Capítulo 0609
Irene volvió a la habitación, sentada al borde de la cama, un poco aturdida.

Poco antes, Diego la había abrazado y llorado por algún motivo; después de un rato, la soltó.

Irene regresó a la habitación confundida, sin haberle preguntado el porqué. Afortunadamente, cuando él entró, Félix estaba dormido, así que Diego no debió haber visto sus ojos.

Pero seguir así no era una solución. Irene suspiró suavemente.

El día ya estaba completamente claro y Félix se despertó, abriendo los ojos.

—Mami... —llamó con una voz suave y tierna.

—¿Mi amor, tienes hambre? ¿Qué quieres comer? —Irene sentía un dolor en el corazón al preguntarle.

—No tengo hambre. —Félix sacudió la cabeza.

Dicen que los niños que lloran reciben dulces, pero en realidad, el trato que reciben depende de los adultos.

Para Irene, un niño como Félix, tranquilo y comprensivo, le provocaba aún más ternura.

Después de lavarse, Félix se puso solo las lentes de contacto. Irene no dijo nada, solo le dio un beso en la frente.

No pasó muc
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