Con el cuerpo sin fuerza pero con el alma desgarrada y con todas las ganas de tener justicia, Romina se encaminó con la ayuda de Evelyn a la comandancia del área, necesitaba demandar las irregularidades del hospital, su hija debía estar con ella y haría lo necesario para que así fuera.No sabía si ella era la primera o cuántas mujeres más tenían el mismo dolor que ella sentía, Dios tal vez eran años de tantas irregularidades, y estaban indemnes, ¿Qué hacían con los bebes si estaban vivos?¿Podrían tener la frialdad de venderlos? Si estaban muertos ¿para qué los querían?Horas después de haber llegado, sin que nadie se las escuchara cuando pedían que las atendieran, un oficial de policía se acerca a ellas.—Diga que necesita. — el aspecto del policía era brusco, y su rostro decía más que su boca, estaba harto de estar ahí y no pensaba ocultarlo.— Vengo a poner una demanda— Romina estaba débil pero firme en su decisión, necesitaba como mínimo despedirse de su amada hija, de su pequeña
Emir había ido varios días a la cafetería dónde trabajaba Romina, pero ella ya no había regresado, tenía entendido según su investigador que ella ya había tenido a su bebé pero deseaba verla.Él no había sido consiente del apego que había desarrollado con el pasar de los meses, se sentía en paz sólo con el hecho de saber que podría verla una hora en silencio, en su ambiente, siendo sólo un espectador.Su tranquilidad emocional se conformaba con eso, verla feliz le dejaba soñar con un universo alterno en el que si su esposa no lo hubiera conocido, podría haber sido feliz como ella.Llena de vida y plena,—Pero no.Su mente lo contradijo regresándolo a la realidad, su esposa Alegra había muerto junto a su pequeña hija y eso era culpa sólo de él.Su corazón recibió el golpe de realidad como siempre, tratando de sobreponerse a una losa pesada que lo aplastaba con la intención de deshacerlo en mil pedazos.— Señor Palacios. — su asistente y mano derecha había llegado.— Dime. — Por fin
Gabriel está en la habitación de Aranza, pero más que nada, observa a la pequeña criatura que duerme plácidamente en su cuna decorada con pequeños animalitos.— Gabriel— lo llama Aranza— ¿ya decidiste el nombre que le pondremos a nuestra hija?Aranza sabía que al ponerle el nombre a una criatura tan pequeña inmediatamente se crea una conexión inconsciente, y eso era lo que ella quería provocar en él.Que se enamorara de la niña de tal manera que ya no supiera que hacer si no la tenía, y con ella venia incluida su madre, siempre era así.— Aún no lo decido. — Gabriel sentía que las manos le quemaban de ansiedad por cargarla, porque muy en el fondo sabía que ella era parte de él, pero debía mantenerse cuerdo, tranquilo y calculador.Después de ver el resultado, el sabría qué hacer. Tenía cientos de ideas para poder convivir y ayudar en el buen crecimiento de esa pequeña, muchas historias que contar y sobre todo muchos abrazos para darle, pero necesitaba tener la certeza que sí era
La tensión estaba tan densa que podría ser cortada con una mano, cada uno de los presentes estaba defendiendo su punto antes esta situación.— Repítelo—Dijo Roberto escrupulosamente— ¿Quién eres?Aranza no podía pasar desapercibida la mirada de odio que recibía de Roberto pero tenía que mantener su papel, indistintamente en algún momento todo lo que era de ese señor, seria de su hija y ahí ella sería una mujer libre, todo era cuestión de tener paciencia y una estrategia.— Me…. Llamo— Hizo un alto para mantener la imagen de sumisión ante ese hombre— Aranza Cervantes, y soy la mamá de su nieta— quería mantener presente que relación tenían.— Y quiero saber, señora— Roberto no podía evitar que la palabra se le atorara en la garganta— ¿cómo quedó embarazada de mi hijo?- El idiota pensó.— Fue… algo que solo pasó-.ella quitó su mirada para dirigirla al piso.— Papá es muy grosero que preguntes esas cosas, ya basta de estar avergonzándola— ¿Basta? Tú a mí no me dices basta, mocoso inút
