Señora, ¿está bien? Máximo la miro con una sonrisa divertida y Thalía respondió para tranquilizar a la mujer afuera. —¡Todo está bien, Elena! ¡Puedes irte! —Señora, si necesita algo llámeme. —Está bien — dijo y miro al hombre con ojos hostiles —¿No sabes tocar la puerta? —Esta es mi casa, mi dormitorio, ¿por qué debería llamar a la puerta? — dijo con suficiencia, pero sus ojos no podían apartarse de su cuerpo desnudo. Fue entonces cuando Thalía recordó que estaba desnuda, por lo que se apresuró a tomar la toalla a su lado. —¡Lárgate! —¿Por qué debería? Aquí la que debería irse eres tú. ¡Esta es mi casa! — Máximo parecía divertirse molestándola. Thalía no pudo soportar su burla. Se levantó de la bañera y respondió negándose a dejarlo intimidarla. — Soy tu esposa y, por lo tanto, esta también es mi casa. Debido a que Máximo estaba en cuclillas, cuando
CAPITULO 9: CELOS EN EL DESAYUNO.Máximo, la miro en silencio por un rato. Sus ojos la perseguían todo el tiempo y obstinadamente se negaba a apartarse. Tal vez estaba demasiado ocupado últimamente y necesitaba algo de tiempo para relajarse. Sin embargo, la persona que hacía ejercicio en el jardín no se dio cuenta de que estaba siendo observada.Después de hacer ejercicio, Thalía subió a ducharse. Se cambió de ropa para desayunar. Mientras bajaba se reflexionó sobre cómo había cambiado su vida. Estaba confinada en esta gran casa y en realidad se sentía muy sola.«No puedo seguir así» pensó.Mordiéndose el labio, decido llamar a Bruce.—¿Quién? — la voz del hombre sonaba somnolienta.—Soy yo, Thalía. ¿Te desperté?—¡Thalía! — Bruce se despertó de inmediato —No. ¿Qué paso? ¿Sucedió algo?Thalía preguntó tímida desde el otro extremo de la línea.—¿Estás libre hoy?—¿Sucedió algo? — Bruce no respondió su pregunta, en cambio, se preocupó por ella.Su tiempo es relativamente libre, pero no q
CAPITULO 10: LA LLEGADA DE VIVIAN GRUPO ROYAL. Bruce siguió a Máximo durante todo el camino y ambos entraron en el ascensor. Debido a lo que sucedió en la mañana, no podía evitar estar preocupado por las acciones que tomaría el jefe. Pero hasta ahora, él no había dicho nada y su corazón estaba aún más nervioso. Al igual que un prisionero sentenciado a muerte, sabe que va a morir de todos modos, pero para él, lo que es mejor que sea rápido. Después de salir del ascensor, Máximo permaneció en silencio y Bruce lo siguió hasta la puerta de la oficina del presidente. —¿Quieres algo de mí? — las repentinas palabras de Máximo lo sorprendieron. —No, no jefe. Estoy bien. ―dijo tartamudeando. Máximo lo miro sin comprender. —Ok, entonces, ¿por qué me sigues todo el tiempo? Tu oficina no está en esta dirección. —Eh… — él se dio la vuelta lista para escapar. —Bruce… — de repente, la persona detrás de él habló, y su ritmo cardiaco se aceleró. Rápidamente, se dio la vuelta. —¿Sí, jefe? —¿C
CAPITULO 11: ¿DONDE DUERME TU ESPOSO?El aeropuerto estaba abarrotado de gente y Thalía busco a Vivían entre la multitud, gente iba y venía en la entrada del aeropuerto. De repente, vio a un hombre que resultaba muy familiar para ella.―¿Paolo? ―murmuró.Su corazón se aceleró sin control. Al ver que la persona estaba a punto de desaparecer, corrió entre las personas, logro alcanzarla y la tomo bruscamente del brazo, estaba a punto de abrir la boca, cuando descubrió que no era él.—¡Lo siento! Perdón, lo confundí con alguien más — ella se disculpó y se alejó decepcionada.Thalía respiro hondo para calmarse, sonrió con autodesprecio y siguió buscando a Vivían.—¡Hola, Thalía! — su amiga, le dio unas palmadita detrás de ella.Ella se dio la vuelta inmediatamente. Al ver los ojos rojos de su amiga, Vivían se acercó y pregunto preocupada.—¿Qué pasa, no te alegra verme?—¡Vivían! — Thalía abrazo a su amiga y se echó a llorar.Ella le dio unas palmadita en la espalda.— No tienes que ponerte
CAPITULO 12: ¿ESTAS SEGURA DE QUE LO ODIAS?—¿Qué? ¿Cuál esposo? — ella fingió ser tonta y cambio de tema — ¿Tienes sueño por el viaje?Vivían la empujo para que se sentara en la cama y dijo con seriedad.—Thalía, ¿realmente piensas continuar así con Máximo para siempre? Si él se niega a divorciarse, ¿vivirán siendo unos extraños bajo el mismo techo?—¿Por qué no se divorciaría? Tiene a alguien que le gusta, ¿de acuerdo? Creo que pronto se divorciara de mí, estoy bastante segura de eso.El corazón chismoso de Vivían se elevó de repente.— ¿Conoces a la persona?Thalía evadió su mirada y apretó los labios.—No.—Entonces, si no estás tan segura. ¿Por qué crees que se divorciara de ti?—Incluso si no hay evidencia, puedo estar segura — Thalía dijo con seriedad —Puede que lo odie, pero no soy ciega, ¿supones que ninguna mujer se fijara en su apariencia? Incluso delante de Paolo, es muy superior, estoy segura de que debe haber alguna mujer.Vivian estaba impactada y a la vez divertida.―¡W
CAPITULO 13: SUS RELACIONES PASADAS.—No es asunto tuyo preguntar sobre mis sentimientos — respondió con severidad ―Debes recordar las reglas Rebeca.Ella asintió con impotencia. Las reglas solo eran una excusa barata para ella, Máximo había omitido las reglas cuando la beso innumerables veces en esa misma oficina.—Está bien, ¿para cuándo quieres los resultados? — pregunto, lista para levantarse e irse.Pero Máximo pudo ver su indiferencia y lo enojo.—Rebeca… ¿Me estás evitando deliberadamente?—Debería haber una distancia entre nosotros, ¿no crees? — ella se rio — Son las reglas del grupo.—¿Has olvidado el acuerdo entre nosotros?— ¿Que importa eso ahora? ¡¿qué pasa si lo olvide?! ¿Se pueden cambiar las cosas?—Estoy casado y espero que puedas encontrar a alguien a quien puedas entregar tu corazón, yo…Rebeca parpadeó para contener las lágrimas.—No necesitas preocuparte por mis asuntos, deberías preocuparte por tu esposa. Después de todo claramente tienes sentimientos por ella.Má