Sergio fue el último en recibir la llamada. Después de enterarse de la noticia, no regañó a Álvaro. Sin embargo, cuando Álvaro estaba a punto de alardear de haber sido el primero de nuevo, escuchó a Sergio decirle:

—Papá ha regresado.

El rostro de Álvaro se transformó de inmediato. Sergio no escuchó la respuesta de Álvaro, solo suspiró profundamente al otro lado del teléfono y dijo:

—En cuanto a algunas cosas, tendremos que enfrentarlas tarde o temprano. Dile a Noa que papá llegará por la noche. Si ella quiere irse, tienes que impedírselo.

—Bueno, lo sé —aceptó Álvaro después de un silencio largo.

—Es un gran favor, ¿podrías prometérmelo? —reconfirmó Sergio.

Aunque estaba un poco impaciente, Álvaro respondió obedientemente:

—Sí, hermano.

Cuando Noa regresó a la habitación con la comida y estaba a punto de comer con Álvaro, él decidió contárselo después de pensarlo bien.

Sin embargo, al saberlo, Noa se detuvo.

Álvaro, preocupado por ella, vaciló:

—Si…

Uno segundos después, Noa le dijo s