Aranza estaba viendo su vestido, aunque no era lo que realmente hubiera deseado para un momento como ese, tenía claro que para cumplir con su meta tendría que hacer alguna clase de concesiones y ésta sería una de ellas.Después de pensar tanto en muchas formas de salir adelante, quien le iba a decir que el momento para hacerlo sería uno que no había estado buscando, bueno pues así sucedió, bueno no exactamente pero bueno, se dijo lo importante aquí era el vestido ¿Verdad?El vestido que estaba vistiendo ella en ese momento era largo hasta el piso con escote en V en la parte del pecho, tirantes delgados, el estilo era pegado al cuerpo hasta la cintura para que a partir de ahí se hiciera más amplio tipo corte A.Era un estilo clásico, sencillo y romántico. Perfecto para la ocasión.Aranza sabía que se veía guapa, nadie lo podría negar, su cabello estaba recogido en un moño bajo con unos cuantos mechones sueltos alrededor de su rostro.La imagen que le regresaba el espejo le gustaba, un
— Ahora señor Gabriel Osuna puede firmar en ambas hojas pero del lado izquierdo por favor.Gabriel tomó la pluma estaba nervioso, la duda de lo que estaba a punto de hacer lo estaba siguiendo desde el momento en que miró todo como algo real, algo que estaba sucediendo.La mujer que tenía a un lado no era lo que él había esperado como esposa, que broma era esta, que de dos matrimonios a ninguna de las dos esposas la había elegido él, todo era una vorágine de situaciones en las que él escogía a que menos lo afectara. ¡Ja! No me vengas a hacerte la victima ahora, su conciencia se burlaba de él, porque a pesar de no amar a ninguna de las dos mujeres, si notaba la diferencia entre ambas.Aranza no lo había visto más de un segundo antes de entretenerse en el montón de estupideces que había comprado su asistente para que fuera un “ambiente adecuado” para la ocasión.Pero Romina en cambio, el día de la boda se había comportado como si nada de lo que estuviera a su alrededor importara en ni
Emir estaba destrozado al ver a Romina tan mal, odiaba dar este tipo de noticias pero tenía que continuar, lo siguiente seguro era un momento de esperanza entre tanta incertidumbre.— Romina hay algo más, investigué que aunque no sé nombres, tengo entendido que tu bebé nació con vida, tal como mencionaste, mi investigador realizo una investigación con personal de salud que estaba de guardia esa misma fecha.— Te lo dije, pero nadie parecía creerme— Romina sentía que una de las tantas rocas que estaban presionando su corazón se levantaba para permitirle mantenerse viva un día más.— Yo sí lo hice, Romina — Le aclara Emir. — Por lo mismo estoy haciendo todo lo posible para que la recuperes, llegó a este mundo viva y llena de amor, aquí es donde debe estar a tu lado.— Ahorita iré a exigirles que me regresen a mi niña. — Ella impulsada por el deseo de recuperar a su hija se levantó en dirección de la puerta, pero Emir que se encontraba de ese lado la detuvo, con delicadeza para no lastim
Gabriel no sabía de donde venía todo el drama que estaba diciendo Aranza, nunca la había visto sentirse mal o insegura con la situación.— Tranquilízate Aranza, deja ya de llorar ya no hay manera de cambiar las cosas, estamos aquí somos un matrimonio y por el bien de Gabriela espero que nos llevemos bien.Ella volteó a verlo confundida.— ¿Llevarnos bien? Es todo a lo que aspiras en nuestra relación, Gabriel yo estoy enamorada de ti, y te he entregado lo más valioso de tu vida, y aun así solo quieres que nos llevemos bien, como si fuéramos amiguitos de escuela, no— ella negaba también con la cabeza— no es lo que espero, lamento tener que ser la mujer con la que tengas que conformarte.Gabriel se sintió culpable en todo ese tiempo jamás había considerado los sentimientos de Aranza, pensando únicamente en su actuar en consecuencia del resultado de la prueba de paternidad.Aranza se veía amable, y atenta, si trata de acercarse más a ella, tal vez podría llegar a desarrollar algún tipo d